El 28 de diciembre salió una nota en la diaria titulada “Segunda audiencia sobre proyecto ferroviario asociado a UPM terminó bruscamente”. En esa, desde el titular, se presenta el acontecimiento como un espacio de discusión sobre el “proyecto ferroviario asociado a UPM” y luego se lo califica como diciendo que terminó “bruscamente”. El texto continúa describiendo con otros adjetivos y expresiones similares (“tensa” “constantemente tensa” y “violenta”) el ambiente de la audiencia y se resalta su intensidad por sobre el propósito y los argumentos presentados en ella. Se va construyendo, de esta manera indirecta, una representación de los asistentes por medio de acciones como “violencia verbal”, “gritos” y “constantes interrupciones”. Se describe un evento de larga duración que terminó abruptamente cuando la mayoría de los colectivos “montevideanos” decidieron retirarse, distinguiendo a los asistentes por su lugar de residencia. La caracterización de los argumentos y la voz de quienes participaron también se evalúa negativamente: se describe las consignas de las pancartas como “lacónicos enunciados” hasta “mayores cargas de texto”.

Se descalifica a los participantes con un listado que selecciona partes de los argumentos presentados sin considerar su validez o complejidad y se los reduce a eslóganes como “UPM no”. Sin presentar datos más precisos o citas directas que permitan comprender cuáles son los cuestionamientos en relación con los impactos ambientales, sociales y culturales, los costos del proyecto y su constitucionalidad por el tipo de contrato que se firmó con la empresa extranjera. Esta representación reduce la participación ciudadana a un grupo que incurre en conductas violentas que no están justificadas racionalmente por argumentos que demuestran una posición legítima para cuestionar el proyecto. La representación de los ciudadanos que participaron en la audiencia contrasta claramente con la del ministro, quien en la audiencia sólo participó como público, pero a quien se cita verbatim extensamente a partir de una conferencia de prensa que dio fuera del recinto mientras se realizaba el evento. La racionalidad y elaboración del argumento del proponente del proyecto se compara implícitamente con la irracionalidad y la falta de elaboración de los ciudadanos en ejercicio de su derecho a participar en una audiencia cuyo fin es recoger insumos para evaluar el impacto del proyecto.

La deslegitimación de los ciudadanos participantes en la audiencia continúa mediante su representación como miembros de grupos políticos que representan extremos ideológicos en el espectro político nacional (“Unidad Popular” y “Un Solo Uruguay”), sin mencionar colectivos de vecinxs y movimientos sociales que participantes en ella. A continuación, se describen escenas en las que se muestran diferencias ideológicas entre los participantes. Se eligió no incluir los ejemplos de personas que describieron cómo el proyecto afectará su calidad de vida, su trabajo y su vivienda. Tampoco se incluyeron referencias a intervenciones en las cuales se les pidió a quienes son garantes del bienestar de la ciudadanía que consideren el impacto de este proyecto a corto, mediano y largo plazo. Existen grabaciones de la audiencia que permiten acceder a esa información. Tal vez podría haberse aludido a esos reclamos que tan negativamente se evalúan.

¿Por qué se elige representar la audiencia pública como un evento “tenso” sin explorar el porqué de la tensión? ¿Qué efecto produce en los lectores construir la participación ciudadana como conducta desviada? ¿Qué argumentos se desarrollan y cuáles se simplifican?

En momentos en que se busca garantizar el acceso a la información y se cuestiona el impacto de los medios en el proceso democrático, es importante reflexionar sobre el papel de la prensa en la representación de los actores sociales. Este artículo, que se presenta como un texto informativo, representa la movilización social como una conducta inapropiada y desviada, incluye evaluaciones indirectas, selecciona voces y construye el evento desde una perspectiva. Por sus características, este texto debería haber sido ubicado en la sección de opinión o quedar en mayor evidencia su carácter de crónica. Escribir una crónica requiere explorar un tema en profundidad y aportar información desde una perspectiva subjetiva. En este caso no se aporta suficiente información para comprender las razones del reclamo.

El periodismo profesional siempre representa los acontecimientos y construye noticias a partir de selecciones y encuadres de la realidad. Sin embargo, existen formas de garantizar que estas noticias integren diferentes perspectivas y permitan así que las y los lectores podamos evaluarlas. La responsabilidad profesional de los medios requiere que la información se presente de manera clara, y se establezca cuándo se está compartiendo una postura sobre un debate y cuándo sólo se da información para que la audiencia pueda tomar una decisión. Poder escuchar todas las voces y hacer accesible la información contribuye a generar un diálogo social y construir la cultura democrática. No necesitamos producir más periodismo militante, sino crear espacios de discusión.

Mariana Achugar es docente e investigadora de la Facultad de Información y Comunicación. Estuvo presente en la audiencia pública realizada en Florida.

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