La hostilidad que existe en la Asamblea Nacional de Francia hacia el presidente Emmanuel Macron quedó de manifiesto este miércoles, cuando 331 parlamentarios de la oposición, tanto de izquierda como de la extrema derecha, se unieron para aprobar la moción de censura contra el primer ministro, Michel Barnier, quien había asumido el cargo hacía apenas tres meses.

El principal motivo de la censura a Barnier, una figura secundaria en esta historia –el objetivo de la oposición es la caída de Macron–, fue la aprobación del presupuesto sobre seguridad social, que el primer ministro aprobó sin el visto bueno del Parlamento.

Esto llevó a que desde diversas tiendas políticas se activara el mecanismo de censura, por lo que Barnier fue destituido con 331 votos del total de 577 que tiene la Asamblea Nacional, la cámara baja del Parlamento galo.

Como fuerzas mayoritarias, fueron determinantes los votos de los izquierdistas del Nuevo Frente Popular (NFP), así como los de los ultraderechistas de la Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés).

El número es significativo, ya que para aprobar la moción de censura se necesitaban 289 votos, pero los únicos que apoyaron a Barnier fueron los integrantes de Renacimiento, el partido de Macron, y la derecha tradicional.

Barnier se presentó este miércoles en el Parlamento y en su discurso, aunque reconoció imperfecciones, defendió el presupuesto. “Tuve la responsabilidad de pasar el presupuesto de la seguridad social”, dijo el jerarca destituido, quien aseguró que, si bien este “no era perfecto”, trabajaron por mejorarlo para reducir el gasto.

“No es por gusto que he presentado casi sólo medidas difíciles; habría preferido repartir dinero”, dijo Barnier, quien advirtió a los diputados que “esta realidad no desaparecerá por la magia de una moción de censura”.

El diario parisino Le Figaro informó que el jueves por la mañana Barnier se dirigirá al Palacio del Elíseo, la sede del Ejecutivo francés, para presentarle formalmente su renuncia al presidente Macron, quien anunció que se dirigirá a la ciudadanía en un mensaje televisivo en las primeras horas de la noche.

El disgusto del gobierno ante la medida adoptada por la mayoría de los parlamentarios fue expresado por varios jerarcas del gobierno, entre ellos el ministro de Economía, Antoine Armand, en un mensaje publicado en su cuenta de X. “El RN y el NFP mezclaron sus voces para desestabilizar el país”, expresó el integrante del gabinete macronista.

Por la noche, en un programa de la cadena TF1, Marine Le Pen, líder de RN, afirmó que tomó “la decisión de proteger a los franceses”. “No había otra solución que esta”, expresó la dirigente ultraderechista, quien agregó que “Michel Barnier no escuchó a la oposición cuando elaboró su presupuesto”.

Le Pen dijo además que no sentía la censura “como una victoria” y expresó también que “espera el nombre del nuevo primer ministro” durante el discurso de Macron.

Por su parte, el secretario del Partido Socialista, Olivier Faure, explicó a la cadena France 2 la motivación de su voto en favor de la salida de Barnier. “Voté por la moción de censura con seriedad. Sé que es un momento difícil que preocupa mucho a los franceses, pero es una oportunidad para empezar de nuevo”, afirmó. “La censura no es un fin en sí mismo. El objetivo es encontrar, para los franceses, nuevos motivos de esperanza sobre el poder adquisitivo, el acceso a los servicios públicos, la educación, que son las principales cuestiones que apoya la izquierda”, concluyó Faure.