La escalada militar lanzada por Donald Trump contra Venezuela parece agravarse y convertirse en una amenaza directa también para otros países, según las últimas declaraciones del presidente estadounidense. Durante una reunión con su gabinete de seguridad, Trump reiteró el martes que a los bombardeos contra embarcaciones en el Caribe y el Pacífico, que tienen como supuesto objetivo frenar el narcotráfico, se sumarán otras acciones.
“Vamos a empezar a realizar esos ataques también por tierra”, reafirmó. “Sabemos dónde viven los malos, y vamos a empezar con eso muy pronto”, dijo ante periodistas.
Trump advirtió que podría atacar a cualquier país que produzca y trafique droga hacia Estados Unidos. “He oído que Colombia [...] produce cocaína. Tienen plantas de fabricación, ¿de acuerdo? Y luego nos venden cocaína. Pero sí, cualquiera que haga eso y la venda a nuestro país está sujeto a ataques, no necesariamente sólo Venezuela”, dijo.
En respuesta a las acusaciones a Colombia, el presidente de ese país, Gustavo Petro, dijo en la red X: “Sin misiles, he destruido en mi gobierno 18.400 laboratorios; venga conmigo y le enseño cómo se destruye un laboratorio cada 40 minutos. Pero no amenace nuestra soberanía, porque despertará el Jaguar”.
Ultimátum a Maduro
Estaba previsto que durante la noche del martes Trump definiera junto a su equipo de seguridad los siguientes pasos en su ofensiva hacia Venezuela.
Según informó el domingo la agencia de noticias Reuters, Trump mantuvo una conversación con el presidente venezolano, Nicolás Maduro, el 21 de noviembre, y le ofreció que dejara Venezuela junto a su familia. Le garantizó seguridad durante su traslado a otro país, y le dio plazo hasta el viernes 28 para su salida. Según The Miami Herald, le dijo: “Podés salvarte y a tus seres más cercanos, pero tenés que abandonar el país ahora”.
El senador estadounidense Markwayne Mullin, integrante del Comité de las Fuerzas Armadas del Senado, confirmó el domingo a CNN que Trump le dio a “Maduro la oportunidad de irse” y que manejó como opción que viajara “a Rusia o a otro país”.
Consultado el lunes por periodistas sobre la conversación con el presidente de Venezuela, Trump se limitó a responder: “Sí... no diría que salió bien ni mal. Fue... una llamada telefónica”.
Una vez cumplido el plazo sin que Maduro aceptara, el gobierno de Trump anunció el cierre del espacio aéreo venezolano, una medida que fue criticada por diversos actores internacionales.
El Congreso estadounidense cuestiona la legalidad de los ataques lanzados contra embarcaciones a las que el gobierno acusa de traficar drogas. Dos comisiones bipartidistas se disponen a investigar si el secretario de Guerra, Pete Hegseth, ordenó un segundo ataque contra una embarcación que ya había sido impactada por un misil para matar a dos sobrevivientes. Hegseth dijo que la afirmación es falsa, y Trump afirmó que le cree.
A su vez, la familia de una de las víctimas de los ataques contra embarcaciones, el colombiano Alejandro Carranza Medina, presentó ayer ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) un reclamo en el que afirma que el hombre, un pescador de 42 años, fue asesinado de manera ilegal por Estados Unidos el 15 de setiembre, informó el periódico The Guardian.
La familia de Carranza afirma que él murió en un segundo ataque lanzado contra su embarcación. Su abogado, Dan Kovalik, identifica como responsable del crimen a Hegseth, por haber ordenado el ataque.
El mismo día, la CIDH manifestó en un comunicado su “profunda preocupación por los informes sobre operativos letales contra embarcaciones no estatales realizados por Estados Unidos en el mar Caribe y el océano Pacífico Oriental desde principios de setiembre de 2025, que presuntamente han causado la muerte de un gran número de personas”.
“La Comisión insta al Estado a garantizar que todos los operativos de seguridad, incluidos los realizados fuera de sus fronteras, cumplan con las obligaciones internacionales en materia de derechos humanos, en particular en lo que respecta a la protección del derecho a la vida, el uso de la fuerza, las garantías del debido proceso y los mecanismos de rendición de cuentas”, agregó.
El propio Pentágono informó que desde setiembre Estados Unidos destruyó 21 embarcaciones en el Caribe y el Pacífico y mató a 82 personas.
Maduro, por su parte, acusó a Washington de hacer “terrorismo psicológico” con el despliegue militar en aguas internacionales cercanas a su país, y dijo que el pueblo venezolano “ha puesto a prueba su amor a la patria”. Afirmó que en este tiempo fueron adiestrados integrantes de las milicias, que son un componente de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, y que el país alcanzó una capacidad defensiva que no tuvo “nunca antes”.
Además, Maduro designó un buró político del Partido Socialista Unido de Venezuela, que tiene la tarea de asumir “la dirección al más alto nivel de las fuerzas políticas, sociales y de la revolución bolivariana” y que lo acompañará en la “conducción como comandante”. Lo integran, entre otros, el titular del partido, Diosdado Cabello, la vicepresidenta, Delcy Rodríguez, el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, y la esposa de Maduro, la diputada Cilia Flores.