El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, criticó con dureza este lunes a sus homólogos de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva y también al colombiano Gustavo Petro por las posiciones que adoptaron respecto a las elecciones celebradas el 28 de julio en Venezuela.
“Lula se ha comportado respecto a la victoria del presidente legítimo de Venezuela de una manera vergonzosa, vergonzosa, repitiendo las consignas de los yanquis, de los europeos, de los gobiernos degradados de América Latina”, expresó Ortega durante su participación en una cumbre virtual de jefes de Estado y Gobierno de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos, bloque más conocido por su abreviatura, ALBA-TCP.
Este organismo regional, fundado en 2004 por la iniciativa del entonces presidente Hugo Chávez, hoy está integrado por Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Cuba, además de seis microestados caribeños: Granada, Antigua y Barbuda, Santa Lucía, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas y Dominica.
En su declaración ante sus colegas, en la que compareció junto a la vicepresidenta nicaragüense, Rosario Murillo, su esposa, Ortega adoptó un tono por demás acusatorio contra el mandatario brasileño. “¡Tú también te estás degradando, Lula! Si quieres que el pueblo bolivariano te respete, respeta la victoria del presidente Nicolás Maduro y no te quedes ahí, como un rezagado”.
Aún menos amables fueron los dichos que Ortega destinó al presidente colombiano. “Petro, ¿qué le puedo decir a Petro? Pobre Petro, pobre Petro. Veo a Petro compitiendo con Lula para ver quién será el líder que represente a los yanquis en América Latina, así veo a Petro, porque el pobre Petro no tiene la fuerza que tiene Brasil, el gigante de América Latina”, agregó el mandatario centroamericano, de acuerdo con lo que informó AFP.
Los gobiernos de Brasil y Colombia vienen liderando los esfuerzos internacionales para resolver la crisis que se registró tras los comicios en Venezuela, marcados por acusaciones de fraude de parte del oficialismo. En su afán de intentar solucionar la cuestión, tanto Lula como Petro coincidieron en sugerir que se repitan las elecciones, pero esta posibilidad fue rechazada de manera rotunda, tanto por Maduro como por los principales referentes de la oposición bajo el mismo argumento: ambas partes proclaman haber ganado. Lula, quien desde comienzos de este siglo cuando asumió por primera vez la presidencia brasileña fue un fuerte aliado de los gobiernos venezolanos, primero de Chávez y posteriormente de Maduro, dijo hace diez días en una entrevista con Radio Gaúcha que “Venezuela vive un régimen muy desagradable”, aunque en sus declaraciones el líder del Partido de los Trabajadores no llegó a considerarlo como “una dictadura”, sino más bien como “un gobierno con un sesgo autoritario”.
Maduro fue proclamado ganador de las elecciones por el Consejo Nacional Electoral, con el 52% de los votos, aunque, a casi un mes de la votación, la entidad continúa sin publicar el recuento detallado mesa por mesa, alegando haber sufrido un “ciberataque terrorista”, aunque sin presentar prueba alguna de que ello efectivamente haya ocurrido.
Por su parte, la oposición, encabezada por María Corina Machado, asegura tener pruebas más que suficientes de que hubo fraude y que su candidato, Edmundo González Urrutia, ganó la elección.
Tras la publicación de los resultados de la votación por parte de las autoridades electorales venezolanas, que casi en su totalidad responden políticamente al Ejecutivo, se produjeron protestas y movilizaciones callejeras en varias ciudades venezolanas que dejaron 27 muertos, dos de ellos militares, además de 200 heridos y alrededor de 2.400 detenidos, a quienes Maduro calificó de “terroristas”.