Una vez más, se frustró el diálogo para una tregua en la Franja de Gaza, y las declaraciones que surgen del sistema político israelí muestran que una solución negociada parece cada vez más lejana.

“El gobierno [israelí] se apresura a asegurar la erradicación de Gaza. Gracias a Dios, estamos erradicando este mal”, manifestó el ministro de Patrimonio, Amihai Eliyahu en una entrevista con la radio Kol BaRama. “Toda Gaza será judía”, concluyó.

Su voz no es la única en expresar la voluntad israelí de anexionar territorios palestinos. El Parlamento de Israel aprobó una moción a favor de la anexión de Cisjordania. La propuesta fue aprobada por 71 diputados y 13 votaron en contra.

Aunque se trata de una moción simbólica, sin consecuencias legales, en los hechos la ocupación israelí avanza sobre ese territorio palestino, acompañada de discursos que la justifican. “Los judíos no pueden ser el 'ocupante' de una tierra que durante 3.000 años ha sido llamada Judea”, fue el razonamiento del presidente del Parlamento, Amid Ohana, en alusión al nombre bíblico que Israel utiliza para lo que hoy es Cisjordania.

La moción aprobada se propone dejarle claro “al mundo” que Israel “no acepta soluciones que implican concesiones territoriales peligrosas y que está comprometido con su futuro, con asegurar un Estado judío seguro”.

Para el Ministerio de Relaciones Exteriores de la Autoridad Nacional Palestina, esta moción “colonial y racista” es “una nueva declaración de guerra contra el pueblo palestino”, según manifestó en un comunicado. Es también “otra manifestación de los crímenes de genocidio, desplazamiento y anexión” y un intento de “socavar el consenso internacional sobre el imperativo estratégico de establecer un Estado palestino, con Jerusalén Este como capital”.

Llamó a que el “consenso internacional” sobre la solución de dos Estados sea “acompañado de sanciones internacionales y medidas disuasorias” para que Israel reconozca los derechos de los palestinos.

Diálogo interrumpido

Las negociaciones indirectas entre Israel y la organización islamista palestina Hamas, que transcurrían en Qatar para acordar un cese del fuego en la Franja de Gaza, fueron interrumpidas este jueves.

Los países mediadores, Qatar, Egipto y Estados Unidos, habían pedido a Hamas que hiciera ajustes a una propuesta de acuerdo que se estaba negociando. En el nuevo texto, Hamas exigió una cláusula que brinde garantías de que si en 60 días no se acuerda un cese del fuego completo, las negociaciones se prorrogarán y no se retomarán los ataques. También aumentó el número de palestinos presos en cárceles de Israel que se intercambiarían por israelíes secuestrados en octubre de 2023.

Después de recibir la respuesta de Hamas, los equipos enviados por el gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el presidente estadounidense, Donald Trump, se retiraron de Doha, la capital qatarí.

Según el enviado de Washington para Medio Oriente, Steve Witkoff, Hamas mostró “falta de voluntad” y “egoísmo” en su respuesta. El diario israelí Haaretz informó que para los negociadores israelíes el diálogo no se terminó, pero las conversaciones tomarán tiempo.

Hambre creciente y comida deteriorada

Este intercambio en Qatar transcurrió bajo una ofensiva israelí cada vez más intensa, con el ingreso de ayuda humanitaria restringido, y con los habitantes de Gaza muriendo por ataques armados, enfermedades y desnutrición.

La situación en el enclave palestino es cada vez más dramática, y las autoridades locales elevaron este jueves a 115 el número de personas que murieron por inanición desde que comenzó esta ofensiva. En lo que va de 2025, los muertos por esta causa fueron 59.

Según una crónica de Efe, en el cruce fronterizo de Kerem Shalon, las cajas de alimentos, muchas de ellas con el sello de distintas agencias de Naciones Unidas, se descomponen abandonadas. Se ven bolsas de harina rotas, cajas de jugos con el contenido derramado y paquetes de fideos cubiertos de moho. A su vez, la BBC y las agencias de noticias Reuters y Associated Press se sumaron a las denuncias de AFP, que manifestó su alarma por el estado de desnutrición y debilidad de sus periodistas en Gaza.

En un comunicado, los cuatro medios expresaron su “desesperada preocupación” por esos trabajadores, que enfrentan cada vez más dificultades para “obtener alimentos para sí mismos y sus familias”. Señalaron que “es esencial que la población local reciba alimentos en cantidades suficientes” y llamaron a las autoridades israelíes “una vez más” a “que permitan la entrada y salida de periodistas en Gaza”.