Los enfrentamientos entre el ejército israelí y las milicias chiitas libanesas de Hezbolá siguen en aumento. Esto hace que parezca inminente el inicio de una guerra a gran escala en la zona, conflicto en el que podría involucrarse directamente Irán, según lo que manifestaron fuentes de inteligencia estadounidenses.

Según informó el diario israelí Haaretz, Estados Unidos alertó al gobierno de Benjamin Netanyahu de que, basándose en sus evaluaciones de inteligencia, un intento israelí de llevar a cabo una maniobra terrestre limitada en el sur de Líbano probablemente provocará un enfrentamiento total con Hezbolá, al que también se unirían las fuerzas de Teherán.

En las últimas horas la situación se agravó en la zona, luego de que Israel lanzara un bombardeo sobre la localidad de Nabatieh, que causó la muerte de al menos 19 personas. En respuesta, de acuerdo a lo que consignó Al Jazeera, Hezbolá informó que atacó una base militar israelí en Birya con una andanada de cohetes.

“Los muyahidines de la Resistencia Islámica bombardearon la principal base de misiles de defensa aérea del Comando Norte en el cuartel de Birya con decenas de cohetes Katyusha”, afirmó la milicia libanesa en su cuenta de Telegram.

En Israel circulan numerosos rumores acerca de reservistas convocados y sobre lo que conversó el ministro de Defensa, Yoav Gallant, con altos funcionarios de Estados Unidos, donde se encuentra desde el comienzo de esta semana.

Todo esto surge en el marco de conflictos internos en la coalición de gobierno de Netanyahu, que incluyeron algunos conatos de rebelión dentro del Likud contra la disciplina que impone el primer ministro, para quien un enfrentamiento con Hezbolá significaría una huida hacia adelante que prolongaría su supervivencia política.

Ante la sensación de una guerra inminente, muchos israelíes que viven en el norte del país, cerca de la frontera con Líbano, están acumulando alimentos secos y agua potable en refugios antiaéreos. Otras señales preocupantes que hacen ver como cercana una guerra son las restricciones en las licencias al personal que trabaja en hospitales del norte de Israel y las bajas en la bolsa de valores en Tel Aviv.

En este contexto, este jueves Estados Unidos se unió a una lista cada vez mayor de países que están aconsejando a sus ciudadanos abandonar el territorio libanés debido al riesgo de guerra.

El llamado de Estados Unidos se produjo horas después de que el ministro de Defensa israelí advirtiera en Washington que su país era capaz de enviar a Líbano “de regreso a la Edad de Piedra” en una guerra con Hezbolá, aunque enfatizó que se prefiere una solución diplomática.

También este jueves Francia, un país que tiene estrechos lazos a todo nivel con Líbano, se pronunció nuevamente en las últimas horas sobre la situación en la región.

En una declaración emitida por el Ministerio de Asuntos Exteriores galo, el gobierno de Emmanuel Macron expresó que su país está “extremadamente preocupado por la grave situación en Líbano, en un momento en que la violencia en la frontera con Israel está aumentando dramáticamente”.

Mientras esta situación amenaza con desatar otro frente de guerra en la región, los bombardeos israelíes sobre Gaza persisten, y la cifra de muertos en el enclave palestino se acerca a los 38.000.

La actualidad en la Franja de Gaza también fue abordada por Gallant en sus conversaciones con funcionarios de la Casa Blanca, donde se discutió un plan para el enclave, una vez que culminen las actuales hostilidades. Según el ministro, la propuesta incluye a los palestinos del territorio, socios regionales y al gobierno estadounidense, aunque advierte que sería “un proceso largo y complejo”.

El líder de la cartera de Defensa advirtió que “habrá consecuencias” para Hamas si no acepta el plan de tregua propuesto a fines de mayo, aunque el propio gobierno israelí presentó numerosos reparos a dicha propuesta. El texto plantea una pausa en los ataques y la entrega de los rehenes en manos de Hamas, a cambio de palestinos presos en cárceles israelíes.

Sin embargo, el gobierno de Netanyahu dejó claro que ningún plan descarta continuar con los ataques en el enclave hasta “eliminar” a Hamas, mientras que el grupo islamista exige que la posible tregua incluya una vía para el retiro total de las tropas israelíes de Gaza y el fin de los ataques.