En el marco de la persecución contra los inmigrantes que viene siendo una de las principales marcas distintivas de la política interna de la actual administración estadounidense que encabeza Donald Trump, la Casa Blanca anunció que planea lanzar operativos de control migratorio dirigidos particularmente en este caso contra la comunidad somalí que viene mayoritariamente en el estado de Minnesota.
En las últimas semanas, Trump criticó agresivamente la gran cantidad de migrantes somalíes que entraron en territorio estadounidense a partir de la década de 1990, la enorme mayoría como refugiados escapando de la guerra civil y la hambruna que azotó su tierra natal.
El martes, Trump se refirió a las personas procedentes del país africano como “basura”, entre otros insultos.
“Somalia, que apenas es un país, no tienen nada. Simplemente andan por ahí matándose entre ellos”, declaró Trump a la prensa, según informó el portal estadounidense The Hill.
La semana pasada, Trump escribió en un mensaje en sus redes sociales que “cientos de miles de refugiados de Somalia se están apoderando por completo del otrora gran estado de Minnesota”.
“Las pandillas somalíes recorren las calles en busca de presas mientras nuestra maravillosa gente permanece encerrada en sus apartamentos y casas con la esperanza de que los dejen en paz”, expresó el presidente estadounidense, sin aportar ningún tipo de pruebas.
En su diatriba xenófoba y racista, Trump también criticó al gobernador demócrata de Minnesota, Tim Walz, y a la representante Ilhan Omar por el mismo estado, también demócrata, quien llegó a Estados Unidos desde Somalía cuando tenía ocho años.
Según cifras oficiales de 2024, se estima que 260.000 personas de ascendencia somalí vivían en Estados Unidos. La ciudad de Minneapolis, la más poblada de Minnesota, alberga a unos 84.000 residentes somalíes, la mayoría de los cuales son ciudadanos estadounidenses, informó The Associated Press.
Funcionarios de la ciudad declararon el martes no tener conocimiento alguno de las inminentes redadas federales anunciadas desde el gobierno.
El alcalde de Minneapolis, el demócrata Jacob Frey, dijo respuesta a un informe del New York Times que indicaba que más de 100 agentes federales de inmigración estaban a punto de llegar a su ciudad y a la vecina St. Paul, la capital del estado, para atacar a residentes somalíes indocumentados, afirmó que, independientemente de si se realizarían redadas, la comunidad somalí recibiría todo el apoyo posible de las autoridades locales.
Frey afirmó además que la policía local no colaboraría con agentes federales en ningún asunto referente a la inmigración y criticó duramente los recientes ataques de Trump contra la comunidad somalí.
“Demonizar a un grupo entero es ridículo bajo cualquier circunstancia”, dijo Frey.
Los insultos de Trump también tuvieron repercusiones en Somalía.
Allí, el primer ministro Hamza Abdi Barre fue consultado sobre el tema y llamó a sus compatriotas a ignorar las agresiones de Trump, argumentando que responder sólo serviría para subir las tensiones.
En declaraciones que dio este miércoles en Mogadiscio, la capital somalí, Abdi Barre que el lenguaje empleado por el presidente estadounidense es habitual y no se restringe a Somalía, sino que se expresó en muchas ocasiones en términos similares a los pobladores de otros países africanos.
“Trump insultó a muchos países, incluyendo a Nigeria y Sudáfrica. Hay cosas que no precisan ser comentadas, hay que dejarlas pasar. Es mejor ignorarlas que convertirlas en un tema”, agregó el mandatario de la nación ubicada en el Cuerno de África, de acuerdo a lo consignado por el medio local Somali Guardian.
Analistas interpretan que la cautela del mandatario somalí se debe en gran medida a los lazos militares que el país tiene con Washington, que colabora en el combate que el gobierno central de Mogadiscio tiene con la facción islamista Al- Shabab, activa en varias zonas del país.