Este miércoles el expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, declaró ante la Policía Federal de ese país en calidad de “indagado” de la investigación que se lleva a cabo en torno a los hechos del 8 de enero, cuando cientos de simpatizantes bolsonaristas atacaron las sedes de los tres poderes del Estado en Brasilia, una semana después de la asunción del actual presidente y rival de Bolsonaro en las últimas elecciones, Luiz Inácio Lula da Silva.
En ese entonces, los manifestantes causaron destrozos en las sedes del Supremo Tribunal Federal, el Congreso y el Palacio presidencial de Planalto, y el procurador general, Augusto Aras, entendió que Bolsonaro “presuntamente alentó la comisión de crímenes”, tras las “declaraciones infundadas” que dejaban entrever acusaciones de fraude electoral, según consignó Associated Press.
Dos días después de los disturbios, Bolsonaro publicó un video en su cuenta de Facebook en el que reiteró sus cuestionamientos a la transparencia de los resultados de la elección de 2022. Luego de la comparecencia de Bolsonaro, que duró poco más de dos horas, su abogado, Paulo Cunha Bueno, y su asesor Fábio Wajngarten hablaron con la prensa y explicaron que el video “fue publicado cuando intentaba pasar el archivo a Whatsapp para verlo completo luego”, consignó Globo. “Justamente en esos días él estaba internado por una crisis de obstrucción intestinal, eso está documentado, y fue sometido a un tratamiento con morfina”, agregó el abogado.
En tanto, Wajngarten recordó que el video fue eliminado poco después y reiteró que fue hecho “pocos momentos después de haber salido del hospital, cuando estaba bajo los efectos de remedios y todavía muy debilitado. La mecánica de publicación de Facebook es con dos meros clics en el ícono compartir”. El resultado de esta y otras investigaciones en curso podría resultar en la inhabilitación de Bolsonaro a presentarse a futuras elecciones o, de ir más allá, en un procesamiento con prisión.
En tanto, en el Senado comenzó a funcionar una comisión investigadora de los hechos del 8 de enero impulsada por legisladores bolsonaristas -entre ellos, su hijo Flávio Bolsonaro- que sostienen que el gobierno incurrió en “omisiones” para que se generaran los disturbios y provocar una “ola de solidaridad” hacia Lula.