Integrantes del Ejército de Gabón anunciaron este miércoles que tomaron el poder en el país, disolvieron todas las instituciones, “incluido el gobierno, el Senado, la Asamblea Nacional y el Tribunal Constitucional”, y cerraron las fronteras “hasta nuevo aviso”. Lo comunicaron minutos después de que se oficializara el resultado de las elecciones del sábado, en las que el presidente, Ali Bongo, fue reelecto con 64,27% de los votos. Según manifestaron los militares golpistas, estos comicios y sus resultados fueron anulados.
“Las Fuerzas de Defensa y de Seguridad, reunidas en el Comité para la Transición y la Restauración de las Instituciones [...], hemos decidido defender la paz poniendo fin al régimen vigente”, dijo uno de los militares que hicieron el anuncio en la televisión estatal. Los golpistas comunicaron también que Bongo se encuentra bajo arresto domiciliario, y que “está junto a su familia y sus médicos”. Otras siete personas, entre ellas uno de los hijos del presidente, Nourredin Bongo, fueron arrestadas por sospechas de corrupción y “alta traición” contra las instituciones del Estado, entre otros delitos, informó Europa Press.
Los militares afirmaron que “el país atraviesa una grave crisis institucional, política, económica y social” y que las elecciones del sábado “no cumplieron con las condiciones de transparencia, credibilidad e inclusividad esperadas por los gaboneses”. Manifestaron que en Gabón hubo además una “gobernanza irresponsable, imprevisible, marcada por una degradación social que amenaza con llevar el país al caos”.
Desde su reclusión domiciliaria, Bongo emitió un mensaje en video que circuló en redes sociales. “Soy Ali Bongo Odimba, presidente de Gabón. Envío un mensaje a todos los amigos que tenemos en el mundo para que hagan ruido”, dijo. Manifestó que está en su residencia y que no está al tanto de lo que está ocurriendo en el país.
Bongo, de 64 años, ya había sufrido un intento de golpe de Estado en 2019, después de que fuera hospitalizado en el extranjero. Según la presidencia, había sufrido una “fatiga severa”, pero medios locales reportaron por entonces que se trató de un infarto cerebral.
Había sido electo presidente por primera vez en 2009, por el Partido Democrático Gabonés, después de la muerte de su padre, Omar Bongo, que gobernó desde 1967 hasta ese año. Sus tres victorias electorales fueron acompañadas por denuncias de irregularidades, en particular la de 2016, cuando derrotó al opositor Jean Ping por menos de 6.000 votos.
Su rival en las elecciones del sábado, Albert Ondo Ossa, también denunció un “fraude orquestado” por el partido de gobierno. El candidato de la coalición Alternancia 2023 alcanzó 30,77% de los votos. Pero estos datos se conocieron después de que su coalición manifestara que había tendencia “muy favorable” a su candidato en el recuento y pidiera un “traspaso pacífico del poder”. Según informó la agencia Efe, después de las elecciones las autoridades impusieron un toque de queda y cortaron la conexión a internet.
El miércoles el jefe de la Guardia Republicana, Brice Oligui Nguema, anunció una reunión con generales para designar un nuevo gobernante. Más tarde, el diario francés Le Monde informó que Nguema fue nombrado por unanimidad presidente del Comité para la Transición y la Restauración de las Instituciones.
En una entrevista con ese periódico, Nguema había afirmado que ahora “Ali Bongo está jubilado”, es “un gabonés normal, como todo el mundo”, y “disfruta de todos sus derechos”. También hizo referencia a “la enfermedad del jefe de Estado” y afirmó: “Todo el mundo habla, pero nadie asume su responsabilidad”. Nguema agregó que Bongo “no tenía derecho a un tercer mandato” y que “el Ejército ha decidido pasar página y asumir su responsabilidad”.
Con este golpe de Estado, Gabón, excolonia de Francia, con quien mantiene estrechos vínculos comerciales, se convirtió en el segundo país africano en transitar una ruptura institucional en dos meses, después de que una junta militar tomara el poder en Níger el 26 de julio, desplazando del poder al presidente Mohamed Bazoum. Desde 2020 también hubo golpes de Estado en Malí, Sudán, Guinea-Conakri y Burkina Faso.
La Unión Africana manifestó su “firme” condena contra “el intento de golpe de Estado” en Gabón, y llamó a las partes a volver al “orden constitucional” por las “vías políticas pacíficas”. El titular de la comisión que dirige el bloque, Moussa Faki Mahamat, dijo que lo ocurrido en Gabón es una “violación flagrante de los instrumentos jurídicos y políticos” de esa organización.
A su vez, el presidente de Nigeria, Bola Tinubu, que ejerce la presidencia rotativa de la Comunidad de Estados del África Occidental, lamentó un aparente “contagio de la autocracia” en el continente y dijo que sigue “de cerca” la situación en Gabón junto a otros integrantes de la Unión Africana.