Este miércoles arribó a la ciudad china de Shanghái el primer barco procedente del puerto peruano de Chancay, una terminal portuaria gigantesca, situada 80 kilómetros al norte de Lima, que fue financiada básicamente con capitales chinos.

El 60% del megapuerto es propiedad de la empresa Cosco Shipping Ports Limited, de la que el Estado chino es accionista mayoritario, mientras que el 40% restante pertenece a la compañía peruana Inversiones Portuarias Chancay. La inversión inicial en las obras para la construcción del puerto fue de 1.300 millones de dólares, aunque se estima que en los próximos años podría llegar a un total de 4.000 millones.

El puerto fue inaugurado en noviembre, en el marco de la celebración, en varias ciudades peruanas, de la cumbre de la Cooperación Económica Asia-Pacífico. Más conocida por su sigla en inglés, APEC, es un foro multilateral conformado por países asiáticos, oceánicos y americanos, cuya finalidad es potenciar el comercio en la región.

La obra, considerada de vital importancia para Pekín, que con este puerto logra poner una pata comercial muy fuerte en América del Sur, fue inaugurada desde Lima por la presidenta peruana, Dina Boluarte, y su par chino, Xi Jinping, que viajó a Perú especialmente para la ocasión.

El portal chino Xinhua informó que se espera que la ruta directa entre Shanghái y Chancay reduzca los costos de envío en al menos un 20%, genere 4.500 millones de dólares en ingresos anuales para Perú y cree 8.000 empleos directos.

La instalación del enorme puerto en la costa peruana causó mucha preocupación en Estados Unidos, en el marco de la puja comercial global entre el país norteamericano y China.

Debido a esto, en las últimas semanas medios chilenos informaron que, para contrarrestar la influencia china en la zona del Pacífico, Washington estaría interesado en invertir en el puerto de San Antonio, situado en la región de Valparaíso, que es la principal terminal portuaria del país trasandino.

El canal chileno T13 informó a fines de noviembre que una delegación de empresarios estadounidenses llegará a Chile en las próximas semanas con la intención de evaluar una potencial inversión millonaria en el puerto de San Antonio.

Las conversaciones entre Chile y Estados Unidos sobre este tema comenzaron en setiembre, en el marco de las rondas anuales de conversaciones que la Casa Blanca mantiene con todos los países que tienen representación diplomática en Washington.

En aquella oportunidad, el Departamento de Estado estadounidense notificó a Chile que la reunión rutinaria no sería encabezada por el embajador para los Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols, sino por alguien de mayor rango, el subsecretario del Departamento de Estado, Kurt Campbell. El cambio de interlocutor llamó la atención de la cancillería chilena, por lo que la misión fue encabezada por la subsecretaria de Relaciones Exteriores del gobierno de Gabriel Boric, Gloria de la Fuente.

Tras el encuentro, se informó que la organización y coordinación de los inversores será realizada por el Development Finance Corporation, un banco de inversiones estadounidense, según confirmaron oficiales diplomáticos de Estados Unidos. A este viaje se suma la apertura de un “requerimiento de información” que abrieron las autoridades del puerto de San Antonio a empresas extranjeras interesadas en su futura modernización.

Además, este plan tuvo un impulso en las últimas horas. Un reporte del medio económico Bloomberg afirmó que el futuro presidente estadounidense, Donald Trump, quien asumirá el cargo el 20 de enero, pretende imponer aranceles de hasta un 60% a bienes de cualquier país que sean exportados por el puerto de capitales chinos en Perú.

La decisión de Trump vendría acompañada de decisiones estratégicas para potenciar a países aliados en la región, como Argentina y Chile.