El presidente de Rusia, Vladimir Putin, volvió el jueves a su despacho luego de que su país denunciara el ataque con drones cometido el miércoles contra el Kremlin.

Cuando ocurrió el hecho, Putin se encontraba en su residencia de Novo-Ogariovo, en las afueras de Moscú.

Su gobierno, que de inmediato responsabilizó a Ucrania por el ataque, acusó el jueves también a Estados Unidos de estar detrás de esos hechos. “Estas decisiones, la definición de objetivos y medios, todo es dictado a Kiev desde Washington. Somos muy conscientes de ello”, dijo al diario ruso Izvestia el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

El funcionario anunció también que los sistemas de defensa antiaérea en la zona serán reforzados, luego de que interceptaran los dos drones con explosivos, y dijo que Putin “mantuvo la calma” todo el tiempo durante los ataques. “En momentos difíciles y en situaciones extremas, el presidente siempre mantiene la calma, es claro en sus valoraciones y en las órdenes que da”, dijo Peskov, según citó Europa Press.

En respuesta a sus declaraciones, el vocero del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, negó cualquier participación de su país en los ataques. “Puedo garantizar que Estados Unidos no estuvo implicado. No tenemos nada que ver con eso”, dijo a la cadena MSNBC, y agregó que Peskov “está mintiendo” al involucrar a Washington. Kirby manifestó que las autoridades estadounidenses “no dictan [a Ucrania] las formas en las que defenderse o las operaciones que llevan a cabo”. El integrante de la administración que encabeza Joe Biden dijo además que Washington “aún no sabe lo que ha pasado” en el Kremlin.

En el mismo sentido se manifestó Francia. La ministra de Relaciones Exteriores francesa, Catherine Colonna, dijo el jueves que no cuenta con “información privilegiada” sobre el ataque. “Este episodio es extraño” y “bastante poco comprensible en una situación normal”, dijo. Consultada por la emisora France Inter sobre el llamamiento de Dmitri Medvedev, el segundo al mando del Consejo de Seguridad de Rusia, a “eliminar físicamente” al presidente ucraniano en respuesta al ataque, Colonna dijo que el dirigente “se distingue una vez más por sus declaraciones vergonzosas”.

También Reino Unido manifestó su extrañeza ante el ataque del miércoles. “Cualquier cosa es posible, pero no hay beneficio alguno para Ucrania al hacerlo, no hay ventaja militar, todo el mundo sabe que Putin no se queda en el Kremlin”, dijo un alto cargo del Ministerio de Defensa a la cadena Sky News. A su vez, el ministro de Defensa, Ben Wallace, afirmó que si algo ha aprendido en este conflicto es que “no se puede tomar al pie de la letra” aquello que venga de Moscú.

El Kremlin, que consideró el ataque un intento de asesinar a Putin, manifestó el miércoles que “Rusia se reserva el derecho de adoptar medidas en respuesta donde y cuando considere apropiado”, y que esa respuesta tendrá lugar “de forma equilibrada” y “en línea con los intereses del país”. “Semejantes crímenes no pueden quedar sin castigo”, manifestó el Ministerio de Relaciones Exteriores. Para Wallace, este tipo de mensaje busca “intimidar” y “encontrar pretextos que podrían justificar lo injustificable”.

Por su parte, China llamó este jueves a “evitar una escalada”. La portavoz de la cancillería, Mao Ning, reiteró que “la posición china sobre la crisis de Ucrania es consistente y clara. Todas las partes deben evitar tomar medidas que puedan empeorar aún más la situación”.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, negó el miércoles que su país sea responsable por el ataque al Kremlin y dijo que su gobierno no quiere atentar contra Putin, sino enviarlo a un tribunal a responder por crímenes de guerra. Justamente, Zelenski visitó el jueves la sede de la Corte Penal Internacional de La Haya, en los Países Bajos, donde pidió la creación de un tribunal especial “para castigar los crímenes de la agresión rusa” y en particular la responsabilidad de Putin.

En el campo de batalla, los ataques rusos se recrudecieron después de los atentados y la ciudad ucraniana de Jersón atravesó una de las jornadas más mortíferas de los últimos meses. Fue blanco en menos de un día de 98 ataques rusos, con 539 proyectiles de tanques y artillería, así como explosivos lanzados por aviones de combate y drones, informó la agencia de noticias Efe. Algunos de los ataques fueron dirigidos a establecimientos comerciales en zonas residenciales y también a una estación de trenes, de tal modo que dejaron 23 civiles muertos y 46 heridos.

Además, autoridades ucranianas informaron que las defensas antiaéreas de Kiev se activaron el jueves, después de que varias explosiones se registraran en la capital, y derribaron un dron ruso que causó un incendio en un edificio no residencial. “Se avistó un vehículo aéreo no tripulado sobre Kiev. El objeto fue derribado por las fuerzas y medios de defensa antiaérea”, informó en Telegram la administración militar de la ciudad.