Este martes retornó a Buenos Aires el presidente argentino, Javier Milei, después de la gira oficial que realizó junto a su comitiva por Israel, Italia y la Ciudad del Vaticano.
Después de poco más de dos meses al frente del Ejecutivo, el gobernante libertario enfrenta problemas muy grandes para poder llevar adelante sus políticas y el naufragio de la ley ómnibus en el Congreso pareció ser un detonante que terminó de convencerlo de reconfigurar su gobierno, estableciendo una posible alianza con el expresidente Mauricio Macri, quien en este momento, aunque no lo sea formalmente, es el líder del PRO. Es por ello que se espera que Milei y Macri se reúnan en las próximas horas.
Si bien algunos referentes de La Libertad Avanza (LLA), como el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, dijo este martes en declaraciones radiales recogidas por Ámbito Financiero que lo que se busca con esta unión política es construir un “unibloque” en el Congreso entre los libertarios y el PRO, la idea del líder de estos últimos va más allá.
Macri pretende con su poder político tener un peso determinante en el Ejecutivo de Milei, que tiene muchísimos frentes abiertos, con una situación general del país que sigue siendo extremadamente compleja en muchos aspectos, empezando por el económico.
“Hay que aumentar el volumen político”, declaró una fuente del PRO a La Nación, dejando claro que los macristas condicionan la sumatoria de fuerzas parlamentarias a un mayor margen de acción para evitar otros traspiés como el de la ley ómnibus y asegurarse que prosperen las iniciativas que proponga el Poder Ejecutivo.
A la vez, dentro del PRO también existen diferentes posiciones, y una eventual alianza con el oficialismo generaría un quiebre interno, comandado por el exjefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, quien, distanciado hace tiempo de Macri, podría intentar la creación de un espacio político propio.
Los problemas inmediatos que tiene que encarar el gobierno de Milei son varios. Uno de ellos es el cruce con los gobernadores provinciales, a quienes acusa de haber boicoteado la ley ómnibus. Desde el Ejecutivo se insiste en que se le retirará el subsidio al transporte que tienen las provincias, lo cual redundaría en un aumento sustancial del costo de los boletos. En algunos casos, las tarifas podrían sobrepasar los mil pesos argentinos, algo menos de un dólar, de acuerdo a la cotización actual del dólar paralelo.
El ministro de Transporte de la provincia de Buenos Aires, Jorge D'Onofrio, opinó que “la quita de subsidios es una venganza por la caída de la ley ómnibus”, y pidió a las autoridades del Ejecutivo que “reflexionen, porque esto no se lo están haciendo a un gobernador, sino que se lo están haciendo a la gente”.
También hay problemas con los gremios docentes porque el gobierno no quiere pagar dos fondos -creados por ley- que los trabajadores de la educación cobran al comienzo de los cursos. Por ello, la secretaria general de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA), Sonia Alesso, criticó al gobierno por frenar el envío del dinero de fondos docentes a las provincias y pidió que “recapacite” para evitar inconvenientes en el comienzo del ciclo lectivo.
En diálogo con Splendid AM 990, consignado por eldiarioar.com, Alesso exigió que “el gobierno recapacite y envíe los fondos, si no el próximo mes los docentes van a cobrar menos”. “No vamos a aceptar que nos rebajen el salario”, expresó Alesso, quien advirtió que “no hay ningún antecedente de ningún gobierno que dejara de pagar” los fondos docentes.
Al cuestionar las políticas impulsadas por la gestión de Milei, expresó que “este ajuste lo que está haciendo es dañar la posibilidad de vida de la gente”. “Se pararon todas las obras de infraestructura y eso significa también muchos jardines de infantes y ampliación de escuelas. Una cosa es limitar gastos y otra es directamente no pagar sueldos o no construir escuelas”, añadió.
Pero como si los problemas fueran pocos, el Ejecutivo tampoco está enviando los alimentos que hacen que funcionen miles de comedores en todo el país. Ante esta situación, el presidente de Cáritas y obispo de Quilmes, el monseñor Carlos Tissera, afirmó este martes en declaraciones a Página 12 que el gobierno “tiene que recapacitar” y que “el diálogo debe ser el camino” para solucionar la falta de entrega de alimentos a comedores, para lo cual consideró necesario que “se sienten en la mesa otras organizaciones sociales”.
“Primero está la comida de la gente y uno anhela que sea traída por el trabajo, lo lógico sería que los argentinos pudieran comer lo que se ganan. Pero con este porcentaje de pobreza que hay, solucionar el tema alimentario es el principal problema de todos”, expresó Tissera.