En una sesión extraordinaria del Congreso paraguayo que tuvo lugar este miércoles, la mayoría de los legisladores del oficialista Partido Colorado lograron sacar adelante una moción para quitarle la investidura y expulsar del cuerpo a la senadora Kattya González, una de las figuras más prominentes de la oposición, integrante del centrista Partido Encuentro Nacional.

Según la acusación formal impulsada por Honor Colorado, el sector que comanda el expresidente Horacio Cartes, la figura más influyente de la política paraguaya, dos asesores de González, Soledad Blanco y José Torales, cobraron dinero de manera irregular por horas en las que supuestamente no trabajaron.

Pero la verdadera motivación de los colorados era mandar un mensaje claro de que no están dispuestos a aceptar voces disidentes en el Congreso, donde después del gran resultado que obtuvieron en las elecciones del año pasado tienen mayoría absoluta en ambas cámaras.

Esta acumulación de poder por parte del partido de gobierno está generando temores, dentro del arco opositor, de que el país se dirija hacia un sistema autoritario. Por eso González comenzó el sábado una huelga de hambre en reclamo de que los colorados no impulsen una reforma de la Constitución que permita la reelección.

La votación estuvo precedida por una polémica sobre el número de legisladores necesarios para aprobar la moción de expulsión de González.

Mientras que los colorados afirmaban que únicamente eran necesarios 23 votos, es decir, la mitad más uno de los integrantes del Senado, que son en total 45, legisladores de varios partidos de la oposición recordaron que el reglamento establece que para la aprobación de esta iniciativa eran necesarios dos tercios del total, es decir, 30 votos.

En su intervención, el senador Salyn Buzarquis, del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), calificó de “innecesaria” la promoción de la pérdida de investidura y señaló que el oficialismo cuenta con los votos necesarios para llevar adelante la aprobación de proyectos que “realmente le interesan al gobierno”.

“Si el Parlamento está desprestigiado, les aseguro que a partir de ahora se va a desprestigiar mucho más”, consideró Buzarquis, de acuerdo a lo que consignó el diario Última Hora.

“¿Para qué aprobamos un reglamento, entonces, en el cual no creemos y no le damos validez? ¡Tanto debate se dio, tanto se habló, y no es un tema nuevo! Esto deja en ridículo al Senado, eso le quita el respeto, esa investidura, esa ritualidad del Senado. Hoy les digo que el Senado se está degradando a su peor expresión”, agregó el legislador del PLRA.

Antes de la sesión parlamentaria, hubo una tensión interna dentro del PLRA porque cuatro de sus senadores manifestaron acompañarían la moción de expulsión del Congreso de González, por lo que se los acusó de responder a Horacio Cartes. Finalmente, el directorio del partido decidió expulsar a Dionisio Amarilla, Hermenilda Alvarenga, Édgar López y Noelia Cabrera, quienes efectivamente en la sesión parlamentaria votaron junto con los legisladores colorados.

La actitud del PLRA fue criticada por el legislador colorado Basilio Bachi Núñez, un acérrimo seguidor de Cartes, quien declaró estar orgulloso de pertenecer al Partido Colorado. “[En la Asociación Nacional Republicana, denominación oficial del Partido Colorado] nos respetamos en las diferencias y no echamos a nuestros afiliados. Nosotros los colorados somos demócratas y no expulsamos por pensar diferente, nos toleramos”, expresó.

La mayor parte del debate en el Congreso, que se extendió durante aproximadamente seis horas, se desarrolló con 44 senadores en sala, con la única ausencia de Kattya González, quien lleva adelante la huelga de hambre en su despacho del Congreso.

Poco antes de la votación y con el apoyo de muchos legisladores, la senadora centrista ingresó en la sala para dar un encendido discurso en el que nuevamente puso el foco en el camino autoritario que, a su juicio, está tomando el país. “No voy a seguir el libreto de esta momia maquiavélica, de este saltimbanqui que representa el príncipe narco y sus aliados”, dijo González con referencia al expresidente Cartes.

“Pretenden dejarme en una agonía cívica en lugar de una muerte física. No voy a referirme a supuestos argumentos de los cuales no he pedido defenderme porque me han negado el derecho constitucional a ejercer mi legítima defensa en juicio”, agregó la legisladora en el comienzo de su alocución.

González dijo que no se iba a referir a “a argumentos inventados, a falsedades” que pretenden convertir en válida una pérdida de investidura. “No voy a referirme a eso porque hay cosas más importantes que reflexionar en estos momentos que nos convocan en este lugar: el país que queremos, el país que nos jugamos”, manifestó.

Restando importancia a su estado de salud después de cuatro días de huelga de hambre, la legisladora expresó: “Nuestra preocupación debe centrarse en lo demacrada y golpeada que está nuestra república, lo demacrada y golpeada que está nuestra democracia, todo ello debido a una mayoría coyuntural funcional al crimen organizado, que decidió que se debe eliminar una voz disidente y todo tipo de control al poder. Se trata de un plan sistemático que terminará con la eliminación de todo aquel que ose desafiar la línea mafiosa del cartismo”, aseveró.

“La preocupación, estimados ciudadanos, debe centrarse en el desprecio absoluto hacia la voluntad popular y la institucionalidad republicana que demuestran unos cuantos inmorales funcionales a la agenda que, gracias a la complacencia del señor Santiago Peña, han consolidado el crimen organizado en el Paraguay”, afirmó de manera rotunda González.

La ahora exsenadora dijo además que “este no es un juicio en el que se expulsa a alguien del Congreso: es el Congreso el que capitula y se va, se aleja del pueblo al que dice representar; este es un acto de infinita cobardía porque encierra y muestra impúdicamente la renuncia moral de un Congreso que ya no tiene relación alguna con la gente, que ha perdido todo contacto con la ciudadanía”.

“No vengo a someterme a la justicia de ustedes. Es al revés: vengo a decirles que son ustedes los que en este momento están siendo sometidos al juicio del pueblo, junto con un puñado de colegas que aprecio y respeto profundamente. Soy aquí apenas una voz, una conciencia más, una presencia más de ese pueblo que ustedes olvidan, desprecian y pisotean todos los días, día a día, con sus privilegios, sus arbitrariedades y su traición al compromiso de defender la democracia que juraron cumplir”, expresó.

Al final de su discurso y visiblemente emocionada, González se refirió a quienes la votaron en las elecciones del año pasado. “Más de 100.000 votos se van hoy de aquí. Tengan miedo, señores, porque la gente ya no les teme. Nosotros sí podemos hablar y no nos vamos a callar. ¡Qué viva el Paraguay! ¡Que viva el Paraguay sin miedo! Muchas gracias”, manifestó González, quien luego fue acogida con un abrazo por Esperanza Martínez, senadora del izquierdista Frente Guasú.