A la hora de hacer un recuento de los golpes de Estado que sufrió Guinea Bissau desde que se independizó de Portugal, en 1974, los especialistas y medios de prensa difieren.
Algunos hablan de cuatro, otros de nueve o diez, y se mencionan hasta 17 intentos frustrados.
Esos números reflejan la inestabilidad política que sufrió el país situado en el oeste africano en los últimos 50 años y exponen también el contexto de confusión que enmarcó algunos de estos quiebres institucionales.
El más reciente, proclamado el miércoles, antes de que se llegaran a conocer los resultados de las elecciones del domingo, también deja interrogantes.
En cualquier caso, el golpe se consolidó este jueves, cuando el grupo militar que tomó el poder aumentó la restricción de libertades y anunció que el general Horta N'ta será el líder de un nuevo gobierno de transición.
El presidente derrocado de Guinea Bissau, Umaro Sissoco Embaló, que llegó al poder en 2019 mediante elecciones, denunció el 30 de octubre que se había desarticulado un complot golpista.
Por entonces, Embaló se disponía a competir por la reelección en los comicios del domingo, en condiciones que la oposición cuestionaba.
Había disuelto el Parlamento, postergó las elecciones presidenciales para hacerlas coincidir con las legislativas y el Tribunal Supremo prohibió que se postulara a la presidencia el principal rival de Embaló, Domingos Simões Pereira, informó France24.
Fernando Dias Da Costa, candidato independiente que se presentó con el apoyo de una alianza entre el Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde (de Pereira) y otras organizaciones políticas, pidió en la jornada de votación que Embaló se abstuviera “de interferir en los órganos electorales” y afirmó: “Ganaremos estas elecciones y restableceremos el orden constitucional”.
El miércoles, cuando todavía no se habían publicado los resultados, tanto el presidente como Dias Da Costa se declaraban ganadores.
Ese día, se escucharon disparos cerca de la sede de la presidencia, y poco después, Embaló dijo al medio francés Jeune Afrique que había sido arrestado por militares. Desde entonces se desconoce dónde se encuentra.
Dias Da Costa descreyó de ese anuncio y afirmó que el golpe fue “fabricado” por el gobierno para eludir una derrota electoral y alterar los resultados de la votación. Convocó a protestar contra esa supuesta maniobra y a reclamar que se publiquen los resultados de las elecciones.
“No hay golpe de Estado en Guinea Bissau. Simplemente el presidente de la República inventó ese golpe porque vio que no tenía condiciones para ganar las elecciones”, afirmó en un video.
También organizaciones sociales como el Frente Popular y el Espacio de Concertación de Organizaciones de la Sociedad Civil acusaron a Embaló y al jefe del Estado Mayor, el general Biaguê Na N'ta, de orquestar un golpe falso que estuvo a cargo de un grupo de “milicianos afines a la Presidencia”, informó la agencia Efe.
El grupo de militares que tomó el poder anunció el miércoles que lo hizo para evitar que dieran un golpe grupos vinculados con el narcotráfico. Se refirieron a “barones nacionales de la droga”, sin identificarlos.
Guinea-Bissau es considerado un país por el que transita la cocaína desde América Latina a Europa, en particular por su costa atlántica, y la creciente presencia del crimen organizado incide en su inestabilidad política.
Los militares que declararon haber tomado el poder también anunciaron la suspensión del proceso electoral, el cierre de fronteras y del espacio aéreo, la destitución inmediata de Embaló y un toque de queda de 19.00 a 6.00.
También suspendieron las actividades de “los órganos de comunicación social” y el acceso a redes sociales, y fueron prohibidas las manifestaciones, huelgas y cualquier acción “que perturbe la paz y la estabilidad del país”.
Finalmente, el autodenominado Alto Comando Militar para el Restablecimiento de la Seguridad Nacional y el Orden Público, como se hizo llamar este grupo militar, anunció este jueves que el nuevo gobierno quedaría a cargo del general Horta N'ta, que ocupaba el cargo de jefe del Estado Mayor durante la presidencia de Embaló.
N'ta manifestó que tomar el poder “no fue una decisión fácil”, pero que el ejército lo hizo para “salvaguardar la democracia y la estabilidad política”.
Afirmó que los servicios de inteligencia obtuvieron información sobre planes golpistas de narcotraficantes. “La intensa actividad de grupos vinculados al narcotráfico, aprovechándose del proceso electoral, tuvo como objetivo manipular y, en última instancia, capturar la propia democracia”, dijo.
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, manifestó su “profunda preocupación por la situación en Guinea Bissau y pidió “respeto al Estado de derecho”.
A su vez, la Unión Africana condenó el golpe y manifestó su política de “tolerancia cero” ante cualquier cambio inconstitucional de gobierno, y la Comunidad Económica de Estados de África Occidental se reunió para tratar esta crisis.