En el marco de la persistente crisis económica que atraviesa Bolivia, y a poco menos de un mes de la segunda vuelta electoral, prevista para el 19 de octubre, en la que el centroderechista Rodrigo Paz y el derechista Jorge Tuto Quiroga disputarán la presidencia, estos días están siendo especialmente agitados para el mandatario Luis Arce por una denuncia en su contra.
Tras la circulación de rumores al respecto, este lunes la Fiscalía boliviana confirmó formalmente la existencia de una denuncia contra Arce por el delito de abandono de mujer embarazada, en un caso que involucra a una funcionaria de su gobierno con la que supuestamente tuvo un hijo que el mandatario se negó a reconocer, informó la agencia Efe.
La denunciante, que se desempeñaba en la Autoridad Jurisdiccional Administrativa Minera, una oficina jurídica de la administración presidencial, dijo que mantenía una relación sentimental con el presidente y en 2024 le dijo a Arce, de 61 años, que estaba esperando un hijo suyo.
Según el texto judicial al que accedió AFP, Arce “negó la paternidad del niño” argumentando que había quedado “estéril” después del tratamiento contra el cáncer al que se sometió hace algunos años, cuando era ministro de Economía del entonces presidente Evo Morales.
Públicamente Arce manifestó no haber sido notificado del tema de manera oficial, pero agregó: “Cuando nos llegue, vamos a salir a defendernos con toda la normativa legal que corresponde y con nuestros abogados particulares porque se trata de un tema personal”, informó el diario cruceño El Deber.
Estos días el presidente boliviano también salió al cruce de una versión que sostenía que iba a irse del país ni bien terminara su mandato, lo que ocurrirá el 8 de noviembre. “Nosotros no nos vamos a escapar, no tenemos por qué escaparnos del país”, afirmó el mandatario al ser consultado sobre el tema en una conferencia de prensa que ofreció el lunes, consignada por el diario La Razón, de la ciudad de La Paz.
En varias ocasiones, actores políticos, el propio Evo Morales y también integrantes de la oposición como el candidato presidencial Jorge Quiroga, advirtieron que el mandatario iba a “fugarse” del país, porque lo acusan de causar la crisis económica que derivó en la escasez de dólares y combustibles, además de la importante suba de los precios de los productos de la canasta familiar.
Arce en todo momento expresó tanto en sus redes sociales como en actos públicos que no se irá de Bolivia, e incluso aseguró que la transición de mando con el vencedor de las elecciones del 19 de octubre será un proceso “pacífico”.
El presidente, cuya popularidad está en un nivel bajísimo, y en gran medida por eso el candidato oficialista en la primera vuelta electoral, Eduardo del Castillo, apenas consiguió el 3% de los votos, intentó defender su gestión y acusó a la oposición de generar la crisis económica al bloquear créditos externos en la Asamblea Legislativa, lo que, dijo, afectó directamente al pueblo boliviano. “Si no hay dólares, si hay problemas de combustibles y todo el problema económico, ha sido generado por la derecha y el evismo desde la Asamblea”, aseguró.
Según Arce, las bancadas opositoras actuaron con el objetivo de “estrangular al gobierno” y luego culpar a la administración nacional de los problemas que ellos mismos provocaron. Sin embargo, el mandatario reconoció que la falta de divisas complica los esfuerzos estatales, pero afirmó que su gestión trabaja para garantizar el abastecimiento de combustibles en el país.
En su contacto con los medios de prensa, Arce también respondió a los señalamientos de que busca créditos en el exterior: dijo que esa acción ratifica la posición correcta del gobierno antes de que asuma la nueva administración. “El único camino era aprobar créditos para evitar la escasez de dólares y combustibles. Si lo hubieran hecho, no tendríamos estos problemas hoy”, expresó.
El mandatario sostuvo además que durante su gestión se descubrieron 18 campos exploratorios exitosos, que en el futuro permitirán resolver el déficit energético que actualmente existe en Bolivia y mejorar la situación económica del país.