El gobierno de Rusia expresó que la administración saliente de Joe Biden quiere intensificar el conflicto en Ucrania al permitir que Kiev utilice misiles de largo alcance para ataques dentro de Rusia.
Aunque la Casa Blanca no lo confirmó oficialmente, el domingo varios medios estadounidenses informaron, basados en fuentes oficiales, que la administración Biden, cuyo mandato finalizará el 20 de enero, decidió permitir que Ucrania ataque en territorio ruso con armas fabricadas en Estados Unidos.
“Está claro que la administración saliente en Washington tiene la intención de tomar medidas para seguir echando más leña al fuego e inflamar aún más las tensiones en torno a este conflicto”, dijo el lunes el portavoz del presidente Vladimir Putin, Dimitri Peskov.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, había presionado durante mucho tiempo para obtener autorización de Washington para utilizar el Sistema de Misiles Tácticos del Ejército, conocido por sus iniciales ATACMS, para alcanzar objetivos dentro de Rusia.
Peskov dijo que Putin había expresado claramente la posición de Rusia en setiembre, cuando advirtió que la decisión de permitir a Kiev usar armas de mayor alcance contra objetivos dentro de Rusia significaría que la OTAN estaría directamente “en guerra” con Moscú.
En la misma línea se expresó este lunes la cancillería rusa, que mediante un comunicado expresó que el Kremlin responderá de manera “apropiada” si Ucrania utiliza misiles de largo alcance para atacar objetivos en territorio ruso.
“El uso de misiles de largo alcance por parte de Kiev para atacar nuestro territorio significaría la implicación directa de Estados Unidos y sus satélites en las hostilidades con Rusia y un cambio radical en la esencia y naturaleza del conflicto”, subrayó el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, y puntualizó que “la respuesta de Rusia en este caso será apropiada y se hará sentir”.
También este lunes medios internacionales informaron que el presidente ucraniano visitó de manera sorpresiva la ciudad de Pokrovsk, en la frontera este ucraniana, en la región de Donetsk, que está parcialmente bajo control ruso.
Intentando dar ánimo a los combatientes y a la población en general, Zelenski publicó un video en el que se lo vio conversando con las tropas que están defendiendo la ciudad de los ataques rusos, que se encuentran a menos de diez kilómetros del lugar.
En un mensaje que acompaña la grabación, Zelenski describió la situación en dicho frente como “intensa” y agregó: “Sólo gracias a la fuerza de los soldados el este no está completamente ocupado por Rusia. El enemigo recibe una respuesta diaria. Gracias a los soldados por su valentía”.
Pokrovsk tiene una ubicación estratégica, porque está situada en una intersección de carreteras y vías férreas que lo convierten en un importante punto logístico para militares y civiles.
El ejército ucraniano dijo que sus fuerzas habían repelido más de 30 ataques rusos cerca de Pokrovsk únicamente durante las últimas 24 horas.
Paralelamente, este lunes las fuerzas rusas lanzaron un bombardeo sobre la ciudad ucraniana de Odesa, el puerto más importante del país, situado sobre las costas del mar Negro. Según informaron las autoridades locales, el ataque causó la muerte de diez personas y heridas a más de 50, afectando severamente la infraestructura energética de la ciudad.
También este lunes, en el marco de la cumbre del G20 que se está desarrollando en Río de Janeiro, el presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, anunció la presentación de un plan para lograr poner fin a la guerra entre rusos y ucranianos.
De acuerdo a la información a la que accedió la cadena Bloomberg, la propuesta del líder turco se basaría en cuatro puntos: congelar las líneas de frente tal como están en la actualidad; un compromiso de Ucrania de no adherirse a la OTAN al menos durante los próximos diez años; suministrar a Ucrania armas para su defensa, y desplegar fuerzas de paz internacionales en una zona desmilitarizada en la región del Donbás.
Antes de que se conociera públicamente, desde el Kremlin habían dejado claro que congelar la actual situación militar como una condición para el fin del conflicto sería absolutamente “inaceptable”.