Este lunes, por unanimidad, los cinco integrantes de la Primera Sala del Supremo Tribunal Federal de Brasil (STF) votaron a favor de mantener la decisión del ministro de dicho órgano, Alexandre de Moraes, que el viernes ordenó el cierre de las operaciones de la red social X en el país.

Uno de los integrantes del STF, el exministro de Justicia y Seguridad Flávio Dino, afirmó que la decisión se basaba en la defensa de la soberanía brasileña, frente a la imposición del poder económico sobre las leyes y la Constitución Federal. “El poder económico y el tamaño de la cuenta bancaria no dan lugar a una extraña inmunidad de jurisdicción”, afirmó Dino.

Posteriormente, el que votó fue otro ministro del STF, Cristiano Zanin, exabogado del actual presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien expresó: “Entiendo que las medidas ordenadas en estos expedientes tienen como objetivo satisfacer las decisiones dictadas por el Tribunal Supremo Federal, sistemáticamente incumplidas por la empresa, y, en consecuencia, la preservación de la dignidad misma de la Justicia”.

Por su parte, la ministra del STF Carmen Lúcia dijo que “Brasil no es un lugar de ideologías sin ideas de justicia, donde intereses privados pueden prosperar envueltos en el papel crepé de pantallas brillantes sin compromiso con la Ley. Es una sociedad de más de 200 millones de habitantes que desean civilización y civismo, libertad y responsabilidad, seguridad personal y jurídica. No es con bravuconadas que se construye el Estado democrático de derecho, sino con leyes que son respetadas para la liberación de los pueblos y de las naciones”.

Ahora, de acuerdo a lo que informó el portal Brasil de Fato, la empresa X debe presentar una apelación, que implica tener representación legal. La idea es argumentar que la suspensión de X afecta la libertad de expresión y es desproporcionada, ya que una decisión sobre siete perfiles de militantes bolsonaristas terminó impactando en los 22 millones de usuarios que la red social tiene en territorio brasileño.

La noticia de la decisión del STF encolerizó al dueño de X, el magnate sudafricano Elon Musk, que atacó no sólo al ministro De Moraes, sino al propio Estado brasileño.

“A menos que el gobierno brasileño devuelva los activos confiscados ilegalmente de X y SpaceX, buscaremos también la confiscación recíproca de los activos gubernamentales. Espero que a Lula le guste volar en un avión comercial”, escribió Musk en su cuenta de X. La última frase, en la que se refirió al avión de Lula, está ligada a la confiscación del avión oficial del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en una operación -basada en las sanciones que pesan sobre Venezuela- que se efectivizó en la República Dominicana este lunes por parte de funcionarios estadounidenses.

Pero Musk no se quedó ahí, sino que realizó otro posteo en el que expresó que el ministro Moraes “merece ir preso por sus crímenes”, a la vez que retuiteó un mensaje publicado por Mario Nawfal, un reconocido influencer derechista de Brasil, en el que convocaba a una marcha para el 7 de setiembre, Día de la Independencia de Brasil, en la avenida Paulista de la ciudad de San Pablo, para pedir un juicio político contra Moraes.

Paralelamente, la empresa Starlink, que brinda el servicio de internet por satélite, que también es propiedad de Musk, afirmó que no cumplirá con la determinación del ministro De Moraes, de suspender a X en Brasil. La información provino del presidente de la Agencia Nacional de Telecomunicaciones, Carlos Baigorri, cuyas declaraciones fueron recogidas por la cadena Globo.

“A lo largo del día estuve en contacto con los abogados de Starlink y lo que nos fue informado era que Starlink no bloquearía el acceso a X hasta que no fueran liberados los recursos bloqueados por la Justicia asociados a Starlink”, afirmó Baigorri.