En el marco de su visita oficial a China, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, se reunirá el viernes con su homólogo Xi Jinping, un encuentro que tiene una importancia significativa en la política anunciada por el mandatario de volver a reposicionar a su país en el ámbito internacional, tras la gestión de su predecesor, Jair Bolsonaro.

Esta idea de generar una gobernanza mundial multipolar se apoya en buena medida en el impulso del BRICS, la asociación económica y comercial que conforman Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.

Precisamente este jueves, en su primera actividad oficial en el país asiático, Lula y su comitiva fueron a Shanghái para participar en la asunción de la exmandataria Dilma Rousseff como presidenta del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), denominación oficial que tiene la entidad bancaria que fundaron estos países y que tiene su sede en dicha ciudad.

En el discurso que dio en el acto Lula dijo que una de las misiones que tendrá este banco será ayudar a los países emergentes a “eludir” los bloqueos crediticios del Fondo Monetario Internacional (FMI). “El Nuevo Banco de Desarrollo tiene un gran potencial transformador, ya que libera a los países emergentes de la sumisión a las instituciones financieras tradicionales, que pretenden gobernarnos sin tener un mandato para hacerlo”, expresó el líder del Partido de los Trabajadores, de acuerdo a lo que consignó la revista Carta Capital.

“Ningún gobernante puede trabajar con un cuchillo en la garganta porque está endeudado”, agregó Lula. “Los bancos tienen que tener paciencia y, si es necesario, renovar los acuerdos. Cuando el FMI o cualquier otro banco presta a un país del tercer mundo, se siente con el derecho a mandar, a administrar las cuentas del país. Como si los países se convirtieran en rehenes del que presta dinero”, dijo. “No le corresponde a un banco asfixiar las economías de los países como lo está haciendo el FMI con Argentina”, expresó.

En el discurso Lula también mencionó la posibilidad de que la financiación y las operaciones que realice el banco se hagan “sin las cadenas” del dólar. “Por primera vez se establece un banco de desarrollo de alcance global sin la participación de los países desarrollados en su fase inicial. Libres, por tanto, de las cadenas de las condicionalidades impuestas por las instituciones tradicionales a las economías emergentes. Y más: con la posibilidad de financiar proyectos en moneda local”, celebró Lula, quien al hablar sobre este punto se preguntó: “Todas las noches me pregunto por qué todos los países tienen que basar su comercio en el dólar. ¿Por qué no podemos comerciar con nuestras propias monedas? ¿Quién decidió que el dólar fuera la moneda tras la desaparición del patrón oro?”.

En el mismo sentido, Lula también prometió utilizar el ámbito de los BRICS y también el del G20 como una forma de garantizar más espacio para los países del hemisferio sur en las discusiones de las agendas globales. Brasil tendrá el liderazgo rotativo del G20 el año que viene y asumirá el liderazgo del BRICS en 2025.

En el cierre de su alocución Lula hizo un guiño a la comunidad internacional. “No podemos tener una sociedad sin solidaridad, sin sentimiento. Tenemos que ser generosos de nuevo. Vamos a tener que aprender a llegar de nuevo. Necesitamos derrotar el individualismo que se está apoderando de la humanidad”, manifestó.

Según especialistas consultados por Agência Brasil, en su rol de presidenta del NBD, Rousseff tendrá la oportunidad de ampliar la inserción internacional de la institución, pero también enfrentará dos grandes desafíos: impulsar proyectos relacionados con el medioambiente y sortear el impacto geopolítico de las represalias occidentales contra Rusia, uno de los socios fundadores del BRICS.

En su discurso de toma de posesión, Rousseff también defendió el sesgo social del banco y asumió el compromiso del NBD con la protección ambiental, social y la infraestructura digital. La expresidenta brasileña destacó que las acciones del banco deberán servir para garantizar derechos básicos en muchos lugares del mundo, ayudando, por ejemplo, a garantizar vivienda y condiciones más dignas. Resumiendo esta idea, la expresidenta pidió “prosperidad común” para todos.

“Asumir la presidencia del NBD es una oportunidad de hacer más por los países del BRICS, pero también por los países emergentes y en desarrollo”, dijo. “Estoy segura de que juntos podemos hacer realidad nuestra visión de desarrollo. Queremos que la prosperidad sea común a todos los países”, sentenció Rousseff.