Seis personas murieron este martes en un ataque lanzado desde un dron contra una oficina del movimiento islámico palestino Hamas en las afueras de Beirut, la capital de Líbano. Una de esas personas era el número dos del ala política de Hamas, Saleh al Arouri.
La Agencia Nacional de Noticias de Líbano comunicó que fue bombardeado el lugar “donde se celebraba una reunión de las facciones palestinas”. Informó también que varias personas fueron heridas en el ataque, que impactó en ese local y en autos que estaban estacionados afuera. El primer ministro libanés, Nayib Mikati, repudió el atentado y lo atribuyó a Israel.
“Este ataque es un nuevo crimen israelí que definitivamente busca llevar a Líbano a una nueva fase de enfrentamientos, después de los continuos ataques diarios en el sur, que han causado un gran número de mártires y heridos”, manifestó en la red social X. “Hacemos un llamamiento a los países involucrados para que presionen a Israel para que deje de atacar”, agregó. “Líbano está comprometido, como siempre lo ha estado, con las resoluciones internacionales” sobre el conflicto entre israelíes y palestinos, dijo, y agregó que Israel “no se ha cansado de matar y destruir a todos, cerca y lejos”.
Según un comunicado emitido más tarde por el gobierno libanés, Mikati llamó al ministro de Relaciones Exteriores, Abdalá Bou Habib, para pedirle que presente “una queja urgente ante el Consejo de Seguridad” de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) “en el contexto del flagrante ataque a la soberanía libanesa con el bombardeo ocurrido en los suburbios sur de Beirut”.
El gobierno de Israel no se pronunció sobre la autoría del ataque, una política que ha mantenido en casos similares. Sin embargo, según informó The Times of Israel, varios integrantes del Ejecutivo saludaron la muerte de Al Arouri.
El dirigente, de 57 años, era considerado el principal líder político de Hamas en el extranjero después de Ismail Haniyeh. Lideraba la presencia del movimiento en Cisjordania y fue uno de los fundadores de su brazo armado, las Brigadas Al Qassam.
El líder de Hamas pasó 12 años preso en cárceles israelíes hasta que fue liberado en 2010.
Ocho años después se instaló en Líbano, y es considerado por Israel responsable de ataques lanzados desde ese país. Durante la escalada actual del conflicto entre israelíes y palestinos, Al Arouri actuó como uno de los intermediarios para la liberación de un centenar de personas secuestradas por Hamas en Israel el 7 de octubre.
Después de ese intercambio de rehenes por mujeres y adolescentes palestinos presos en cárceles israelíes, Al Arouri había dicho a la cadena qatarí Al Jazeera que sólo cuando Israel detuviera los ataques que lanza a diario sobre la Franja de Gaza serían liberadas más personas.
Este martes, antes del asesinato de Al Arouri, también Haniye, que vive en Qatar, habló sobre el conflicto y dijo que cualquier intento de solucionarlo sin tener en cuenta a Hamas sería apenas “una ilusión”.
La zona en la que se cometió el ataque que mató a Al Arouri tiene una fuerte presencia de la milicia libanesa Hezbolá, que desde octubre mantiene enfrentamientos con Israel en la frontera entre los dos países.
Hasta el lunes, ese intercambio de hostilidades se mantenía dentro de un rango de 50 kilómetros de la frontera, pero el ataque de este martes impactó en una zona más alejada, en Mushirifiyá, que no había sido objetivo militar desde la guerra de 2006, informó la agencia Efe.
Hezbolá fue el primer grupo armado en confirmar la muerte de Al Arouri, y esa información fue ratificada después por Hamas, que gobierna en la Franja de Gaza.
El movimiento responsabilizó a “la ocupación sionista” de matar “cobardemente” a líderes palestinos y dijo que esto “prueba una vez más el completo fracaso de este enemigo en lograr cualquiera de sus beligerantes objetivos en la Franja de Gaza”. Las Brigadas al Qasam prometieron “una respuesta”.
A su vez, la Autoridad Nacional Palestina, que controla parte de Cisjordania, condenó el ataque y expresó sus condolencias “al pueblo palestino, al movimiento Hamas y a la familia” de Arouri.
El primer ministro Mohamed Shtayyeh no nombró a Israel, pero dijo que se trata de “un crimen que lleva la identidad de sus autores” y advirtió sobre “los riesgos y repercusiones que pueden derivarse” de este ataque.