La iniciativa planteada el martes por la noche por el presidente estadounidense Donald Trump de “tomar el control” de la Franja de Gaza y desplazar a los dos millones de palestinos que habitan en el enclave de manera definitiva generó una ola de reacciones a nivel mundial.

El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, rechazó enérgicamente cualquier plan para desplazar a los palestinos de Gaza, y dijo: “No permitiremos ninguna infracción de los derechos de nuestro pueblo, por los que hemos luchado durante décadas y por los que hemos hecho grandes sacrificios”.

En la misma línea se manifestaron otras entidades políticas palestinas, desde las más extremistas hasta las más moderadas. Desde la Organización de las Naciones Unidas, la italiana Francesca Albanese, relatora especial de la entidad sobre los territorios palestinos, dijo que el planteo de Trump “es ilegal, inmoral y completamente irresponsable”.

En una conferencia de prensa que dio en Copenhague, la capital danesa, Albanese dijo que la propuesta del mandatario estadounidense únicamente serviría para empeorar aún más la crisis regional. “Es una incitación a cometer desplazamiento forzado, que es un crimen internacional”, expresó la funcionaria, y agregó: “La comunidad internacional está formada por 193 estados y este es el momento de darle a Estados Unidos lo que ha estado buscando: aislamiento”.

Desde los países árabes el rechazo a la propuesta fue rotundo, empezando por Jordania y Egipto, los países señalados por Trump inicialmente como receptores de la población palestina que sería desplazada de Gaza. En ese sentido, medios árabes informaron que la semana que viene el rey Abdullah de Jordania visitará Washington y abordará este tema como prioritario en su reunión con Trump en la Casa Blanca.

Desde Europa, varias cancillerías se manifestaron, también rechazando la idea de Trump. La ministra de Asuntos Exteriores alemana, Annalena Baerbock, dijo que la Franja de Gaza pertenece al pueblo palestino y que su expulsión sería inaceptable y contraria al derecho internacional. “También conduciría a nuevos sufrimientos y nuevos odios. No debe haber ninguna solución que pase por alto a los palestinos”, dijo la jefa de la diplomacia germana.

Por su parte, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia, Christophe Lemoine, dejó clara la posición de su país sobre el tema. En un comunicado dijo: “Francia reitera su oposición a cualquier desplazamiento forzado de la población palestina de Gaza, lo que constituiría una grave violación del derecho internacional, un ataque a las aspiraciones legítimas de los palestinos, pero también un obstáculo importante para la solución de dos estados y un importante factor desestabilizador para nuestros socios cercanos Egipto y Jordania, así como para toda la región”.

En Israel el planteo de Trump generó cierto escepticismo, aunque fue fuertemente apoyado desde el gobierno del primer ministro, Benjamin Netanyahu, y también desde los sectores más extremistas de la derecha.

En una entrevista con Arutz Sheva, una red de medios identificada con los colonos, el ministro de Asuntos Exteriores israelí, Gideon Saar, dijo que “mientras la inmigración se realice de forma voluntaria y haya un país que esté dispuesto a aceptar a esa persona, ¿alguien puede decir que esto es inmoral?”.

Mientras tanto, el exministro israelí de Seguridad Nacional Itamar Ben-Gvir, conocido por sus posiciones radicales, dijo que “alentar” a la gente de Gaza a irse del enclave era la única estrategia para terminar con la guerra en Gaza.