Viernes 2 de febrero, 18.30, avenida Gabriela Mistral, Villa Independencia. El fuego lo consumía todo y decenas de vecinos intentaban huir de las llamas. No tenían claro cómo hacerlo. Algunos lo lograron, pero no todos. El dramático testimonio gráfico de esa desesperación es una imagen que pasará a la historia: decenas de vehículos calcinados, atrapados en un taco infernal. Se encontraron personas fallecidas entre los fierros chamuscados.

Los testimonios de los vecinos se repiten en otros sectores. Todos dicen lo mismo. No sabían hacia dónde escapar. La legislación vigente desde 2021 contempló este escenario dramático. Por ello, el mismo Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres de Chile (Senapred) ofició a los municipios para que contaran con planes de emergencia, y eso incluía un plan de evacuación. Según la comuna, ese diseño debe adecuarse a las amenazas que acechan: incendios forestales, maremotos, terremotos, erupciones, inundaciones o emergencias químicas.

Cuando el viernes 2 de febrero se desató el incendio, la Municipalidad de Viña del Mar no tenía vigente ni su Plan de Emergencia Comunal ni su Plan de Evacuación ante incendios forestales. Según le dijo el Senapred al medio Ciper, el 13 de octubre de 2022 su dirección nacional envió oficios a todos los municipios del país para que elaboraran los planes de emergencia. Y el 10 de abril de 2023, la dirección del Senapred en Valparaíso ofició en el mismo sentido a las municipalidades de la región.

De acuerdo con la reconstitución de los hechos que pudo hacer Ciper, a inicios de noviembre del año pasado la Municipalidad de Viña del Mar había entregado su Plan Comunal de Emergencia a la oficina regional del Senapred. Pero el mismo municipio lo dejó sin efecto, porque el informe había sido plagiado por un funcionario municipal.

Entonces, la municipalidad abrió un sumario, el que aún está en curso. La información se la confirmó a Ciper el Municipio de Viña del Mar, que entregó una versión por escrito en la que se refiere al documento como “un informe mal realizado por un trabajador de planta, al que inmediatamente se decidió iniciar un sumario, debido a la injustificable presentación ante sus superiores de un escrito deficiente y que no hacía referencia a lo que se le había instruido como labor”.

A fines de noviembre, la municipalidad comenzó a trabajar de nuevo en su Plan de Emergencia Comunal. El 12 de diciembre le entregaron una nueva versión al Senapred de Valparaíso. El 30 de enero ese servicio se lo devolvió a las autoridades comunales con algunas sugerencias. Estaban en esa labor cuando se desató uno de los incendios más letales en la historia de Chile. Hasta ahora, los fallecidos suman 131 personas, debido a las llamas que afectaron a las comunas de Viña del Mar, Quilpué, Limache y Villa Alemana.

Lo que la municipalidad sí tiene activo es el Plan Municipal de Emergencias 2022-2025, que fue aprobado en junio de 2022. En todo caso, se trata de un plan previo que no se ha ajustado al formato exigido por el Senapred.

Otro documento revisado por Ciper, el Plan de Protección contra Incendios Forestales, entregado por la Corporación Nacional Forestal (Conaf) a la Municipalidad de Viña del Mar a fines de 2021, solicitaba la creación de un plan de evacuación. Lo plantea en su página 33. Allí dice que se hace necesario elaborar un “diagnóstico para determinar áreas de seguridad”, “determinar puntos de concentración” y “rutas de evacuación por sectores”.

El informe de la Conaf

En los últimos diez años, al menos el 23% de los incendios que tuvieron lugar en Viña del Mar han sido intencionales. Así lo señala el Plan de Protección contra Incendios Forestales elaborado y despachado por la Conaf en 2021 para la Municipalidad de Viña del Mar. Esos informes son realizados por el organismo para cada uno de los municipios del país.

Ciper tuvo a la vista el documento enviado al municipio de Viña del Mar. Según ese informe, en el último decenio hubo un total de 584 incendios forestales en la comuna, siendo el período de 2012-2013 el que tuvo mayor cantidad de incendios, concentrando el 16%.

Lo más revelador de ese informe es que ya en 2021 advirtió sobre los sectores de la comuna que tienen un “alto riesgo” en caso de incendio. Casi todas las zonas mencionadas en esa nómina fueron arrasadas por las llamas a principios de mes: Achupallas, Chorrillos, Forestal, Gómez Carreño, Nueva Aurora, Reñaca Alto, Viña Oriente, Recreo y Miraflores Alto.

Ese documento también establece una serie de ejes pensados para prevenir la ocurrencia y propagación de incendios forestales. Entre ellos la realización de patrullajes preventivos permanentes para fiscalización forestal, uso de fuego y otras situaciones de alteración ambiental; difusión en medios de comunicación de medidas preventivas contra incendios forestales; erradicación de microbasurales, limpieza de pastizales, poda de ramas cercanas a viviendas y continuación con cortafuegos por parte de empresas subcontratadas por distribuidoras de electricidad. Se agregó una mesa técnica de incendios forestales y orientaciones a la comunidad para postular proyectos de prevención de incendios.

Ciper consultó a la Municipalidad de Viña del Mar por la ejecución de cada una de estas recomendaciones. El municipio respondió enviando su propio informe, en el que se detalla un cronograma de trabajo que contempló la instalación de cortafuegos y desmalezamientos de ciertas zonas de la comuna entre octubre y enero del año pasado. Pero en ese archivo no hay registros de patrullajes preventivos o de la realización de una mesa técnica o referencias a la subcontratación de una empresa por parte de las distribuidoras de electricidad para la instalación de cortafuegos. El municipio no respondió esas consultas.

Para este artículo también se le preguntó a la Conaf por la ejecución de estas recomendaciones, pues en el informe elaborado por esa institución aparece junto a la municipalidad como uno de los organismos responsables de la implementación de las medidas recomendadas. Pero hasta el cierre de este reportaje, la Conaf no respondió preguntas.

Vecinos acusan abandono

Jessica Astudillo (41) es madre de dos hijos. En 2015 llegó a vivir a la toma El Sauce 2, ubicada en el sector de Villa Hermosa, y desde marzo del año pasado ocupa el cargo de secretaria en la directiva del comité de vivienda. La dirigente recuerda que la alerta SAE llegó a eso de las 17.30 del viernes, prácticamente junto con el fuego: “Llegó la alerta de ‘Evacúe Villa Hermosa’, me doy la vuelta y mi casa ya estaba en llamas, no sabía hacia dónde correr”.

Cuando Ciper le consultó por las acciones que el municipio tomó para prevenir incendios en esa zona de Viña del Mar, la respuesta de Jessica Astudillo es clara: ninguna. “De la municipalidad jamás han venido a limpiar [maleza y material combustible]. Cada uno se preocupa de mantener su casita limpia. Yo, por ejemplo, le pago cuando puedo a un señor para que me limpie”. Otros dirigentes sociales comentaron lo mismo a Ciper.

Al otro lado de la quebrada que delimita el sector de Villa Hermosa, vive Pedro Noveroy (73), presidente de la Junta Vecinal La Cantera desde 2006. Noveroy fue de los pocos vecinos que no perdieron su casa, por milagro, dice él. Cuenta que de las 34 viviendas que había en ese sector más de 20 fueron consumidas por las llamas. Al igual que Jessica Astudillo, el dirigente asegura que, por esos lados, el municipio no se ha acercado a implementar medidas de seguridad ante incendios: ni cortafuegos ni desmalezamiento o retiro de pastizales. Tampoco, sostiene, los han orientado con charlas educativas o planes de evacuación.

Cuando Ciper recorrió Villa Hermosa, no se divisó ningún cortafuego en el sector. No es extraño. En el cronograma de trabajos establecido en el informe Prevención de incendios forestales urbanos, elaborado por la Municipalidad de Viña del Mar en octubre de 2023, no se contempla la construcción de cortafuegos por esas calles.

Incluso, en ese documento, tampoco se incluyen trabajos de desmalezamiento en la toma El Sauce 2, donde vive Astudillo, o por la calle Holanda, donde vive Noveroy.

Entre los vecinos y dirigentes sociales que accedieron a conversar con Ciper, los recuerdos sobre la alerta de evacuación y la hora de inicio de los incendios varían. Noveroy dice que a él le llegó la notificación a eso de las 16.30, en pleno incendio. También recuerda que el grifo que se encuentra justo frente a su casa no tenía agua. “En la noche hubo un rebrote, pero los jóvenes del sector ya se habían preparado y lograron contenerlo”, comenta. Y agrega que, para evitar que el fuego se propagara, ocuparon una noria que se encuentra frente a la sede de la junta vecinal.

Más al oeste, al otro lado del Jardín Botánico, las llamas también ardieron en el monte Sinaí. Lilibeth Sasso (36) es presidenta de Alto Sinaí, uno de los tres comités de ese cerro. La dirigenta le dijo a Ciper que de las 130 viviendas que comprende su comité, más de 110 se vieron afectadas. Sasso comenta que, en su rol de presidenta, ya había solicitado a la municipalidad la construcción de cortafuegos: “Pero no se ha hecho tampoco planes de evacuación o poda de pastizales […]. En diez años no recuerdo un operativo de la municipalidad”.

En Alto Sinaí la catástrofe los azotó el día sábado, a eso de las 13.00. La madrugada anterior, cuenta Sasso, los vecinos la pasaron en vigilia, preocupados de que el incendio iniciado el viernes los alcanzara. “Lo más grave es que nos cortaron el agua la noche del viernes, cuando comenzaron los incendios. Cuando se inició por acá, no teníamos cómo apagarlo. Es como que dejaron que nos quememos”. En tres horas, el fuego arrasó con casi todo el monte y cobró la vida de un vecino, relata Sasso.

La villa El Dorado se encuentra entre el sector de Limonares y el monte Sinaí. Allí hay cerca de 30 familias afectadas por las llamas. Carolina Díaz (54) es presidenta de la junta vecinal y es la única dirigente que dijo a Ciper que la municipalidad sí ha realizado operativos de desmalezamiento y remoción de pastizales en su sector. Lo hizo, según recuerda, a finales de 2023.

Nindrod Sandoval (60) es presidente de la junta de vecinos de la villa Rogers, en el sector de Achupallas, a los pies del campamento Manuel Bustos y a un lado de Villa Independencia. Sandoval comenta que, semanas antes de los incendios, los mismos vecinos habían desmalezado: “Desde agosto que venía solicitando al municipio ayuda con el desmalezamiento […]. Después de urgirles muchas veces, la municipalidad se acercó a retirar el pasto seco que nosotros mismos cortamos”. El dirigente dice que eso ocurrió apenas dos semanas antes de los incendios y cuenta que ni ellos ni el municipio han instalado cortafuegos. Como muchos de sus vecinos en la villa, él también perdió su casa.

Una versión más extensa de este artículo fue publicada originalmente en Ciper.