La presidenta mexicana Claudia Sheinbaum recibió este martes en el Palacio Nacional de Ciudad de México a su par hondureña, Xiomara Castro, en la antesala de las elecciones que se celebrarán el domingo en el país centroamericano.
De acuerdo a lo que informó el diario mexicano Milenio, la reunión entre las mandatarias estuvo enfocada en profundizar la relación bilateral y fortalecer la cooperación entre ambos países.
En la recepción acompañaron a la presidenta Sheinbaum el canciller mexicano Juan Ramón de la Fuente, la subsecretaria para América Latina y el Caribe, Raquel Serur, y Lázaro Cárdenas Batel, jefe de Oficina de Presidencia.
El clima del encuentro fue de suma cordialidad, si bien tuvo la solemnidad de las visitas de jefes de Estado.
Minutos antes del mediodía, Sheinbaum salió al patio de la sede del Ejecutivo para darle la bienvenida a Castro, y se fundió con ella en un abrazo antes de ingresar juntas, con los brazos entrelazados, al Palacio Nacional donde se produjo el encuentro.
Un día antes del encuentro, Sheinbaum había destacado que con Castro se habían “hecho buenas amigas” y remarcó que la reunión era relevante por la estrecha relación entre ambos países, más allá de que la hondureña está en la fase final de su mandato.
Clima enrarecido
El contexto en el que van a realizar las elecciones no es el mejor, debido a una crisis política generalizada, situación a la que se suman otros problemas de la realidad de Honduras.
Por un lado, el oficialismo y los opositores se acusan mutuamente de preparar un fraude electoral, y por el otro, la Fiscalía le está quitando autonomía a los órganos electorales, informó Radio Francia Internacional.
Este ambiente, dice la misión de observación de la OEA, está desestabilizando el proceso electoral y el personal encargado corre peligro.
Seis millones de personas están habilitadas para votar en las elecciones en las que se elegirá al sucesor de Castro, además de diputados y alcaldes, en un clima de fuerte polarización.
Para las presidenciales, que son a vuelta única, las encuestas, poco confiables, dan un empate técnico entre la candidata oficialista, Rix Moncada, integrante del partido izquierdista Libertad y Refundación (Libre), y los postulantes derechistas, Salvador Nasralla, del Partido Liberal (PL), y Nasry Asfura, del Partido Nacional (PN).
Tanto Nasralla como Asfura consideran que la candidata oficialista puede utilizar a las fuerzas armadas para cometer fraude, mientras que Moncada advierte que sus rivales tienen el apoyo del poderoso sector económico que derrocó a Manuel Zelaya, esposo de Xiomara Castro, en junio de 2009.
Además, otro elemento que agrega suspicacias a este proceso electoral es que desde 2022, a causa de la situación de violencia generalizada en el país, rige un estado de excepción parcial en 226 de los 298 municipios, y que fue extendido por la presidenta el pasado día 12 por 45 días más.
“Honduras se acerca a unas elecciones generales ensartada en un sombrero que ningún país que aspire a llamarse democrático debería tolerar: un proceso electoral bajo estado de excepción”, afirmó en redes sociales la directora ejecutiva del Consejo Nacional Anticorrupción (CNA), Gabriela Castellanos, de acuerdo a lo que consignó la agencia Efe.
La realidad en el país centroamericano es sumamente compleja, y el gobierno de Castro es visto con desencanto por no haber podido remediar los mayores problemas que tiene la nación.
De acuerdo a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Honduras es el país latinoamericano con mayor proporción de su población en situación de pobreza, donde más de la mitad de los habitantes no pueden solventar la canasta básica. En todo el continente americano únicamente presenta peores índices Haití.