Desde hace casi tres semanas, Ecuador está viviendo una crisis social que se traduce en protestas masivas y movilizaciones contra el gobierno del presidente neoliberal, Daniel Noboa.
Lo que empezó como una protesta por la eliminación del subsidio al diésel se transformó en un movimiento amplio de rechazo al Ejecutivo, que enfrenta crecientes cuestionamientos por su manejo de la crisis económica, la represión policial y su propuesta de una nueva Asamblea Constituyente.
El martes, el epicentro de las manifestaciones promovidas por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), la mayor organización social del país, que cuenta con un enorme poder de movilización, particularmente en la zona andina, se ubicó en la ciudad de Otavalo, situada en la provincia de Imbabura, al norte de Quito.
Autoridades del gobierno se habían trasladado hacia allí para abrir las carreteras que están bloqueadas como consecuencia del paro impulsado por la Conaie, y en ese contexto se registraron fortísimos enfrentamientos entre la población movilizada y las fuerzas represivas. Los disturbios se prolongaron durante varias horas, con decenas de heridos de diversa entidad y cerca de 50 personas detenidas.
Ante esta situación, la alcaldesa de Otavalo, Annabel Hermosa, se reunió con autoridades del gobierno y acordaron instalar una mesa de diálogo en la Federación de los Pueblos Kichwa de la Sierra Norte (FICI) entre el gobierno y los dirigentes de uniones y organizaciones indígenas, que comenzó a trabajar este miércoles.
De acuerdo con lo que informó el diario quiteño El Comercio, la alcaldesa de Otavalo, que se reunió con manifestantes, destacó que “el diálogo es la solución, no la represión ni la fuerza ni la violencia, ni de un lado ni del otro”. Además, hizo un llamado a procurar la paz y el respeto mutuo, así como mantener la confianza en los dirigentes.
La jerarca informó que las personas que fueron detenidas se espera que sean liberadas en el correr de este miércoles y también señaló que siete menores de edad y dos adultos mayores que también fueron detenidos ya se encuentran con las familias.
Los incidentes en la provincia de Imbabura fueron también motivo de duros enfrentamientos verbales el martes durante la sesión de la Asamblea Nacional, el órgano unicameral legislativo de Ecuador, con sede en Quito. Allí, mientras se debatía sobre la Ley Urgente sobre el Fortalecimiento a las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, la discusión cambió de tono cuando legisladores de la oposición comenzaron a hablar de la represión que estaban ejerciendo militares y policías contra la población civil. “¿Cómo puede hablar un gobierno de fortalecer la seguridad cuando permite y ordena actos inhumanos contra su propio pueblo?”, se preguntó Paola Cabezas, representante del partido Revolución Ciudadana (RC), afín al expresidente Rafael Correa.
Mauricio Ordóñez, del oficialista Acción Democrática Nacional (ADN), rechazó los dichos de Cabezas y agregó que no parece coincidencia que cada vez que se habla de seguridad y apoyo a las Fuerzas Armadas la bancada de RC se oponga. Mientras tanto, en las primeras horas de la noche del martes, la explosión de un coche bomba en una zona cercana a un shopping en la ciudad de Guayaquil aumentó la situación de tensión en el país.
De acuerdo con lo que informó el portal digital Primicias, una camioneta que había sido dejada minutos antes en la zona se incendió y posteriormente explotó, ocasionando la muerte de un taxista que estaba en el lugar e hiriendo a decenas. La zona del atentado se encuentra cerca de las oficinas principales del Grupo Nobis, conglomerado empresarial de la familia Noboa.
El gobernador del Guayas, Humberto Plaza, calificó el hecho como un acto de terrorismo y señaló que es la “única forma de atemorizar a Guayaquil”. Por su parte, el ministro del Interior del gobierno de Noboa, John Reimberg, dijo que los explosivos utilizados no eran de fabricación artesanal, sino que serían de elaboración profesional, por lo que el atentado podría ser obra de grupos vinculados al narcotráfico que operan fuertemente en la zona.
Horas después, en la mañana del miércoles, la prefectura de Guayas informó sobre otra explosión con coche bomba, sobre el puente Churute, a 50 kilómetros de Guayaquil.