Una nueva crisis está sacudiendo el gobierno colombiano del presidente Gustavo Petro, que está entrando en su tercer año de gestión.
El domingo, en un mensaje que publicó en su cuenta de X, el mandatario expresó: “He solicitado renuncia protocolaria a ministras, ministros y directores de departamentos administrativos. Habrá algunos cambios en el gabinete para lograr mayor cumplimiento en el programa ordenado por el pueblo. El gobierno se concentrará completamente en el cumplimiento del programa”.
Aun antes de la solicitud del mandatario y en las horas posteriores, varios secretarios de Estado dieron un paso al costado. Entre otros, el ministro de Cultura, Juan David Correa, el del Interior, Juan Fernando Cristo, la ministra de Medio Ambiente, Susana Muhamad, y la de Trabajo, Gloria Inés Ramírez. También dejó su cargo el director administrativo de la Presidencia, Jorge Rojas, un amigo personal de Petro.
El detonante de esta nueva crisis ministerial del gobierno de Petro quedó expuesto el martes 4, cuando por orden del presidente y de manera sorpresiva, un Consejo de Ministros que en principio iba a ser cerrado, como es lo usual, fue emitido en vivo.
Si bien el cónclave, que duró casi seis horas, tenía como tema central abordar los decretos de emergencia para atender la crisis humanitaria en la región del Catatumbo, donde una disputa entre grupos armados provocó el desplazamiento de miles de personas, de esa cuestión prácticamente no se habló.
En cambio, Petro reprendió a casi todos los ministros por no haber acatado sus órdenes, lo que, a su juicio, se refleja en la falta de avances que ha habido durante la presente administración.
El mandatario izquierdista dijo que no se habían cumplido 146 de los 195 compromisos presidenciales “que tiene con el pueblo”, de acuerdo a lo que consignó el portal colombiano La Silla Vacía.
El planteo inesperado del presidente provocó el comienzo de un intercambio duro entre los funcionarios. La iniciativa la tomó la vicepresidenta Francia Márquez, la primera en tomar la palabra luego de la intervención inicial de Petro, quien mostró su molestia con Laura Sarabia, quien recientemente tomó el cargo de ministra de Relaciones Exteriores.
“No me parecen las actitudes de Laura Sarabia con nosotros, conmigo, a quien le he tenido que decir ‘respéteme’, que soy la vicepresidenta”, dijo Márquez, quien estaba sentada al lado de la nueva canciller.
Pero el principal centro de las críticas de varios ministros fue Armando Benedetti, un oscuro personaje con una trayectoria política zigzagueante, por ello fuertemente cuestionado por el ala más izquierdista del gabinete, que poco antes del Consejo de Ministros había sido designado como jefe de gabinete. “No comparto su decisión de traer a este gobierno a estas personas”, continuó Márquez a propósito del nombramiento de Benedetti.
Por su parte, la ministra Muhamad secundó a Márquez y, entre lágrimas, aludiendo a su ideología feminista, dijo que no estaba dispuesta a sentarse en la misma mesa que el nuevo jefe de gabinete, sobre quien pesan varias denuncias, una de ellas por maltratos contra su esposa, Adelina Guerrero.
Benedetti fue la mano derecha de Petro durante la campaña electoral que lo llevó a la presidencia en 2022, y al año siguiente tomó notoriedad pública un caso de presunta financiación ilegal en el que el cuestionado funcionario habría tenido un papel clave, que incluso lo ha llevado a tener que responder ante la Justicia.