Entre el 14 y el 19 de abril, 70 personas murieron y 40 resultaron heridas en los enfrentamientos entre bandas rivales en Cité Soleil, uno de los barrios más pobres y densamente poblados de Puerto Príncipe, la capital de Haití, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
“La violencia de las bandas se está expandiendo a un ritmo alarmante en áreas previamente consideradas relativamente seguras de Puerto Príncipe y fuera de la capital”, dijo el miércoles al Consejo de Seguridad de la ONU la nueva enviada de esta organización para Haití, la ecuatoriana María Isabel Salvador.
Según sus números, los crímenes violentos se duplicaron en el primer trimestre de este año con respecto al mismo período de 2022, informó la agencia de noticias Efe. A su vez, las bandas armadas pasaron de 200 a 300 en un año.
“La horrible violencia en las zonas afectadas por pandillas, que incluye violencia sexual, particularmente contra las mujeres y las niñas, es emblemática del terror que afecta a la mayor parte de la población de Haití”, dijo Salvador, según citó Europa Press. Señaló también que la situación de violencia llevó a algunos civiles a “intentar resolver los asuntos por sus propias manos”. En los primeros días de la semana pasada fueron linchados más de una docena de supuestos delincuentes en el área metropolitana de Puerto Príncipe, y en las redes sociales circularon llamados a otros barrios a unirse en una lucha contra las bandas armadas.
Según informó Efe, en varias partes de la ciudad los habitantes levantaron barricadas para evitar el paso y protegerse de asaltos de las organizaciones delictivas, al tiempo que jóvenes armados con machetes salieron a buscar a sus integrantes.
La Policía informó en conferencia de prensa que desde el lunes se llevaron a cabo más de 25 operaciones contra las bandas, en las que murieron dos supuestos delincuentes y resultaron heridos tres policías. Agradeció a la población por mantenerse vigilante y trabajar “junto a la institución” para dar “caza a los bandidos”, pero le pidió que no utilice la violencia. En referencia a los linchamientos, Salvador dijo que “estas dinámicas llevan inevitablemente a la ruptura del tejido social con consecuencias impredecibles para toda la región”.
Al tratar la situación en Haití, el Consejo de Seguridad coincidió en que es necesario apoyar a ese país de inmediato, aunque no determinó de qué manera. En octubre, el gobierno haitiano, liderado por Ariel Henry, solicitó el envío de una fuerza extranjera, pero Haití ha tenido malas experiencias con figuras como los cascos azules, y por ahora no está planteada en la ONU una misión de ese tipo.
La enviada de la ONU consideró que es necesario “encontrar formas innovadoras de definir la fuerza para apoyar a la Policía Nacional haitiana”, y se refirió a la posibilidad de enviar policías que trabajen junto a sus pares de Haití para desarmar a las bandas. A su vez, Estados Unidos informó que seguirá trabajando junto a otros países para “apoyar las urgentes necesidades de seguridad en el país”, y Canadá manifestó su voluntad de aumentar su respaldo con entrenamiento y equipamiento a la Policía.