Wall Street y las bolsas de diferentes regiones del mundo abrieron con caídas después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, anunciara que, a partir de este martes, comenzarían a regir nuevos aranceles para los productos que su país compra a México, Canadá y China.

Trump había condicionado estos gravámenes a las medidas que esos países tomaran para evitar que los migrantes y el fentanilo llegaran a Estados Unidos. “No hay margen para México ni para Canadá, no. Los aranceles están listos y entran en vigor mañana”, había dicho Trump el lunes.

Aunque los gobiernos de esos países lo niegan, Trump afirma que “enormes cantidades de fentanilo” ingresaron a su país “desde México y, como saben, también desde China, de donde se envía a México y a Canadá”.

En su red Truth Social, Trump recomendó este martes: “Si las empresas se mudan a Estados Unidos, ¡¡¡No hay aranceles!!!”.

Las autoridades de Pekín señalaron que el fentanilo es sólo “un pretexto” para esta medida unilateral, y que el país adoptó acciones estrictas contra el tráfico de esa droga y sus precursores químicos.

“China no tolera la hegemonía ni el acoso. Si Estados Unidos insiste en tácticas de máxima presión contra China, eligió al oponente equivocado”, dijo el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores del gigante asiático, Lin Jian.

Los gravámenes que comenzaron a aplicarse este martes son de 25% a los productos de México y Canadá, y de 10% a las importaciones de origen chino, a las que Estados Unidos ya había aplicado un arancel de 10% el 4 de febrero.

Frente a esta medida, China responderá con aranceles de 15% a las importaciones de pollo, algodón, trigo y maíz estadounidenses, y con 10% a las de soja, carne de cerdo, carne vacuna, frutas, verduras y lácteos, entre otras. Estas tasas se aplicarán a partir del lunes, informó el Ministerio de Finanzas chino.

Además, Pekín agregará empresas estadounidenses a la lista de control de exportaciones o la lista de entidades poco confiables, y recurrirá a la Organización Mundial del Comercio. Frente a los aranceles impuestos en febrero, China había respondido gravando productos estadounidenses con porcentajes de entre 10% y 15%.

Howard Lutnik, el secretario de Comercio de Estados Unidos, reconoció que la política anunciada afectará a “corto plazo” los precios a los consumidores en su país, pero dijo a la cadena CNBC: “La gente se preocupa por el corto plazo, pero vamos a crear empleo y a traer una cantidad de producción de vuelta a Estados Unidos como nadie ha visto antes”. Agregó que “esto no es una guerra comercial, es una guerra de drogas, y espero que ellos puedan entenderlo si lo repetimos una y otra vez”.

Representantes de grandes supermercados, Target y Best Buy, dijeron a la misma cadena que los aranceles, sobre todo los que se aplican a México y Canadá, van a impactar en los precios en los próximos días, sobre todo en los de frutas y verduras.

También está previsto que impacten en el sector automotor y en la energía que Estados Unidos compra a Canadá, que incluye petróleo, gas natural y electricidad, aunque en estas áreas los aranceles son de 10%.

El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, dijo que la decisión de Trump es “injustificada” y que su país responderá con gravámenes de 25% que afectarán a unos 30.000 millones de dólares de importaciones estadounidenses.

En una conferencia de prensa llamó a Estados Unidos a terminar con su guerra comercial y agregó: “No tengo por costumbre estar de acuerdo con The Wall Street Journal, pero, Donald, ellos señalan que, aunque seas un tipo muy inteligente, hacer esto es una tontería”.

Trudeau afirmó además que Trump busca debilitar la economía canadiense para después “hablar de la anexión” del país. Dijo que su gobierno está en contacto con el de México y que Canadá impugnará “estas acciones ilegales presentando reclamos de resolución de disputas en la Organización Mundial del Comercio y a través del T-MEC [el tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá]”.

Por su parte, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, consideró que las acusaciones de Washington a su gobierno son ofensivas, difamatorias y sin sustento.

Sheinbaum dijo que tiene previsto conversar con Trump esta semana. Para el caso de que la medida no se revierta, llamó a la ciudadanía a defender la soberanía nacional y a congregarse el domingo al mediodía en el Zócalo de Ciudad de México, donde informará cómo responderá su gobierno a estos aranceles. “Hemos decidido responder con medidas arancelarias y no arancelarias”, adelantó.

“No hay motivo, razón ni justificación que soporte esta decisión que afectará a nuestros pueblos y naciones. Lo hemos dicho de diferentes formas: cooperación y coordinación, sí; subordinación, intervencionismo, no. A México se le respeta, somos naciones iguales”, afirmó Sheinbaum.