La Operación Milagro, por la que tantos han recuperado la vista, es parte de las tareas que despliega, en varios países, personal de la salud formado en Cuba. En Uruguay han quedado en el pasado y en el olvido los cuestionamientos al acuerdo con Cuba: ¿quién podría cuestionar los beneficios que trajo a los uruguayos?

Esta nota se sustenta en dos artículos publicados en El País de Madrid, insospechable de simpatías con el régimen cubano. Uno fue escrito por María Antonia Sánchez-Vallejo: “Los médicos cubanos empiezan a regresar de Brasil tras las críticas de Bolsonaro”; el otro está firmado por Beatriz Jucá: “Los médicos cubanos en Brasil: entre el miedo a Bolsonaro y las carencias en la isla”. Las dos notas aportan datos interesantes que, en algunos casos, no concuerdan con exactitud entre sí.

El acuerdo de Brasil y Cuba firmado en 2013 ha sido objeto de múltiples críticas y encendidas defensas. “Los trabajadores cubanos recibían un 30% del sueldo de lo que cobran los demás médicos del programa y una ayuda de unos 2.000 reales (unos 525 dólares) de los Ayuntamientos para viviendas y alimentación. También tenían que quedarse en la misma ciudad por tres años. En cambio, no les hacía falta aprobar la llamada Reválida, un examen exigido a cualquier médico graduado en el exterior para ejercer la medicina en territorio brasileño”, explica El País.

Las cifras son impactantes. En 2014 trabajaban en el programa 11.430 cubanos y más de 700 ciudades tuvieron médicos por primera vez. “El programa Más Médicos era para trabajar donde el médico brasileño no quiere ir porque está lejos o es demasiado pobre”, declaró a El País de Madrid una doctora cubana. Los médicos entrevistados por el diario español son treintañeros, pero ya cuentan con algunos años de experiencia en misiones de salud.

En su campaña, el ahora presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, anunció que mantendría a los profesionales cubanos que pasaran el examen de Reválida, contratados bajo un régimen individual, sin acuerdos económicos con La Habana. El mensaje es claro: para trabajar en Brasil, nada de misiones humanitarias con olor bolchevique; se hace bajo las leyes del mercado. Cuba no aceptó y adelantó la salida de los 8.331 profesionales que estaban en distintas ciudades brasileñas. Como consecuencia quedarán más de 24 millones de brasileños sin asistencia de salud. ¿50 millones de brasileños votaron también eso?

En respuesta a la decisión de Cuba, Bolsonaro ofreció asilo político a los médicos que quisieran quedarse en Brasil. “La isla sólo permite que se queden los médicos casados que hayan tenido el contrato renovado; asimismo, no aclara si hay plazos o condiciones para ello”, acota el diario. Y aclara: “Brasil reconoció este año la condición de refugiados a 42 cubanos, pero no especificó cuántos de ellos son médicos del programa. Actualmente, 102 refugiados cubanos viven en Brasil”.

El País destaca la importancia que tiene la llamada “diplomacia de las batas blancas” –casi el último ejemplo de internacionalismo–, que “es también la principal fuente de ingreso –por delante del turismo y el envío de remesas– de la isla, ya que el Estado se queda con 75% de sus salarios. Cuba, que tiene desplegados actualmente 50.000 sanitarios en 67 países, ingresa por esta vía 11.000 millones de dólares al año”. Da para pensar. Es un montón de profesionales calificados, militantes solidarios con el dolor más allá de sus fronteras, que trabajan por y para su país, que les dio la oportunidad de estudiar para ello. Acá no funcionan sólo las reglas del mercado. Hay más, mucho más.

Algunas de estas misiones de salud son determinantes para frenar situaciones desesperadas: contra la epidemia de cólera en Haití o la del ébola en África. Donde otros llevamos soldados, los cubanos llevan médicos. ¡Claro que eso tiene un claro sesgo ideológico!

El programa Más Médicos era fruto de un acuerdo auspiciado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Durante los cinco años de vigencia, unos 20.000 sanitarios atendieron a 113 millones de brasileños, según datos del Ministerio de Salud de Cuba. El retiro de los cubanos deja sin asistencia a unos 30 millones de brasileños de zonas marginadas, denuncian autoridades locales.

Hace 55 años que los profesionales cubanos de la salud cumplen misiones en el exterior. Desde la primera misión en Argelia al programa recién cancelado en Brasil, las brigadas médicas cubanas han atendido desde emergencias a programas de salud comunitaria. “A veces hemos llegado para responder a una emergencia, pero hemos acabado quedándonos años, como en algunos países de Centroamérica. En Pakistán, tras el brutal terremoto de 2005, llevamos 32 hospitales de campaña, con sus quirófanos, y 2.500 sanitarios, y permanecimos ocho meses trabajando a pleno rendimiento”, explica Jorge Delgado Bustillo, director de Cooperación Médica del Ministerio de Salud cubano.

“En Qatar hay ahora mismo 450 sanitarios cubanos, en un centro catalogado del más alto nivel. También estamos en Argelia, en Kuwait… Nos mueve fundamentalmente la solidaridad, pero estas misiones también proporcionan un determinado nivel de ingresos para sostener la sanidad pública gratuita”, aclara el jerarca.

Cuando Bolsonaro anunció el fin de Más Médicos, no sorprendió; es un ultraderechista aferrado al discurso anticomunista, decidido opositor del programa desde su creación. Sin embargo, en esta decisión, ¿no se esconderá algo más que sus prejuicios?

David Rabinovich es periodista.