El Parlamento de Dinamarca votó la semana pasada con amplia mayoría a favor de un acuerdo de defensa que otorga a Estados Unidos tener “acceso sin obstáculos” a desplegar sus tropas y utilizar las bases militares en el país nórdico.

El pacto en defensa tiene una vigencia de diez años y llega en un momento en que las relaciones entre Copenhague y Washington son más tensas que nunca a raíz de las amenazas del presidente Donald Trump de “anexionarse” Groenlandia. Más recientemente, la prensa estadounidense también publicó unos informes extraídos de sus agencias de inteligencia que habrían recibido la orden de aumentar las actividades de espionaje en territorio danés. En este contexto, el voto a favor de estrechar los vínculos en defensa entre los dos países es un tema muy incómodo para el gobierno nórdico, pero, aun así, la propuesta se aprobó con el voto en contra de sólo 11 diputados de los 179 del Parlamento.

Con esta decisión, los soldados estadounidenses podrán establecerse en las bases militares de las ciudades danesas de Karup, Skrydstrup y Aalborg, además de que se les permitirá almacenar armamento y realizar ejercicios militares en tiempos de paz. Sin embargo, en el acuerdo se excluyen las dos regiones autónomas bajo soberanía danesa de las Islas Feroe y Groenlandia.

Tanto algunos partidos de la oposición como organizaciones de la sociedad civil han criticado duramente el acuerdo, que entienden como una pérdida de soberanía de Dinamarca que contradice la Constitución del país escandinavo. Las voces críticas alertan que el pacto implica que los soldados norteamericanos permanecerán bajo jurisprudencia de Estados Unidos en caso de cometer algún delito en el país nórdico: “Las autoridades danesas no podrán ejercer el control”, se lamentaba el líder del partido de izquierdas Lista de Unidad, Pelle Dragsted. “Se trata de una traición al pueblo danés”.

Otro punto polémico para los opositores es que el texto contempla la posibilidad del despliegue de empresas militares privadas en Dinamarca. A todo esto, también ha causado malestar el hecho de que en el pacto se haya borrado la prohibición explícita de almacenar armamento nuclear estadounidense en Dinamarca.

Por su parte, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, ha justificado la necesidad de firmar el acuerdo con Estados Unidos a pesar del clima de tensiones entre los dos países, asegurando que “el problema no es una excesiva intervención de Estados Unidos en Europa. Al contrario, el riesgo es que Estados Unidos se excluya y retire sus tropas o suspenda las donaciones a Ucrania”, declaró.

“El ánimo frente a Estados Unidos ha cambiado”

Las bases del acuerdo para permitir el despliegue de tropas de Estados Unidos en Dinamarca se alcanzaron en diciembre de 2023 bajo la administración de Joe Biden, cuando la relación entre los dos países era de aliados prioritarios y muy cercanos. Entonces, Frederiksen lo calificó como “un avance muy importante en la política de defensa danesa”, y señaló que se volvería habitual “ver a los soldados norteamericanos en tierra danesa, por lo que tenemos muchas ganas de darles la bienvenida”.

En el contexto de la guerra en Ucrania, en los últimos meses de la administración Biden, también se firmaron acuerdos similares con el resto de países nórdicos y bálticos con el objetivo de garantizar una respuesta rápida y coordinada en caso de un hipotético ataque en el flanco noroeste de la OTAN.

Pero desde la llegada de Trump a la Casa Blanca, la confianza entre Estados Unidos y Dinamarca se encuentra por los suelos: “El estado de ánimo frente a Estados Unidos ha cambiado por completo; las políticas de Trump con Europa y Groenlandia han generalizado la idea de que, de repente, podrían surgir problemas. Este contexto no inspira precisamente confianza para invitar a las tropas norteamericanas a estar en el país”, asegura Mikkel Runge Olsen, experto en política internacional y diplomacia del Instituto Danés de Estudios Internacionales, en declaraciones a elDiario.es.

Según una encuesta publicada por los medios Politiken y TV2, esta desconfianza frente a la acogida de tropas estadounidenses la sienten el 47% de los daneses, que están en contra de la decisión de su Parlamento, mientras que un 41% apoya la cooperación militar con Estados Unidos.

“No interesa escalar el conflicto con Estados Unidos”

Por el momento, desde el Pentágono no tienen planes de desplegar a sus soldados de forma permanente en Dinamarca, según informó la televisión pública DR. Si ocurriera este escenario, sería la primera vez desde la Segunda Guerra Mundial que habría presencia de tropas extranjeras permanentes en el país nórdico.

Los analistas también creen que, en esta situación, el gobierno de Copenhague vio que no le quedaba otra opción para dar marcha atrás y cancelar el acuerdo para estrechar los vínculos militares con Estados Unidos: “La razón por la que el gobierno danés no toma este camino es por el temor de que esto supusiera una escalada en una situación ya de por sí problemática con Estados Unidos”, sostiene Olsen.

Desde el Instituto Danés por los Derechos Humanos y Amnistía Internacional (AI) también manifestaron tener una gran preocupación y advirtieron que se están dando demasiados poderes al ejército de Estados Unidos en el país: “Tememos que el Parlamento no sea realmente consciente de lo que acaba de decidir”, asegura Paula Larrain, asesora sénior de AI en Dinamarca.

Este artículo fue publicado originalmente por elDiario.es.