El despliegue de buques de guerra de Estados Unidos dirigidos hacia aguas cercanas a Venezuela fue lanzado la semana pasada con una acusación.
Según Washington, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, por el que ofrece una recompensa de 50 millones de dólares, lidera el Cártel de los Soles, al que identifica como una organización que trafica drogas hacia Estados Unidos.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio, celebró esta semana que varios países se sumaran a la lucha contra este “flagelo”. Al igual que Estados Unidos, Ecuador, Paraguay y Argentina declararon “organización terrorista” al Cártel de los Soles, mientras que Guyana y Trinidad y Tobago manifestaron su voluntad de colaborar con el gobierno de Donald Trump en las acciones contra este grupo.
Sin embargo, el costado político de estas acciones quedó en evidencia. Fue así, por ejemplo, cuando la dirigente opositora María Corina Machado le agradeció, “en nombre de los venezolanos”, al presidente argentino, Javier Milei, por “su firme y decidido apoyo a la causa justa por la libertad y la democracia de Venezuela”.
Por el contrario, Maduro, así como el presidente colombiano, Gustavo Petro, y el correísmo en Ecuador, repudiaron las acciones de Washington y negaron la existencia misma del Cártel de los Soles.
Según el medio especializado en organizaciones criminales Insight Crime, Estados Unidos y sus medidas refuerzan “una visión equivocada” del Cártel de los Soles. “Más que una organización jerárquica con Maduro al mando de las operaciones de tráfico de drogas, el Cártel de los Soles se asemeja a una red de corrupción en la que funcionarios militares y políticos se benefician de los acuerdos establecidos con narcotraficantes”, informó.
Aunque no participen en el tráfico de drogas, esos funcionarios pueden brindar alguna protección a los traficantes para evitar que los detengan o les incauten los cargamentos.
“Maduro y otros altos funcionarios permiten este tipo de corrupción para mantener la lealtad de los rangos inferiores. No obstante, la naturaleza descentralizada de esta estructura implica que la remoción de altos funcionarios individuales probablemente no tendría ningún efecto en el funcionamiento general de la red”, agregó Insight Crime.
Ese medio señaló además que el Cártel de los Soles no utiliza las drogas como una “arma” ni tiene intención de perjudicar a Estados Unidos o a su población, como argumenta Washington, sino que actúa motivado por las ganancias que puede obtener.
Mientras tanto, desde Washington, la fiscal general Pam Bondi afirmó que Maduro “es uno de los narcotraficantes más grandes del mundo y una amenaza” para la seguridad nacional de su país.
A su vez, Petro publicó en sus cuentas en redes sociales que “el Cártel de los Soles no existe, es la excusa ficticia de la extrema derecha para derribar gobiernos que no les obedecen”. Desde Ecuador, el Movimiento Revolución Ciudadana, que responde al expresidente Rafael Correa, afirmó que se trata de una “farsa mediática” y que el gobierno de Trump ha “inventado” esta acusación para “justificar sanciones e intervenciones” en América Latina.
El gobierno de Venezuela anunció el martes su propio despliegue de buques en sus aguas territoriales del mar Caribe para combatir el narcotráfico. “Aquí vamos a tener también un despliegue importante con drones con distintas misiones [...], patrullas navales en el lago de Maracaibo, patrullas navales en el golfo de Venezuela, y buques de mayor porte, más arriba al norte, en nuestras aguas territoriales”, dijo el ministro de Defensa, Vladimir Padrino.
El funcionario del gobierno de Maduro agregó que en su país “no hay espacio para el miedo” ante la “agresión” de Washington.
A su vez, el ejército estadounidense publicó este miércoles fotos de infantes de marina realizando ejercicios con fusiles en uno de los buques enviados a aguas cercanas a Venezuela. Según Washington, además de los buques fueron movilizados más de 4.000 militares, aviones y lanzamisiles para patrullar el lugar.
El gobierno de Maduro denunció el martes ante la Organización de las Naciones Unidas que Estados Unidos planea enviar “un crucero lanzamisiles” y “un submarino nuclear de ataque rápido”, lo que representa “una grave amenaza a la paz y la seguridad regionales”.
El presidente venezolano, además, denunció este miércoles que esa eventual presencia de un submarino nuclear violaría el Tratado de Tlatelolco de 1967, que declaró a América Latina y el Caribe como zona libre de armas nucleares.