A la llegada de Benjamin Netanyahu al recinto donde sesiona la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, en Nueva York, decenas de personas se retiraron de sala al mismo tiempo. El primer ministro israelí habló el viernes ante un auditorio con escasos asientos ocupados, algunos de ellos por la delegación de Uruguay.
Sin embargo, se encargó de que su discurso llegara a la Franja de Gaza, donde todavía se encuentran 48 rehenes israelíes, 20 de ellos vivos, y donde el ejército a sus órdenes mató a más de 65.500 personas y dejó más de 167.500 heridos desde octubre de 2023.
Netanyahu dijo que se colocaron altavoces en la Franja de Gaza para que reprodujeran sus palabras y que, “gracias a los esfuerzos especiales de la inteligencia israelí”, también llegarían “a los teléfonos móviles de los gazatíes”.
Dijo que quería enviarles así un mensaje a los rehenes: “No nos hemos olvidado de ustedes ni un solo segundo. El pueblo de Israel está con ustedes. Vamos a seguir, no vamos a descansar hasta que los traigamos a todos a casa”.
No obstante, familiares de los rehenes cuestionaron esta comunicación. Es el caso de Anat Angrest, madre de Matan Angrest, que sigue en cautiverio. Según citó Europa Press, Anat manifestó en sus redes sociales: “Netanyahu, mi Matan y otros rehenes podrían escucharte hoy. Cualquier frase que no sea ‘vine a Estados Unidos para firmar un acuerdo que los traiga a todos a casa’ constituye abuso psicológico para ellos”.
También Lishay Lavi, esposa de Omri Miran, manifestó: “Si ya se han instalado altavoces, con gusto enviaré mi propia grabación a Omri para poder decirles a él y a todos los rehenes y soldados, alto y claro, que el pueblo de Israel está luchando por ellos y que la gran mayoría quiere un acuerdo que los traiga de regreso”.
Pero el discurso de Netanyahu no llevaba ese mensaje, y además tenía otro dirigido a Hamas. “A los líderes restantes de Hamas y a aquellos que tienen encarcelados a nuestros rehenes les digo: ‘Depongan las armas, liberen los rehenes, dejen que se marchen los 48. Liberen a los rehenes ahora. Si lo hacen, vivirán; si no, Israel los encontrará’”, dijo.
“Si Hamas acepta lo que exigimos, la guerra puede terminar ahora mismo. Gaza será desmilitarizada, Israel controlará la seguridad y habrá una autoridad civil establecida por gazatíes y otros y comprometida con la paz con Israel”, manifestó.
Sin embargo, el primer ministro reiteró su oposición tajante a la creación de un Estado palestino. Afirmó que “casi el 90% de la población palestina apoyó el ataque del 7 de octubre” contra Israel. “Lo celebraron, bailaban en las terrazas, tiraban caramelos”, dijo.
“Nosotros creemos en la solución de dos estados. Hay un solo problema: los palestinos no quieren dos estados, sino un Estado palestino en lugar de Israel”, dijo. “Este rechazo del Estado judío no es sólo de Hamas, sino también de la supuestamente moderada Autoridad Palestina, que paga a terroristas para matar judíos”, acusó. “¿Es a esta gente a la que le quieren dar un Estado?”, preguntó.
“Darles a los palestinos un territorio a una milla de Jerusalén es darle un Estado a Al Qaeda al lado de Estados Unidos después del 11 de setiembre. No lo vamos a hacer. No vamos a permitir que saboteen nuestro Estado”.
Afirmó que la oposición al Estado palestino no es una política suya, sino que es “la política de Israel”. Manifestó que el año pasado, en una votación en el Parlamento, de 120 diputados, 99 votaron contra la creación de un Estado palestino y sólo nueve a favor.
Sobre el mal y el bien
El primer ministro afirmó que Israel lucha contra un enemigo que “quiere arrastrar al mundo moderno a la oscuridad del pasado, al fanatismo” y que “muchos países ya están sufriendo”.
Propuso a quienes lo escuchaban que le dijeran quién grita “muerte a Estados Unidos” y mostró un cartel en el que se leía: “Al Qaeda, Irán, Hamas, Hezbollah, los hutíes”, y una última respuesta que fue la que él eligió: “Todos [ellos]”.
“Israel está luchando por todos ustedes. Y les voy a contar un secreto. A puertas cerradas, muchos líderes que nos cuestionan públicamente nos dan las gracias”, dijo.
“Pero lamentablemente muchos líderes acá mandan un mensaje distinto. Muchos que nos apoyaron después del 7 de octubre cambiaron de posición después de que Israel hizo lo que hubiera hecho cualquier nación que se respete a sí misma: se defendió”, dijo Netanyahu.
“Luchan contra nosotros con embargos y guerras políticas”, afirmó. “Lo que hacen es luchar contra la paz, contra un país que quiere luchar contra el mal. ¿Cómo van a escapar de la yihad? Tienen que situarse de nuestro lado, pero no es lo que están haciendo”, concluyó. “Como ya dijeron los profetas, han convertido el mal en el bien y el bien en el mal”, dijo el dirigente.
Antes, con un mapa en la mano, Netanyahu había repasado todos los países que Israel atacó en el último año, aunque lo presentó como lugares en los que había combatido contra milicias o enemigos hostiles: allí estaban Líbano, Siria, Irak, Irán y Yemen. No mencionó a Qatar, donde Israel intentó asesinar a los dirigentes palestinos que participaban en las negociaciones por un cese del fuego y la liberación de los rehenes.
Ni genocidio ni hambre
Por otra parte, Netanyahu negó que Israel esté cometiendo un genocidio y argumentó que si esa fuera su intención, no le pediría a la población que evacúe los lugares que van a atacar. Pero en la realidad de la Franja de Gaza, donde la propia Organización de las Naciones Unidas (ONU) y organizaciones civiles denuncian desde hace más de un año que ningún lugar es seguro, tampoco quedan sitios a los que huir debido a los sucesivos desplazamientos de población que han generado hacinamiento en campamentos precarios.
El primer ministro también negó estar utilizando el hambre como arma de guerra, y afirmó que desde octubre de 2023 ha entrado una tonelada de alimento por persona a la Franja de Gaza, pero que Hamas roba esa comida. También en este caso, la ONU y todas las organizaciones civiles presentes en ese territorio palestino afirman lo contrario, y los pocos periodistas que pueden informar desde ese lugar han mostrado el estado de desnutrición y hambre de los palestinos, así como los camiones cargados de comida varados en la frontera a los que Israel, oficialmente, no deja ingresar.
La presencia de Netanyahu en Nueva York movilizó a unas 2.000 personas que se concentraron desde la mañana en Times Square y marcharon en repudio a su ofensiva contra los palestinos y en reclamo de un embargo de armas a Israel.
Lejos de la ONU
Stéphane Dujarric, el portavoz del secretario general de la ONU, António Guterres, confirmó el viernes que este mantuvo 89 reuniones bilaterales a lo largo de la semana, en el marco de la Asamblea General, y que tenía agendadas otras 58, incluso con el presidente estadounidense, Donald Trump, que ha criticado de diversas maneras a esta institución internacional. Sin embargo, Netanyahu se retiró de la sede de la Asamblea General sin hablar con Guterres, cuyas llamadas no responde desde octubre de 2023.
El gobierno israelí ha descalificado una y otra vez los informes de la ONU sobre la situación en la Franja de Gaza y desoído los llamados al cese del fuego. El ejército israelí ha atacado edificios de la ONU, además de acusar a la agencia para los refugiados palestinos (UNRWA) de tener entre sus empleados combatientes armados.
Pese a que el veto de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad no le ha permitido a la ONU incidir en este conflicto, sí se ha mantenido como una voz de denuncia de los horrores que se viven en los territorios palestinos.
No sólo Gaza
El viernes la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos actualizó la lista de empresas que están vinculas al desarrollo de asentamientos israelíes en la zona ocupada de Cisjordania, considerados ilegales según el derecho internacional. En julio de 2024, en una resolución de asesoramiento, y no vinculante, la Corte Internacional de Justicia pidió el cese de esta política de asentamientos.
Tras un nuevo análisis, el Alto Comisionado agregó 68 empresas a la lista –que ahora suma 158– de aquellas que contribuyen a esta política al “suministrar equipo o materiales que faciliten la construcción y el mantenimiento de los asentamientos, las demoliciones de casas o propiedades palestinas, así como las actividades de vigilancia, el uso de recursos naturales para fines comerciales o contaminación y el vertido de desechos en aldeas palestinas”.
Según informó la agencia Efe, que accedió al documento, en su mayoría son firmas relacionadas con la construcción, los negocios inmobiliarios y la minería, y muchas de ellas son israelíes, pero otras tienen sede en Canadá, China, Francia, Alemania, Luxemburgo, Países Bajos, Portugal, Reino Unido o Estados Unidos. Algunas son acusadas, por ejemplo, de utilizar recursos naturales de los territorios ocupados, “principalmente de agua y suelo, para su negocio”, publicó Europa Press.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk, dijo que esta lista expone “la responsabilidad de las empresas que trabajan en contextos de conflicto para garantizar que sus actividades no contribuyan a abusos de los derechos humanos”.
“Los estados deben adoptar medidas apropiadas para garantizar, por medios judiciales, administrativos, legislativos u otros medios, que, cuando se produzcan abusos de derechos humanos relacionados con las empresas dentro de su territorio” o sujetas a su jurisdicción, “los afectados tengan acceso a recursos efectivos, compatibles con el derecho internacional”, agregó.
A su vez, la Autoridad Palestina exigió a las 158 empresas que integran la lista de la ONU que cesen sus actividades, porque suponen “una participación efectiva en el mantenimiento del régimen colonial, genocida y de apartheid de Israel”. En un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores palestino agregó que esas firmas “contribuyen al desplazamiento y traslado forzosos, la anexión de tierras, la colonización de territorios ocupados, el saqueo y la explotación de los recursos naturales”, así como a la “demolición de viviendas”. En definitiva, agrega, colaboran con el “castigo colectivo y la negación sistemática de los derechos y libertades fundamentales, incluido el derecho inalienable del pueblo palestino a la autodeterminación”.
Grupo de La Haya
En Nueva York, se reunió el viernes un grupo de más de 30 países creado en enero, liderado por Colombia y Sudáfrica, denominado Grupo de La Haya. Participaron en el encuentro representantes de Brasil, Chile, México, Irlanda, Noruega, Turquía, Qatar, Jordania y Arabia Saudita, entre otros.
Estos países se proponen coordinar una “respuesta global a los crímenes constantes de Israel, estableciendo un modelo para que todos los estados cumplan de inmediato con sus obligaciones y creando mecanismos sólidos de rendición de cuentas”, según informó la agencia Efe, citando un comunicado emitido por el grupo.
Una de las propuestas consideradas el viernes consiste en terminar con la importación y exportación de productos de uso militar con Israel y revisar contratos públicos que financien a instituciones que apoyen la ocupación de territorios palestinos.
El grupo afirma que es necesario tomar acciones “en virtud de la Convención sobre el Genocidio, las opiniones consultivas de la Corte Penal Internacional y las resoluciones de las Naciones Unidas”.