“Existe una base razonable para creer que se está cometiendo un genocidio contra armenios que viven en Nagorno Karabaj en 2023”, señaló el abogado argentino Luis Moreno Ocampo, especialista en derecho internacional, exfiscal de la Corte Penal Internacional, docente en las universidades de Harvard y Yale, y fiscal adjunto del juicio a las juntas en Argentina en 1985. El experto redactó un informe en el que analizó la situación que vive la población armenia de la región de Nagorno Karabaj –también denominada Artsaj– desde que el 12 de diciembre de 2022 Azerbaiyán bloqueó el llamado Corredor de Lachín, que constituye la única vía de conexión que tiene ese enclave con el resto del mundo a través de Armenia.

Desde entonces, alrededor de 120.000 personas son mantenidas bajo asedio y sin posibilidad de recibir alimentos, medicina o bienes básicos. Además, según denunció en marzo la Defensoría de los Derechos Humanos de Artsaj, junto con el bloqueo, Azerbaiyán también “ha interrumpido deliberadamente” el “suministro de gas natural, electricidad, internet y comunicación móvil”, con “el objetivo de agravar aún más la ya grave crisis humanitaria”. La situación empeoró a partir del 15 de junio, cuando el país presidido por Ilham Aliyev prohibió la entrada de ayuda humanitaria a la población entregada por las tropas de paz de Rusia y el Comité Internacional de la Cruz Roja.

En su reporte, Moreno Ocampo asegura que el bloqueo del Corredor de Lachín por parte de las fuerzas de seguridad de Azerbaiyán “debe considerarse un genocidio en virtud del artículo II, (c) de la Convención sobre Genocidio”, que refiere a “imponer deliberadamente al grupo condiciones de vida calculadas para provocar su destrucción física”. “No hay crematorios y no hay ataques con machetes. El hambre es el arma invisible del genocidio. Sin un cambio dramático inmediato, este grupo de armenios será destruido en unas pocas semanas”, alerta el experto en su informe, que había sido solicitado por el presidente de la República de Artsaj, Arayik Harutyunyan. También recuerda que el hambre ya fue usado como “método para destruir a las personas” contra los armenios en 1915, durante el genocidio cometido por Turquía.

Distintos países se han manifestado en estos ocho meses para pedir a las autoridades azerbaiyanas que pongan fin al bloqueo, entre ellos Estados Unidos, Reino Unido, Rusia, Francia, Argentina e incluso el Senado de Uruguay, que el 20 de diciembre aprobó de forma unánime una declaración en la que llamó a Azerbaiyán a “cumplir con sus compromisos internacionales y asegurar la libre circulación por el corredor que conecta Artsaj con Armenia”. A esto se suma un fallo vinculante emitido el 22 de febrero por la Corte Internacional de Justicia (CIJ), el principal órgano judicial de la Organización de las Naciones Unidas, que determinó que Azerbaiyán debe “tomar todas las medidas a su alcance para garantizar la libre circulación de personas, vehículos y carga a lo largo del Corredor de Lachin en ambas direcciones”. Pese a todo esto, el bloqueo se mantiene.

De acuerdo con el abogado argentino, el presidente Aliyev tiene “intenciones genocidas”, entre otras cosas porque “continuó con el bloqueo” después de haber sido notificado por la CIJ sobre los “peligros inminentes” de bloquear el Corredor de Lachín.

Por último, el experto recuerda que Rusia, Estados Unidos y Europa tienen una “posición privilegiada para prevenir el genocidio” y que, si logran llegar a un acuerdo conjunto, “la comida llegará al pueblo armenio en un día”.