Entrevistado por la diaria Radio, el politólogo Carlos Luján consideró que el mundo asiste al “momento más bajo” de la historia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en términos de su relevancia internacional. Sobre el octogésimo período de sesiones de la Asamblea General, que comenzó este martes, remarcó algunas ausencias relevantes, como las de los presidentes de Rusia y China, Vladimir Putin y Xi Jinping –en el caso de este último, es el tercer año consecutivo que no concurre–.
La previa de la 80ª Asamblea General de la ONU estuvo marcada por el reconocimiento de Palestina como Estado por parte de países como Francia, Reino Unido, Portugal, Canadá y Australia. Por otra parte, la situación en Gaza probablemente estará presente en la mayoría de las intervenciones durante el debate general. Para el politólogo, lo que intenta la comunidad internacional en esta asamblea es “construir el momento Sudáfrica”, en referencia al momento en el que el mundo “se puso de acuerdo en el rechazo a la situación de profunda segregación que había en Sudáfrica, y esos factores externos –sumados a factores internos en la propia Sudáfrica–, terminaron con el cambio de régimen”, en los años 90.
“Hoy lo que empieza a vislumbrarse es cómo puede construirse una presión internacional, de tal forma que tengamos una solución pacífica en Medio Oriente”, dijo Luján, quien advirtió que sería “un primer paso de unas Naciones Unidas muy debilitadas”, que “no va a llevar a ninguna resolución que termine el conflicto en los próximos días, horas ni semanas”. Acotó que se va en la “buena dirección”, aunque las presiones “no son unánimes”, ya que hay países europeos muy reticentes a avanzar, como es el caso de Alemania, incluso en lo relativo al bloqueo de la venta de armas. Consideró que la falta de unanimidad también está vinculada con que “no todos los estados tienen internamente consenso sobre esta situación”.
Con respecto a la posibilidad de que la comunidad internacional avance sobre la aplicación de políticas sancionatorias contra el gobierno israelí, Luján advirtió que se debe evaluar “cómo hacer para que las acciones materiales que uno toma no afecten a los más débiles, a la población más débil”–o incluso consoliden al gobierno–, y vayan directamente a las capacidades militares que despliega el Estado de Israel en Gaza. “Hay que aprender de las experiencias, de lo que fue todo el proceso sancionatorio hacia Rusia, que de nada ha servido”, afirmó.
No obstante, señaló que detener la venta de armas a Israel es una medida “clarísima”. “Que países europeos continúen vendiéndole armas a Israel no tiene sentido”, afirmó, del mismo modo que tampoco lo tiene “comprar inteligencia artificial para temas de seguridad que está siendo utilizada para la ubicación de blancos, lo que implica la muerte de miles de civiles”.
“No se puede tener un optimismo ingenuo, lo que no quiere decir que no tengamos esperanzas”
En la búsqueda de una solución para el conflicto, Luján sostuvo que “hay que pensar en términos de mediano plazo”. “Lo que no podemos tener es un pensamiento mágico de que las cosas se van a resolver ya porque digamos y porque señalemos el horror. Eso no alcanza”, aseveró el politólogo.
Una fecha clave, mencionó, será el 27 de octubre de 2026, que es cuando vencerá el mandato de cuatro años en el Parlamento israelí. “Ahí el pueblo israelí definirá si avala la continuación de las políticas que se están llevando adelante o si hay un giro hacia la izquierda”, explicó.
En esa línea, el politólogo consideró que la asamblea será la del próximo año, a la que quizás se pueda llegar “con algo sustantivo” o incluso con un plan de paz y reorganización para Gaza. Para eso es necesario un trabajo diplomático y político “que no hace a izquierda o derecha, que hace a cómo compartimos valores universales en términos de la persona humana”.
Con respecto a si es posible pensar en algún mecanismo internacional que proteja a la población de Gaza –dada su previsión de una resolución en no menos de un año–, Luján sostuvo que es necesario y graficó: “La batalla por la ciudad de Gaza –como el ejército israelí ha planteado– puede llevar diez meses, estamos hablando de 300 días. Las estimaciones de una guerra urbana llevarían a 200 –probablemente– muertes diarias. Estamos hablando de que hoy tenemos 68.000 muertos y podríamos tener 60.000 más”.
Señaló que “es algo que tenemos que tratar de evitar”. Sin embargo, “el sistema internacional hoy no tiene herramientas” no sólo para abordar esta situación, sino también muchas otras, por ejemplo, ambientales. “Vivimos en un momento que nos debería llevar a repensar el mundo y sus formas de articulación”, consideró el politólogo, y acotó que Uruguay “no puede estar ajeno”.
“Todos los esfuerzos deben maximizarse en el plano internacional, pero [es preciso] ser conscientes de esta situación: no se puede tener un optimismo ingenuo, lo que no quiere decir que no tengamos esperanzas”, sostuvo.
A propósito de la política exterior que lleva adelante el gobierno de Yamandú Orsi, Luján destacó la coordinación con otros gobiernos latinoamericanos. El politólogo consideró que se debería apuntar a construir, en los próximos meses, “una voz común para que, como continente –un continente de paz–, insistamos y logremos avanzar en construir el ‘momento Sudáfrica’, porque hoy las presiones internacionales son muy débiles e ineficientes y, en algunos casos, hasta parecería que reafirman el poderío”, afirmó.