Este lunes el presidente de Francia, Emmanuel Macron, le solicitó a su primer ministro, Gabriel Attal, que permanezca temporalmente en el cargo “para garantizar la estabilidad del país”, según indicó un comunicado de prensa del Palacio del Elíseo.

De acuerdo a lo que informó France 24, el mensaje fue publicado poco después de que Attal presentara formalmente su renuncia al mandatario, como había anunciado que lo haría el domingo, después de conocer los resultados de la segunda y definitiva ronda electoral, en la que la izquierda dio el batacazo y quedó como la primera fuerza, aunque lejos de tener mayoría.

Los resultados oficiales de las elecciones legislativas del domingo, difundidos por el Ministerio del Interior, marcaron que la coalición de izquierda Nuevo Frente Popular (NFP) quedó en primer lugar, pero sin mayoría absoluta, y tendrá 182 escaños en la cámara baja del Parlamento francés, compuesta en total por 577 diputados.

En segundo lugar se ubicó la alianza centrista del presidente Macron, Juntos por la República, que obtuvo 168 diputados. En tercer y sorpresivo lugar, tomando en cuenta los resultados que había conseguido en la primera vuelta, quedó el partido ultraderechista Agrupación Nacional, que finalmente consiguió 143 legisladores.

La cuarta fuerza en el Parlamento será la bancada de Los Republicanos, la derecha tradicional francesa, que obtuvo 45 escaños. Mientras Macron calcula los pasos a seguir y apuesta por la continuidad al menos momentánea de Attal, los dirigentes de izquierda comenzaron a exigir al presidente que designe un primer ministro del sector político más votado.

Este lunes, Los Ecologistas, que forman parte del NFP, señalaron que el jefe de Estado “debería hoy llamar oficialmente al Nuevo Frente Popular para que le dé el nombre del primer ministro”.

El domingo, durante su discurso, Jean-Luc Mélenchon, líder de Francia Insumisa, partido considerado el más radical dentro de la izquierda, también insistió con que Macron debe nombrar a un sucesor de Attal.

Tras los sorpresivos resultados de las elecciones, quedó instalado un escenario complejo para la formación de gobierno, ante las reticencias de las principales bancadas de hacer alianzas con sus opositores.

El NFP manifestó que está dispuesto a gobernar, pero insistió con que la izquierda únicamente aplicará su programa, descartando una alianza con el macronismo.

El líder del Elíseo también había remarcado que se rehúsa a una coalición con Francia Insumisa, al recalcar que se trata de una bancada de “extremos”.

Por el lado de la derecha y la ultraderecha, tampoco está en consideración una alianza ni con la coalición de izquierda ni con la alianza centrista del oficialismo.

Sólo algunos líderes de Los Republicanos se aliaron a Agrupación Nacional para la segunda vuelta de elecciones. Aun así, tampoco alcanzan la mayoría absoluta.

Todavía no está claro qué alianzas podrán dibujarse en los próximos días entre los movimientos políticos para formar una coalición de gobierno. Una alternativa sería la unión de fuerzas de centro o más moderadas, tanto de la izquierda como de la derecha, pero ese escenario también es difícil de concretar debido a la alta polarización que existe actualmente en el escenario político francés. Lo que desde ya está claro es que Macron tendrá grandes dificultades para la aprobación de sus proyectos en el Legislativo durante los tres años que todavía le quedan de gobierno.