La incursión de decenas de personas armadas en el óblast (provincia) de Bélgorod, en la frontera con Ucrania, el lunes, se convirtió en un nuevo foco de tensión en la guerra entre los dos países. Rusia responsabiliza al gobierno ucraniano por esos ataques, mientras que Kiev afirma que fueron llevados a cabo por grupos rusos contrarios al presidente Vladimir Putin. Según informó este miércoles la agencia TASS, 500 casas sufrieron daños el lunes en lo que Rusia calificó como un sabotaje.

“Si hablamos de daños puramente visuales, los más grandes, por supuesto, se produjeron en Kozinka [en Grayvoronsky], porque ellos introdujeron equipos en los patios [de las casas] y procedieron a excavar allí”, dijo Gennay Bondarev, jefe del distrito municipal de Grayvoronsky.

En ese distrito, “según estimaciones preliminares, al menos 200 instalaciones resultaron dañadas en diversos grados, edificios residenciales, comerciales, industriales y administrativos”, agregó Bondarev. “En un jardín de infantes en Zamostye, una ojiva de Uragan todavía sobresale de una ventana”, afirmó y dijo que se interrumpió el suministro de energía eléctrica y gas debido a los ataques.

El martes, el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov, dijo que las fuerzas que habían ingresado a Bélgorod eran “unidades nacionalistas ucranianas”, y que sus integrantes murieron a manos de Rusia. “Los grupos armados nacionalistas fueron rodeados y eliminados. Han sido liquidados más de 70 terroristas ucranianos”, dijo Konashenkov. En el ataque, que obligó a la evacuación de más de 500 personas, murieron dos civiles y otros 12 sufrieron heridas.

Ucrania se desliga de esos hechos, y el miércoles un grupo denominado Cuerpo de Voluntarios Rusos se atribuyó los ataques, según reportó la agencia de noticias Ukrinform. Según el medio ucraniano el líder de ese grupo, identificado como Denis White Rex, dijo en conferencia de prensa que sus fuerzas ingresaron 42 kilómetros en territorio de Rusia. “Una vez más, al cruzar la frontera de la Federación Rusa vemos que el ejército y las autoridades políticas no están preparadas para esto”, agregó.

Según informó la agencia Efe, medios ucranianos indican que White Rex es en realidad un ultranacionalista ruso llamado Denis Kapustin que vive en Ucrania. A su vez, tanto el Cuerpo de Voluntarios Rusos como la Legión Libertad para Rusia, otro grupo que supuestamente participó en el ataque, se autodefinen como organizaciones de “patriotas rusos” que luchan en el bando ucraniano contra el gobierno de Putin.

En su conferencia, White Rex negó que decenas de integrantes de los dos grupos hayan sido aniquilados, y afirmó que consiguieron destruir armamento militar ruso. Agregó que las fuerzas de seguridad de Rusia reaccionaron con “pánico” y tardaron “varias horas” en responder al ataque. “Queremos mostrar que el poder de un tirano no es ilimitado, que se puede resistir”, dijo, según citó Europa Press.

Por su parte, el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigú, advirtió el miércoles a Ucrania que ante acciones de “terroristas ucranianos” como la del lunes, su país reaccionará con “celeridad y con suma dureza”. Reiteró que más de 70 “saboteadores” fueron eliminados y que también se destruyeron vehículos blindados en esa operación, en la que participaron la guardia fronteriza, la artillería y la aviación.

El gobernador del óblast de Bélgorod, Viacheslav Gladkov, dijo que tiene “reclamos” que hacerle al Ministerio de Defensa por la facilidad con que el grupo armado ingresó a su territorio. Pero el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, defendió su actuación: “Nuestros militares, nuestros guardias de fronteras y los servicios correspondientes cumplen con su trabajo”, expresó el funcionario.

Este miércoles el gobernador de Bélgorod denunció que durante la noche la región había sufrido otro ataque, esta vez con drones provenientes de territorio ucraniano. “La noche fue intranquila. Hubo un gran número de ataques con drones. La defensa antiaérea se encargó de la mayor parte de ellos”, dijo Gladkov, en su canal de Telegram. Afirmó que el ataque causó daños en viviendas, edificios administrativos y vehículos, pero agregó que “lo más importante es que no se registraron víctimas”.

Por otra parte, Rusia acusó a Ucrania de atacar uno de sus buques en la zona del estrecho del Bósforo, que separa la parte europea de Turquía de la asiática. El Ministerio de Defensa informó en un comunicado que varias embarcaciones no tripuladas se acercaron al buque Ivan Jurs, que tiene la función de proteger los gasoductos de la zona. “Todos los barcos enemigos han sido destruidos”, comunicó el Ministerio, y afirmó que el buque atacado “sigue cumpliendo su cometido”.