Cuatro israelíes fueron asesinados y otros cuatro resultaron heridos en la tarde de este martes luego de que dos palestinos abrieran fuego en forma indiscriminada en un bar ubicado al lado de una estación de servicio en el asentamiento de Eli, en el centro de Cisjordania, según informaron autoridades sanitarias. Tres de los heridos se encuentran fuera de peligro y el restante está internado en estado grave.
Los episodios del martes forman parte de una espiral de violencia que está ocurriendo en Cisjordania durante los últimos días. Por la mañana, poco antes de los hechos sucedidos en Eli, un ciudadano palestino fue asesinado por fuerzas de seguridad israelíes cerca de Belén. El lunes el ejército israelí había matado a seis palestinos en el marco de un extenso operativo realizado en un campo de refugiados situado en la ciudad de Yenín.
Según una fuente militar citada por medios israelíes, los sucesos del martes en Eli se dieron luego de que dos palestinos, luego identificados como Mohand Shahada, de 25 años, y Khaled Sabah, de 24, entraron al bar de la estación de servicio y mataron a tres personas y una cuarta cuando se estaban yendo. Dos civiles israelíes que estaban en el lugar armados le dispararon a Shahada hiriéndolo de muerte, mientras Sabah pudo escapar en un auto y se dirigió hacia el asentamiento de Tapuach, situado muy cerca del lugar del ataque. Más tarde, Sabah fue localizado y asesinado por las fuerzas del ejército israelí en un tiroteo en el que otra persona resultó herida.
De acuerdo a lo que informó el diario israelí Haaretz, Shahada militaba en un grupo de estudiantes afín a Hamas, y por ello había estado encarcelado, al igual que Sabah.
Tras el ataque, Hamas elogió las acciones de los atacantes, pero no se atribuyó la responsabilidad de los hechos. Su portavoz dijo que “el [tiroteo] en Eli es una respuesta a los crímenes de Israel cometidos [el lunes] en el campo de refugiados de Yenín y la agresión contra la mezquita de Al-Aqsa. La lucha no se detendrá hasta que nuestro pueblo sea libre e independiente”.
Según consignó la cadena panárabe Al Jazeera, la Yihad Islámica Palestina también elogió el ataque, diciendo que fue una respuesta natural a la creciente agresión israelí contra su pueblo. El grupo armado dijo que consideraba que los hechos sucedidos en Eli formaban parte del “derecho legítimo de los palestinos a ejercer la autodefensa”.
Por su parte el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que su gobierno utilizará todas las opciones disponibles para luchar contra quienes intentan “dañar” a su pueblo.
“Nuestras fuerzas ahora están trabajando en el campo para responsabilizar a los asesinos. Hemos demostrado en los últimos meses que nos vengamos de todos los asesinos sin excepción”, dijo el mandatario.
Por su parte, el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, líder del partido de extrema derecha Poder Judío, que forma parte de la coalición de gobierno, emitió un comunicado en el que dijo: “Otro tiroteo y otro más. Somos como una presa fácil”. Ben-Gvir luego pidió al primer ministro Netanyahu y al ministro de Defensa, Yoav Gallant, que “realicen una amplia operación militar y reanuden la política de asesinatos selectivos en Cisjordania”.
Como era previsible en el marco de la violencia existente, al caer la noche centenares de colonos judíos llegaron hasta varias ciudades palestinas ubicadas cerca de sus casas, tales con Nablus y Hawara, donde provocaron incendios y destrozaron autos y otros bienes con piedras. Además, un grupo de colonos abrió fuego contra palestinos que habían salido de sus hogares a repeler las agresiones contra sus propiedades.
Según informaron autoridades de la ciudad de Nablus, decenas de personas resultaron heridas por piedras, incluido un periodista palestino que estaba cubriendo los episodios. Paralelamente, algunos videos subidos a redes sociales mostraron algunos incendios forestales, que al parecer también habían sido provocados por los colonos.
En este contexto muy poco alentador, el diplomático noruego Tor Wennesland, coordinador especial de las Naciones Unidas para el proceso de paz en Medio Oriente, expresó en su cuenta de Twitter que está “profundamente alarmado por el continuo ciclo de violencia y consternado por la continua pérdida de vidas civiles”.
En su publicación, el funcionario nórdico instó a “todas las partes a abstenerse de tomar medidas que puedan inflamar aún más una situación ya volátil”.