El ejército ruso viene avanzando de manera intensa en todas las direcciones en la región de Kursk y está muy cerca de cumplir el objetivo de expulsar de ese territorio de la Federación Rusa a las tropas ucranianas que invadieron la zona en agosto del año pasado.
De acuerdo a lo que expresó el jefe del Estado Mayor, Valery Gerasimov, en los últimos cinco días las tropas a su cargo lograron reconquistar 24 poblados y 259 km² de territorio en Kursk, donde las fuerzas de Kiev, tal como reconocieron autoridades militares ucranianas, se están replegando hacia la provincia de Sumy, limítrofe con Rusia. Incluso el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, reconoció lo grave de la situación para sus tropas y expresó que la misión ahora se “trata de salvar” la vida de sus soldados.
En una línea similar, y dejando completamente clara la situación en el campo de batalla, el jefe del ejército ucraniano, Oleksander Sirski, expresó en un posteo en Facebook: “En la situación más difícil, mi prioridad ha sido y sigue siendo salvar las vidas de los soldados ucranianos. Con este fin, las unidades de las fuerzas de defensa, si es necesario, están maniobrando hacia posiciones más favorables”.
Este miércoles se informó que las fuerzas de Moscú lograron retomar el control de Sudzha, una localidad de alrededor de 5.000 habitantes que era la mayor que estaba en poder de los ucranianos desde la invasión.
En este contexto fue que, por primera vez desde la ofensiva de Ucrania, el presidente ruso, Vladimir Putin, llegó el miércoles a Kursk, donde, de acuerdo a lo que informaron medios locales, visitó un centro de control del ejército y escuchó el informe de Gerasimov, quien le informó que las tropas enemigas que quedan en la región estaban rodeadas. Putin dijo que las fuerzas rusas deben liberar completamente la región lo antes posible. “Espero que todas las misiones de combate que tienen ante sí nuestras unidades se cumplan y que el territorio de la región de Kursk pronto quede completamente liberado del enemigo”, declaró el líder del Kremlin.
Paralelamente, se espera que este jueves arribe a Moscú una delegación estadounidense liderada por Steve Witkoff, quien es el enviado especial de la administración estadounidense que encabeza Donald Trump para Medio Oriente, pero que, al ser un hombre de estrecha confianza del líder republicano, también está jugando un rol importante en las negociaciones entre Rusia y Washington sobre Ucrania.
Luego de la reunión del martes celebrada en la ciudad saudí de Yeda, en la que estadounidenses y ucranianos emitieron una declaración conjunta en la que se expresó que Kiev estaba de acuerdo con implementar una tregua total por 30 días, la pelota, según expresaron funcionarios de la Casa Blanca, quedó del lado de Rusia, pero en Moscú tomaron el planteo con extrema cautela.
Mientras se informó sin dar mayores detalles sobre contactos entre altos funcionarios de los gobiernos de Rusia y Estados Unidos, desde el Kremlin manifestaron públicamente que quieren tener información detallada sobre la eventual tregua, que es pedida a gritos por Ucrania.
Hace pocas semanas, Zelenski había dicho que la presencia de sus tropas en Kursk podía servir como moneda de intercambio por los vastos territorios que los rusos ocuparon en su país, pero esa posibilidad nunca estuvo ni remotamente sobre la mesa y menos lo estará ahora que Kursk está a punto de quedar completamente bajo dominio ruso.
Una posible conversación entre Putin y Trump también fue manejada en las últimas horas, y aunque funcionarios de ambos países reconocieron que el contacto es posible, nadie lo confirmó.
Los que sí hablaron, de acuerdo a lo que informó el portal estadounidense Axios, fueron el director de la CIA, John Ratcliffe, y el jefe de la agencia de inteligencia exterior rusa (SVR), Sergey Naryshkin. Fue la primera conversación entre ambos jerarcas desde la asunción de la nueva administración estadounidense.
También este miércoles habló Trump en la Casa Blanca, luego de reunirse con el primer ministro de Irlanda, Micheál Martin. El mandatario estadounidense dijo que había recibido “mensajes positivos” sobre la posibilidad de llegar a una tregua, pero “un mensaje positivo no significa nada”. “Ahora depende de Rusia”, agregó Trump. “Nuestra gente se dirige a Rusia ahora mismo. Y ojalá podamos lograr un alto el fuego”, concluyó.