El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés) hizo un llamado a la comunidad internacional a redoblar su ayuda humanitaria a Sudán, porque en ese país africano más de 13,6 millones de niños necesitan “desesperadamente” de ella.
Según expertos que trabajan en el país, antes del comienzo de los enfrentamientos entre el Ejército de Sudán y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), en abril, eran casi nueve millones los menores necesitados de ayuda, pero con el conflicto bélico, con servicios básicos cortados y un gran número de instalaciones sanitarias dañadas o directamente inutilizables, el número de niños necesitados de ayuda aumentó rápidamente.
“A medida que el conflicto avanza en Sudán, el número de víctimas entre los niños y niñas sigue siendo más devastador cada día”, lamentó la directora de Unicef para Oriente Próximo y el norte de África, Adele Khodr, informó el portal Europa Press.
Unicef, que aspira a atender a la población afectada por el conflicto tanto dentro como fuera de Sudán, estima que más de la mitad de los desplazados y refugiados por el conflicto son niños.
Khodr subrayó que “los niños y niñas de Sudán merecen una oportunidad de sobrevivir y prosperar”, lo que pasa a su juicio por “no escatimar esfuerzos”. El pedido de fondos aumentó a 253 millones de dólares (más de 236 millones de euros) para satisfacer las necesidades adicionales derivadas de la escalada de la violencia.
Sudán, el 16º país más grande del mundo, en el que viven algo más de 45 millones de habitantes, es uno de los territorios más pobres del mundo, en buena medida a causa de las guerras que asolaron el país durante la mayor parte de su vida independiente.
El país obtuvo la independencia de Reino Unido en 1956 y en ese momento comenzó un enfrentamiento conocido como la Primera Guerra Civil sudanesa, que duró hasta 1972.
El foco del conflicto fue una herencia colonial, ya que estaban unidos en un mismo territorio la población árabe y musulmana del norte del país con los habitantes del sur, pertenecientes en su mayoría a otras etnias, creyentes en religiones tradicionales africanas. La Segunda Guerra Civil sudanesa estalló en 1983 y se prolongó hasta 2005, cuando un acuerdo de paz posibilitó la independencia de Sudán del Sur.