En un discurso que brindó este lunes tras una reunión de ministros de la Unión Europea (UE) celebrada en Bruselas, el jefe diplomático del bloque, el español Josep Borrell, se mostró muy duro con el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, a quien acusó de actuar con deslealtad tras los viajes que hizo a Rusia y China.

La “misión de paz” de Orbán, en la que el mandatario ultraderechista magiar viajó por primera vez a Moscú y se reunió con Vladimir Putin para discutir las vías para terminar con la guerra en Ucrania, cayó muy mal entre los líderes europeos, que desde el comienzo de la invasión de las tropas de Moscú están apoyando decididamente al gobierno de Kiev.

La gira de Orbán, que también incluyó una parada igualmente controvertida en Pekín, donde se reunió con Xi Jinping, a principios de este mes y coincidió con el inicio de la presidencia húngara de seis meses del Consejo de la UE, sigue causando polémica en toda la Unión Europea, de acuerdo a lo que informó Euronews. Además, Orbán se reunió con el expresidente estadounidense Donald Trump, otra figura política muy resistida dentro de la UE, luego de la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que se celebró entre el 9 y el 11 de julio en Washington.

“Rusia es el agresor en violación de la Carta de las Naciones Unidas, y Ucrania es la víctima, ejerciendo sus derechos fundamentales a la autodefensa; no hay nada de histeria en eso, es sólo decir la verdad”, dijo Borrell.

“Cualquier llamada ‘misión de paz’ que ignore estos fundamentos básicos, al final del día, sólo beneficiará a Putin y no traerá la paz”, agregó el funcionario español.

El jefe de la diplomacia del bloque comunitario insistió en que Hungría, como Estado miembro, está obligada por el artículo 24.3 de los Tratados de la UE, que establece que todos los países deben apoyar la política exterior del bloque “activamente y sin reservas, en un espíritu de lealtad y solidaridad mutua”. El artículo, afirmó Borrell, no es ni “una decoración” ni “palabras vacías”.

“Cada Estado miembro es soberano en su política exterior, es cierto. Pero en la medida en que sean miembros de este club, tienen que obedecer los tratados”, dijo Borrell. Cumplir con esta obligación “no es algo que puedas hacer o no, hay que hacerlo”.

Interrogado por periodistas sobre si las acciones de Orbán equivaldrían a una violación del artículo, Borrell respondió: “Para mí, está claro que lo sucedido pertenece al ámbito de la falta de cooperación leal”.

Luego de muchos días de crecientes especulaciones, Borrell confirmó que la reunión informal de ministros de Asuntos Exteriores, conocida como Gymnich, que originalmente se iba a celebrar a fines de agosto en Budapest, se celebraría en cambio en Bruselas, la capital belga y también de la UE.

El cambio se suma al boicot ya anunciado por la Comisión Europea, que consiste en enviar funcionarios, en lugar de comisarios, a las reuniones informales en Hungría.

Borrell se mostró particularmente molesto y en desacuerdo con las afirmaciones hechas públicamente por Orbán y su ministro de Asuntos Exteriores, Peter Szijjártó, quienes describieron la política del bloque como una “política proguerra” debido a los continuos suministros de armas y municiones del bloque a Ucrania.

“El único que está a favor de la guerra es Putin, que pide la partición de Ucrania y la rendición de cuentas como condiciones previas para cualquier conversación y cualquier alto el fuego”, dijo Borrell al respecto.

“Tenemos que enviar una señal, aunque sea simbólica, de que estar en contra de la política exterior de la Unión Europea y tachar la política de la Unión Europea como ‘a favor de la guerra’ tiene que tener consecuencias”, sentenció el diplomático español.