Hamdan Ballal, uno de los cuatro codirectores del documental ganador del Oscar No Other Land, que denuncia la ocupación israelí en Cisjordania, pudo relatar este martes luego de ser liberado el ataque de colonos israelíes que sufrió el lunes en su aldea, Susiya.
“Me estuvieron golpeando durante 15 o 20 minutos”, dijo a periodistas. Los colonos judíos habían llegado a Susiya enmascarados, con cuchillos, porras y un rifle, y agredieron a varias personas, entre ellas cinco activistas estadounidenses, según denunció la productora del documental.
La esposa del director, Lamia Ballal, dijo que desde su casa, donde se encontraba con sus tres hijos, escuchó a su marido gritar “me estoy muriendo” y pedir que llamaran a una ambulancia. Según citó el diario The Guardian, la mujer vio cómo tres hombres uniformados golpeaban a su pareja con las culatas de sus rifles y una persona vestida de civil parecía filmarlos. Desde la entrega de los Oscar, los ataques contra ellos se hicieron más frecuentes, dijo.
Según Ballal, estaba ensangrentado, herido en distintas partes del cuerpo, y los paramédicos lo estaban tratando cuando los militares se lo llevaron. “Los soldados me dijeron 'callate, estás bajo arresto' [...] Les insistí en que necesitaba un médico porque tenía mucho dolor, pero me lo negaron”, dijo. De acuerdo con la agencia Efe, agregó que lo mantuvieron durante horas con las manos atadas y los ojos vendados en una base militar. Junto con él fueron detenidos otros dos palestinos.
Un comunicado oficial israelí se limitó a informar que en esa zona tres personas fueron interrogadas como sospechosas de ataques con piedras, que causaron daños materiales, y un ciudadano israelí fue herido.
Basel Adra, otro de los directores del documental, manifestó al periódico británico: “Nadie puede hacer nada para detener los pogromos, y los soldados sólo están ahí para facilitar y ayudar en los ataques”.
Figuras de Hollywood y organizaciones de documentalistas y periodistas pidieron por la seguridad de Ballal. “A estas alturas muchos no estamos sorprendidos ante el comportamiento de los colonos sin ley y del ejército israelí. Matar a periodistas y secuestrar a cineastas no es un accidente, sino un plan para erradicar a una comunidad y su cultura”, publicó el actor Mark Ruffalo.
Mientras tanto, otro caso de un palestino detenido por Israel motivó un reclamo de la cancillería de Brasil. Este martes, en un comunicado, el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva exigió explicaciones sobre la muerte de Walid Khalid Abdalla, un adolescente de 17 años, con nacionalidad brasileña, que murió en la prisión israelí de Megido, donde estaba detenido desde el 30 de setiembre. “Las circunstancias y la fecha exacta de la muerte aún no fueron aclaradas”, agrega. Familiares del adolescente dijeron que lo acusan de haber agredido a un militar israelí en Cisjordania, de acuerdo con Efe.
“En línea con sus obligaciones internacionales, el gobierno israelí tiene que conducir una investigación rápida e independiente sobre las causas de la muerte, así como dar publicidad a sus conclusiones”, reclamó la cancillería de Brasil, que recordó que otros 11 ciudadanos de ese país, residentes en Palestina, se encuentran presos en cárceles israelíes sin haber sido acusados de ningún delito, en una “clara violación” al derecho internacional humanitario.
La Comisión de Asuntos de Prisioneros y Exprisioneros y el Club de Prisioneros Palestinos, dos organizaciones civiles, denunciaron el lunes la muerte de Abdalla y agregaron que desde octubre de 2023 murieron 63 palestinos en cárceles israelíes, de los cuales 40 eran de Gaza.
Se extiende la ofensiva
Este martes, el ministro de Defensa, Israel Katz, aprobó nuevos planes para avanzar con los ataques israelíes sobre Gaza. Dijo en un comunicado que “si Hamas persiste en su negativa” a entregar a los secuestrados, “pagará un precio cada vez más alto al tomar territorio y desmantelar los operativos terroristas y la infraestructura hasta su completa derrota”.
Cerca de 800 personas murieron desde que Israel volvió a atacar Gaza, hace una semana, y alrededor de 120.000 personas fueron desplazadas, según datos de la Oficina de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios.
En la noche de este martes se emitieron dos nuevas órdenes de evacuación en el norte, que según cálculos de ese organismo afectarían a otras 100.000 o 120.000 personas, en un área que abarca dos hospitales y varios centros médicos de atención primaria.
A su vez, las autoridades de Gaza denunciaron la “desaparición forzada” de un número que estiman en 15 trabajadores de ambulancias y rescatistas cerca de la ciudad de Rafah. Manifestaron que esas personas fueron secuestradas cuando intentaban socorrer a los afectados por los ataques.