Cuando Michelle Obama se dirigió a la Convención Nacional Demócrata dijo que había algo “mágico en el aire”, no sólo en el estadio United Center de Chicago, donde se desarrollaba el encuentro, sino en todo Estados Unidos: un “sentimiento que es familiar y que había estado enterrado por demasiado tiempo”. La ex primera dama y referente del partido fue ovacionada cuando dijo: “¡Estados Unidos, la esperanza está de vuelta!”.

Durante la semana se repitieron en la convención palabras como “esperanza”, “alegría”, “libertad”, y se reafirmaron las expectativas de ganar las elecciones del 5 de noviembre con Kamala Harris como candidata a la presidencia y Tim Waltz como su compañero de fórmula.

Si bien las encuestas colocan a los demócratas muy cerca de los republicanos en intención de voto, están en el mejor momento de los últimos meses.

Cuando todavía el candidato era Joe Biden, en abril, el actual presidente aparecía empatado con su rival del Partido Republicano, Donald Trump, con una intención de voto cercana al 44%. Sin embargo, a partir de ese mes, el apoyo a Biden sufrió una leve caída que se profundizó después de que el candidato mostrara síntomas de dificultades cognitivas en el debate presidencial de junio.

Cuando finalmente el presidente decidió dar un paso al costado y abandonar su candidatura, los dirigentes y aportantes a la campaña demócrata comenzaron a mostrar un nuevo entusiasmo y un apoyo decidido a la postulación de Kamala Harris.

Una encuesta de la Universidad de Monmouth, citada por France 24, concluyó que el entusiasmo y la satisfacción de los demócratas casi se duplicaron con la llegada de Harris, y pasaron de 46% en junio al actual 85%, mientras que entre los republicanos ese estado se mantuvo en 71%.

En los demócratas el cambio también se reflejó en las encuestas de intención de voto. Los últimos sondeos, con datos previos a la Convención Nacional Demócrata, comenzaron a mostrar otra vez un empate e incluso una leve ventaja para Harris. El caso más favorable a la candidatura de la vicepresidenta estadounidense es el de la encuesta de ABC News/Washington Post/Ipsos publicada el domingo, que marca una intención de voto de 50% para Harris frente a 45% de Trump. Otro sondeo, de Morning Consult, mide 48% de respaldo para la candidata demócrata y 44% para el republicano.

De todos modos, el escenario electoral actual muestra un final abierto. Esto se acentúa en un sistema electoral como el estadounidense, en el que la victoria de un candidato depende de su desempeño en ciertos estados clave, que a veces se decantan por los demócratas y a veces por los republicanos.

Kamala Harris, durante la Convención Nacional Demócrata, el 22 de agosto, en el United Center en Chicago, Illinois. Foto: Kent Nishimura, POOL, AFP.

Kamala Harris, durante la Convención Nacional Demócrata, el 22 de agosto, en el United Center en Chicago, Illinois. Foto: Kent Nishimura, POOL, AFP.

Lo contrario de Trump

“¿Es india o es negra?”, se preguntó Trump sobre Harris en un encuentro de periodistas afrodescendientes de Estados Unidos. “Fue india todo el tiempo, y de repente dio un giro y se convirtió en una persona negra”, agregó sobre la actual vicepresidenta, hija de padre jamaiquino y madre india. Sin embargo, Harris no ha puesto el énfasis en sus orígenes ni tampoco en que podría ser la primera mujer en llegar a la presidencia de su país.

Mientras Trump la califica de “socialista” y advierte sobre los supuestos peligros de un gobierno demócrata, la campaña de Harris también alerta sobre una eventual nueva presidencia de su rival, pero apuesta por un discurso más integrador. “El pueblo estadounidense merece algo mejor que la división y la falta de respeto” de Trump, afirma Harris.

En el mismo sentido, varios oradores en la Convención Demócrata se enfocaron en el entusiasmo ante una posible victoria y en contraponer sus valores con los del expresidente republicano. “¡Elijamos la verdad. Elijamos el honor y elijamos la alegría!”, dijo en ese encuentro la conductora de televisión Oprah Winfrey. “Eso es lo mejor de Estados Unidos”, afirmó.

A su turno, el expresidente Barack Obama defendió un país que brinde “libertad” y “oportunidades” sin importar la situación social o el color de piel de las personas, y rechazó “una cultura que valora las cosas que no son duraderas: dinero, fama, estatus, likes”.

También la poeta afroestadounidense Amanda Gorman aludió al título de la autobiografía de Barack Obama, La audacia de la esperanza, y llamó a votar con ese espíritu.

El discurso de Harris

“Con estas elecciones, nuestro país tiene una oportunidad preciosa y fugaz de dejar atrás el cinismo y las batallas divisivas del pasado, una oportunidad de trazar un nuevo camino hacia adelante. No como miembros de un partido, sino como estadounidenses”, dijo Harris a última hora del jueves al cerrar la convención.

En su discurso de aceptación de la candidatura dijo que asumía ese lugar “en nombre del pueblo, en nombre de todos los estadounidenses, independientemente de su raza, género o del idioma que hable su abuela”. Se comprometió a “poner al país por encima del partido y de uno mismo” y a proteger “los principios fundamentales de Estados Unidos, desde el Estado de derecho, pasando por unas elecciones libres y justas, hasta el ejercicio pacífico del poder”.

Dijo que en su pasado como fiscal y senadora se enfrentó a los grandes bancos y los cárteles del narcotráfico, y que defendió a veteranos de guerra, estudiantes y trabajadores. “Estas batallas no fueron fáciles, como tampoco lo fueron las elecciones que me colocaron en esos cargos”, dijo, y agregó que las elecciones que se aproximan “no sólo son las más importantes de nuestras vidas, sino unas de las más importantes de la vida de nuestro país”.

Se refirió a su rival y pidió a los votantes que tengan en cuenta “no sólo el caos durante su administración, sino también la gravedad de lo que sucedió en las últimas elecciones”. “Trump intentó tirar por la borda sus votos. Cuando fracasó, envió una turba armada al Capitolio”, recordó.

Habló de la posibilidad de que su rival gane las elecciones y advirtió: “Imaginen a un Donald Trump sin límites y cómo usaría los inmensos poderes de la presidencia de Estados Unidos, no para mejorar sus vidas, no para reforzar nuestra seguridad nacional, sino para servir al único cliente que ha tenido: él mismo”.

Harris prometió reducir los impuestos que paga la clase media, trabajar por una ley que permita el acceso al aborto, volver a impulsar una ley bipartidista que regule las fronteras y el derecho al asilo, y seguir invirtiendo en defensa.

Se refirió también a la situación en Gaza, que estuvo presente durante la convención en protestas contra el apoyo que Estados Unidos le ha dado a Israel en esta ofensiva y pedidos de que se escucharan voces palestinas en este encuentro partidario.

“Déjenme ser clara: siempre defenderé el derecho de Israel a defenderse y siempre garantizaré que Israel tenga la capacidad de hacerlo”, dijo Harris. “Al mismo tiempo, lo ocurrido en Gaza durante los últimos diez meses es devastador. Se han perdido tantas vidas inocentes. Gente desesperada y hambrienta huyendo una y otra vez en busca de seguridad. La magnitud del sufrimiento es desgarradora”, dijo, y agregó que tanto ella como Biden trabajan para lograr la liberación de rehenes israelíes y un cese del fuego.

Sobre la postura de su rival en política exterior dijo que “los autócratas saben que Trump no les pedirá cuentas, porque él mismo quiere ser un autócrata”.

“En este momento, creo que nos enfrentamos a una elección entre dos visiones diferentes para nuestra nación: una centrada en el futuro y otra centrada en el pasado”, dijo Harris, y agregó que los ciudadanos serán los que elijan entre esas dos visiones.