Varios referentes políticos israelíes comenzaron a levantar la voz contra los planes del gobierno de Benjamin Netanyahu de crear una “ciudad humanitaria” en la bombardeada Rafah, en el sur de la Franja de Gaza.

La semana pasada, el ministro de Defensa, Israel Katz, anunció que se trabaja en un plan para concentrar a los gazatíes allí, lo que implicaría un nuevo desplazamiento forzoso. Inicialmente, la “ciudad humanitaria” albergaría a 600.000 de los más de dos millones de palestinos que viven en ese enclave, que pasarían un control para ingresar y después ya no podrían salir, de acuerdo con el ministro.

“Es un campo de concentración. Lo siento”, dijo al diario The Guardian el ex primer ministro Ehud Olmert el domingo. “Si los palestinos son deportados a la nueva ‘ciudad humanitaria’, entonces podrán decir que esto forma parte de una limpieza étnica”. “Cuando construyen un campamento donde planean ‘limpiar’ más de la mitad de Gaza, la inevitable interpretación de la estrategia es que no se trata de salvar a los palestinos. Se trata de deportarlos, expulsarlos y desecharlos”, afirmó Olmert. También Naciones Unidas y organizaciones sociales hicieron esta lectura del plan de Katz.

Olmert ya había advertido en mayo, en una entrevista con CNN, que no podía seguir defendiendo a Israel ante quienes lo acusan de estar cometiendo crímenes de guerra. Consideró que el gobierno de Netanyahu está “cometiendo acciones que no pueden interpretarse de otra manera”.

Este lunes, el líder de la oposición, Yair Lapid, dijo que la idea de la “ciudad humanitaria” es “descabellada” y se preguntó: “¿Se permitirá que sus residentes salgan? Si no, ¿cómo se les impedirá salir? ¿Habrá una valla? ¿Una valla normal? ¿Una valla eléctrica? ¿Cuántos soldados la protegerán?”.

Durante una reunión de su partido, Yesh Atid, según citó Efe, Lapid continuó: “¿Qué harán los soldados si los niños quieren irse de la ciudad? ¿Quién los alimentará? ¿Quién se encargará del agua y la electricidad? ¿Qué pasará si hay epidemias y enfermedades? ¿Quién los atenderá?”. El dirigente también cuestionó la iniciativa por los gastos que implica.

La oficina del primer ministro no respondió hasta este lunes a esas preguntas, pero sí a las críticas que hizo el domingo Olmert. En un comunicado lo calificó como un “delincuente convicto que deshonra a Israel”, porque cumplió una pena de 16 meses de prisión por delitos de corrupción, y agregó: “Evacuamos a civiles. Hamas los bloquea. ¿Lo considera un crimen de guerra?”.

Además, Netanyahu divulgó un discurso grabado en video en el que se refiere a la situación de Gaza una vez que termine su ofensiva y afirmó que “tiene que ser gobernada por personas que no busquen la destrucción de Israel y que quieran vivir en paz” con su país.

“Tendremos que encontrar una solución que permita a los palestinos actuar por sí mismos, si no buscan la destrucción de Israel, y que permita a Israel conservar los poderes necesarios para garantizar nuestra seguridad”, dijo. Acerca de las negociaciones con Hamas para un cese del fuego, Netanyahu afirmó que está comprometido con “la victoria” y la liberación de los 50 rehenes secuestrados, de los cuales sólo 20 se presume que siguen con vida.

También Hamas emitió este lunes un comunicado. Afirmó que “Netanyahu es experto en hacer fracasar una ronda de negociaciones tras otra, y no quiere llegar a ningún acuerdo”. Lo acusó de “sabotear” el diálogo y de llevar adelante una “guerra psicológica”.

Desde el exterior también suenan voces que critican con palabras más duras o más suaves la ofensiva de Israel, que ya dejó cerca de 60.000 muertos en Gaza.

“Lo que el gobierno israelí está haciendo en la Franja de Gaza no me gusta ya desde hace muchas semanas”, dijo el canciller alemán, Friedrich Merz, entrevistado por la televisión pública de su país, ARD.

A su vez, el rey Abdalá II de Jordania condenó el “genocidio” cometido por Israel en la Franja de Gaza, así como los ataques de colonos en Cisjordania, entre ellos el que tuvo como objetivo una iglesia en la localidad de Taybeh, cuya población es en su mayoría cristiana. Esos ataques son “una violación flagrante” de los lugares sagrados, dijo.

El rey jordano pidió que se establezca una “posición internacional firme” para “proteger a los palestinos indefensos, sus lugares sagrados y su derecho a vivir con libertad y dignidad y establecer su Estado en su tierra nacional, con Jerusalén Este como capital”.