El 18 de mayo se realizará el balotaje de las elecciones en Rumania, donde el domingo tuvo lugar la primera vuelta, en la que el candidato más votado fue George Simion, líder del partido Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR), un sector nacionalista y conservador.
Simion obtuvo el 40% de los apoyos y en segundo lugar, con el 21%, se ubicó Nicusor Dan, el actual alcalde de Bucarest, quien se presentó como independiente, con un discurso europeísta y contra la corrupción.
Tras conocer los resultados Dan dijo que las semanas previas a la segunda vuelta serían “difíciles contra este candidato aislacionista”. “No será un debate entre individuos, será un debate entre una dirección prooccidental para Rumania y una dirección antioccidental”, agregó.
En tercer lugar, con el 20% de las adhesiones, quedó el candidato de la coalición oficialista, Crin Antonescu; cuarto, con el 13,05%, se ubicó el ex primer ministro socialdemócrata Victor Ponta, y en quinto lugar, con menos del 3%, Elena Lasconi, líder del partido europeísta y liberal Unión Salvar Rumania.
Según los datos oficiales, en las elecciones votó el 53,21% de los cerca de 18 millones de ciudadanos con derecho a voto, incluyendo 973.000 votos de personas residentes fuera del país. De este grupo de votantes, que se concentran principalmente en Italia, España y Alemania, casi el 60% apoyó a Simion.
“Estoy aquí para servir a los rumanos, no al revés”, dijo Simion en una declaración el lunes e insistió con que creía en una Unión Europea “que prospere como un nido para sus naciones diversas y soberanas, no como un sistema rígido que imponga políticas uniformes”.
El triunfo de Simion, que no oculta su simpatía por el presidente estadounidense, Donald Trump, fue saludado por la líder de la extrema derecha francesa, Marine Le Pen, quien declaró que los votantes de Rumania habían enviado “un búmeran muy lindo” a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, haciéndose eco de las afirmaciones de que Bruselas estaba detrás de la anulación de las elecciones de noviembre del año pasado.
Dichos comicios fueron ganados por Călin Georgescu, un político independiente de extrema derecha y afín a Moscú, pero posteriormente fueron anulados por el Tribunal Supremo de Rumania, después de que documentos de inteligencia desclasificados revelaran una presunta operación de influencia rusa.
Georgescu, quien niega cualquier irregularidad en esas elecciones, fue posteriormente investigado por cargos que incluyen información falsa sobre las finanzas de campaña, uso indebido de tecnología digital y promoción de grupos fascistas. Tras esto, en marzo se le prohibió presentarse en las elecciones del domingo, en las que apoyó decididamente a Simion y participó activamente en su campaña. De hecho, luego de su triunfo del domingo, Simion prometió que en caso de llegar a la presidencia buscará un mecanismo para poder nombrar a Georgescu primer ministro.
En Rumania el presidente ejerce un papel semiejecutivo, con amplios poderes en política exterior, seguridad nacional, gasto en defensa y nombramientos judiciales. La legislación rumana también establece que el presidente es el máximo representante del país a nivel internacional, y es por eso que tiene el poder de vetar votaciones que se den en el ámbito de la Unión Europea.
Simion, cuyo partido tuvo un gran crecimiento durante la pandemia, cuando apoyaba al movimiento antivacunas, niega sistemáticamente que las políticas que promueve sean de extrema derecha, pero describió a su partido como “un aliado natural” de Trump. Por otra parte, si bien con frecuencia se ha mostrado crítico con Rusia, se manifestó sistemáticamente en contra de brindar ayuda militar a Ucrania. Pero, más allá de sus dichos, están los hechos. Además de ser saludado por Le Pen, luego de las elecciones, Simion también recibió las felicitaciones del líder del partido ultraderechista español Vox, Santiago Abascal.
“El pueblo rumano está cada vez más cerca de recuperar su libertad y soberanía frente a la oleada liberticida que asola Europa de la mano de la Comisión Europea de populares y socialistas”, expresó el político vasco en su cuenta de X, en tanto que en la misma red social el estratega político estadounidense Steve Bannon dijo que “las élites europeas entraron en pánico después del triunfo del nacionalismo en Rumania”.