Los ataques del Ejército israelí sobre la Franja de Gaza y los lanzamientos de misiles desde este territorio palestino hacia Israel continúan luego del comienzo de esta nueva escalada, la más grande en la zona desde agosto del año pasado.

En un discurso público que dio este miércoles de tarde, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió a la Yihad Islámica: “Los vemos en todas partes, no pueden esconderse”, remarcando que “la campaña no ha terminado”. Pero al mismo tiempo, de acuerdo a lo que informó el diario israelí Haaretz, se estaban produciendo contactos entre funcionarios del gobierno israelí, representantes de la organización Hamas, que es la que gobierna en Gaza y que no está participando en este conflicto, además de representantes de Egipto, el mediador natural cuando hay escaladas de violencia como la actual en la Franja de Gaza, un pequeño territorio de aproximadamente 360 kilómetros cuadrados en el que viven algo más de dos millones de personas.

Según informaron en la noche del miércoles autoridades militares israelíes en un comunicado, desde el comienzo de este conflicto, en las primeras horas del martes, milicias palestinas lanzaron 469 cohetes desde la Franja de Gaza hacia Israel, 153 de los cuales fueron interceptados. Se agregó además que 107 de los cohetes lanzados cayeron por error dentro del propio territorio gazatí.

Las sirenas que alertan a la población ante los lanzamientos sonaron el miércoles en el sur de Israel, particularmente en las ciudades de Ashkelon, Sderot y Netivot y en las comunidades israelíes alrededor de la frontera de Gaza. No se reportaron víctimas fatales, pero sí daños materiales.

Del lado palestino, como es usual, la situación es mucho peor.

Autoridades de Gaza informaron que las personas muertas a causa de los bombardeos israelíes ya son 22, incluyendo a varios niños.

Según informó la cadena panárabe Al Jazeera, cuya sede está en Qatar pero tiene periodistas en los territorios palestinos, cuatro de las personas muertas como consecuencia de los ataques de Israel eran combatientes del Frente Popular para la Liberación de Palestina, dijo el grupo. Esta es una organización laica, de extrema izquierda, que se opone a Hamas, la agrupación política y militar que gobierna en el territorio de la Franja de Gaza.

De acuerdo a lo que informaron los periodistas de Al Jazeera en el lugar, en medio de las hostilidades, todas las actividades de Gaza están paralizadas, las escuelas, las instalaciones públicas y privadas están cerradas, y las personas tienen limitaciones para poder salir de sus casas.

El secretario general de la ONU, el portugués António Guterres, condenó la situación, calificó las muertes de civiles en Gaza como “inaceptables” y pidió que “se detengan de inmediato” y que todas las partes ejerzan la máxima moderación, dijo el miércoles el portavoz adjunto de la ONU, Farhan Haq, diplomático estadounidense de origen paquistaní.

“Israel debe cumplir con sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario, incluido el uso proporcional de la fuerza, y tomar todas las precauciones posibles para proteger a los civiles y los bienes civiles en la conducción de las operaciones militares”, expresó Haq.

Mientras tanto, medios israelíes informaron que el ministro de Defensa de Netanyahu, Yoav Gallant, habló en las últimas horas con su homólogo estadounidense, Lloyd Austin, quien “subrayó su continuo apoyo al derecho de Israel a defender a su pueblo de los ataques indiscriminados con cohetes lanzados por grupos terroristas”. Según informó el Pentágono mediante un comunicado, los dos altos funcionarios revisaron las evaluaciones de las operaciones de Israel en Gaza. Austin también “reafirmó su férreo apoyo a la seguridad de Israel, pero a la vez instó a la desescalada hacia una calma sostenible”.

Esta incursión israelí, que apunta a destruir el aparato militar de la Yihad Islámica, puede terminar en estos días, ya que, pese a la postura beligerante exhibida por Netanyahu, la idea es pacificar la situación en las próximas horas.

Sucede que el jueves próximo se realizará la Marcha de Banderas, una celebración en la que participan israelíes ultranacionalistas en la que se conmemora la captura de Jerusalén Este por parte de Israel durante la guerra de los Seis Días de 1967. En este acto, que se realiza anualmente bajo una fuerte custodia policial, los israelíes recorren barrios musulmanes de Jerusalén, generando una situación de tensión muy alta, y es por ello que la existencia de un conflicto en Gaza al mismo tiempo llevaría las crispaciones a un nivel cuyas consecuencias son muy difíciles de calcular.