La semana pasada se conoció que grupos de extrema derecha, entre ellos políticos del partido Alternativa para Alemania (AfD), se reunieron en Potsdam con el propósito de planificar la “deportación masiva de inmigrantes”. La noticia provocó protestas contra la extrema derecha en varias zonas de Alemania, en momentos en que la AfD aparece en segundo lugar en las encuestas de intención de voto, señaló Associated Press.

La noticia de la reunión fue publicada por la red de investigación Correctiv, que informó que Martin Sellner, líder del ultraderechista Movimiento Identitario, propuso un plan para la “reemigración”, según el cual tres grupos de migrantes deberían ser deportados. Estos tres grupos son los solicitantes de asilo, los no alemanes con derechos a residencia y los ciudadanos alemanes “no asimilados”. El plan consistiría en trasladar a esos grupos a un “Estado modelo” en África del Norte, donde se alojarían hasta dos millones de personas, incluso aquellos que apoyan a los refugiados.

Entre los asistentes a la reunión figuraba Roland Hartwig, el ayudante de la líder de la AfD, Alice Weidel. Hartwig había sido descrito como “el secretario general no oficial del partido”, pero el lunes se anunció que él y Weidel habían terminado su colaboración “con efecto inmediato y por mutuo acuerdo”, según publicó ZDF.

El domingo, miles de manifestantes se juntaron en Potsdam y Berlín para protestar contra los grupos ultraderechistas. Según informó Tagesschau, las autoridades locales estimaron que aproximadamente 25.000 personas se congregaron en la protesta en la Puerta de Brandeburgo, en Berlín. Algunos activistas llevaban pancartas con lemas como “Es hora de defender la democracia” y “Detengan a los pirómanos. Detengan a la AfD”.

Entre los participantes en Potsdam se encontraba el canciller, Olaf Scholz, y la ministra de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock. El alcalde de Potsdam, Mike Schubert, organizó la protesta bajo el lema de “Potsdam se defiende”, para demostrar que un plan para expulsar a millones de migrantes del país “no pertenece a nuestra sociedad”.

Las protestas continuaron en diversas zonas de Alemania durante esta semana. Según informó NDR, 2.500 manifestantes se reunieron en Rostock el lunes, 8.500 en Hanover el martes, aproximadamente 30.000 en Colonia ese mismo día, y 10.000 en Freiburg el miércoles. También el jueves de la semana pasada, tuvo lugar una protesta de 2.000 personas en Hamburgo. En Schwerin, donde se desarrolló una protesta de 1.600 personas en la noche del martes, se escucharon cantos de “Nazis fuera”, “Todo Schwerin odia la AfD” y “Todos juntos contra el fascismo”.

Jeannot Ekobe, asesor científico para el Partido Socialdemócrata (SPD) en el parlamento estatal de Schwerin, fue a la protesta a título personal y dijo a NDR: “Espero que este sea el punto de partida, que la población hasta ahora silenciosa se levante y se comprometa con la democracia y la aceptación”. Ekobe, que nació en Camerún, dijo que estaba “totalmente afectado” por la noticia del plan de los grupos extremistas. “Ya tenía mucha información sobre lo que hace la AfD. Pero el hecho de que realmente piensen así y planeen ponerlo en práctica me asusta”, dijo, y agregó: “Por otro lado, sé que muchas personas están listas para luchar contra esto”.

Lars Klingbeil, el colíder del SPD, dijo en el Parlamento que durante los últimos días “hemos escuchado miedos y preocupaciones; hemos visto que, en las mesas de Alemania, ciudadanos alemanes están discutiendo la cuestión de si deben huir de su propio país”. Les dijo a los legisladores de la AfD: “Ustedes son un lobo con piel de cordero, pero les digo que su fachada está empezando a desmoronarse”, según informó Associated Press.

Por su parte, el secretario ejecutivo de la AfD, Berndt Baumann, dijo que los partidos convencionales están “falsificando nuestras demandas, particularmente sobre el asunto de ‘reemigración’” y afirmó que la AfD es objetivo de una “campaña taimada por políticos y periodistas de la clase arruinada izquierda-verde”. Agregó: “Pequeños clubes de debate privados están siendo exagerados en reuniones secretas que son un peligro al público”.