China presentó este lunes una denuncia ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) contra la Unión Europea (UE), debido a los nuevos aranceles impuestos por el bloque a los vehículos eléctricos chinos, medida que comenzó a regir la semana pasada.

El Ministerio de Comercio de China dijo que la medida busca “salvaguardar los intereses del desarrollo de la industria de vehículos eléctricos y la cooperación global en la transformación verde”. “Es lamentable ver a la parte europea anunciar su decisión final, a pesar de las numerosas objeciones de actores relevantes, como los Estados miembros, las industrias y la opinión pública”, destacó el ministerio chino, de acuerdo a lo que consignó la cadena Deutsche Welle.

Los nuevos aranceles europeos entraron en vigor el 30 de octubre, cuando China ya había anunciado que “no estaba de acuerdo ni aceptaba” la decisión de Bruselas. El bloque aprobó un nuevo impuesto que oscila entre el 7,8% y el 35,3% sobre los vehículos eléctricos chinos, que se suma al impuesto estándar de importación de autos del 10%.

Los aranceles se aplicarán durante los próximos cinco años y se definieron después de una larga investigación que demostró que los fabricantes chinos habían recibido subsidios ilegales por parte del Estado. La norma establece un impuesto gradual para cada empresa, como forma de compensar las subvenciones que cada una habría recibido. Los gigantes Saic, Geely y BYD, por ejemplo, son tres empresas que se verán directamente afectadas por la medida adoptada por los europeos.

La nueva normativa de la UE también afecta a los fabricantes occidentales que producen en China y recibieron subvenciones, como la estadounidense Tesla, propiedad de Elon Musk, que estará sujeta a un impuesto del 7,8%.

Para el gobierno chino, la barrera arancelaria que incrementa el costo de los vehículos eléctricos producidos en China hasta un 45,3% viola “gravemente” las normas de la OMC.

De acuerdo a lo que consignó Associated Press, el vicepresidente de la Comisión Europea, el letón Valdis Dombrovskis, afirmó el martes que “al adoptar estas medidas proporcionadas y específicas tras una investigación rigurosa, estamos defendiendo las prácticas justas del mercado y la industria europea”.

“Damos la bienvenida a la competencia, incluso en el sector de los vehículos eléctricos, pero debe estar respaldada por la justicia y la igualdad de condiciones”, afirmó. La Comisión sostiene que los aranceles son necesarios para proteger a las empresas automovilísticas europeas de la competencia desleal. Estados Unidos y Canadá anunciaron que impondrán un arancel del 100% sobre los vehículos eléctricos chinos, lo que convierte a la UE en un mercado muy lucrativo para las compañías fabricantes de estos autos.

La Comisión Europea también garantizó que suspenderá la aplicación de los aranceles si logra llegar a un acuerdo con China en los próximos cinco años. La decisión de establecer estos nuevos impuestos, impulsada principalmente por Francia, no fue unánime. Cinco países europeos se opusieron a la medida, diez la apoyaron y 12 se abstuvieron.

Alemania y Hungría votaron en contra por temor a “un conflicto comercial de gran alcance” con China que se extendería a otros sectores. En represalia a la medida adoptada por la UE, el país asiático anunció que empezará a realizar estudios sobre las importaciones de whisky, productos lácteos y carne de cerdo procedentes de la UE. Esto último podría resultar especialmente perjudicial para España, que es el principal proveedor de estos productos a China.