El ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Gideon Saar, viajó el viernes a Países Bajos a respaldar a los hinchas del cuadro de fútbol Maccabi que viajaron a Ámsterdam a ver un partido de la Europa League con el Ajax. Para Saar, lo que había ocurrido horas antes en esa ciudad fue “quizás el mayor ataque contra judíos en Europa” desde la Segunda Guerra Mundial.

De acuerdo con distintos medios, la policía antidisturbios neerlandesa tuvo que intervenir para proteger a hinchas israelíes que fueron atacados en distintas zonas de la ciudad. La situación terminó con 62 personas detenidas y cinco heridos hospitalizados.

Según la Policía, en total llegaron a la capital neerlandesa unos 2.600 hinchas israelíes. Las tensiones habían comenzado antes del partido del jueves. El jefe de la Policía de Ámsterdam, Peter Holla, dijo en conferencia de prensa que ya el miércoles “los seguidores del Maccabi arrancaron una bandera de una fachada en la calle Rokin y destrozaron un taxi. En la plaza Dam quemaron una bandera palestina”. La Policía tuvo que intervenir para evitar un enfrentamiento con un grupo de taxistas.

Durante el partido, Ajax pidió un minuto de silencio por quienes murieron a causa de las tormentas en Valencia, España, pero los hinchas israelíes abuchearon y silbaron durante ese instante. Después, recorrieron las calles gritando cánticos como “muerte a los árabes” o “que gane el IDF [el ejército israelí], que se jodan los árabes”.

La Autoridad Nacional Palestina, liderada por el presidente Mahmud Abbas, condenó las “acciones bárbaras”, los “cánticos antiárabes y los ataques al simbolismo de la bandera palestina”. La cancillería pidió a las autoridades neerlandesas que investiguen lo ocurrido y que protejan a los palestinos y árabes en Países Bajos.

A su vez, tanto la Unión Europea como Estados Unidos condenaron los ataques “antisemitas”, que, según dijo el presidente estadounidense, Joe Biden, “recuerdan oscuros momentos de la historia en los que los judíos fueron perseguidos”.

El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, António Guterres, se manifestó “conmocionado” por la violencia desatada en Ámsterdam y repudió “el antisemitismo y el fanatismo antimusulmán”.