Es frecuente encontrar en artículos de prensa, en noticieros, en la campaña electoral que está aconteciendo, opiniones y argumentos sobre lo mal que están las cosas en la educación. Mucho se habla de la inercia de los colectivos, del malestar docente, del escaso presupuesto, de que los “aprendientes” cada vez aprenden menos, de que aquellos que pertenecen a sectores vulnerables quedan relegados y son destinatarios de una educación de baja calidad. Ante esto nos preguntamos: ¿dónde quedan el pensar, el hacer y el sentir docente? En el presente artículo pretendemos dar cuenta de una síntesis de la investigación realizada en una escuela de Paso Carrasco, la 145, donde los docentes “toman las riendas” del día a día, creando y recreando los escenarios que los interpelan. En este sentido, nos arriesgamos a decir que estas prácticas que denominamos alternativas acontecen en muchos espacios educativos. No obstante, la mayoría no trasciende en diferentes medios de difusión. ¿Por qué? ¿Qué intencionalidad hay en ello? ¿Por qué se mediatizan cuestiones que pretenden “empañar” y “desvirtuar” aquello que tiene que ver con lo educativo, y no se difunde, divulga y expande lo que refiere al hacer cotidiano de los docentes y su creatividad en las instituciones educativas?

En este contexto, este grupo de investigadoras pretende rescatar, significar y divulgar aquellas prácticas que, al decir de la pedagoga argentina Adriana Puiggrós, mudan o alteran al modelo educativo dominante. Así hemos podido constatar que las experiencias que lleva adelante este colectivo, a las que denomina “escuela en movimiento”, denotan un empoderamiento de los docentes que les permite producir saberes y haceres, desafiando la posibilidad de quedar rehenes de la forma escolar tradicional.

¿Cómo se lleva a cabo esto? Mediante dispositivos que irrumpen en ciertas lógicas institucionales fuertemente instaladas en esa forma escolar. Así, pues, uno de los pilares centrales de desarticulación lo constituye el quiebre de grupos. Este consiste en la movilidad de niños de grados superiores a inferiores, y viceversa, de acuerdo con sus potencialidades. Al mismo tiempo, dentro del aula en la que se encuentran dichos alumnos, la propuesta se desarrolla en la modalidad de pequeños grupos en los que se promueve la atención de los procesos individuales y el enriquecimiento entre los propios pares y docentes. De esta forma, los educadores buscan partir de similares niveles de conceptualización, promover el avance de cada singularidad, de cada otredad, de cada alteridad. Por lo tanto, los docentes resignifican, crean y experimentan sus prácticas fundados en principios estrictos de responsabilidad y justicia. En síntesis: todos pueden aprender.

A su vez, esta alteración conlleva la flexibilización de los tiempos y espacios. Los tiempos son pensados en función de los educandos, optimizando el funcionamiento en grupos y de acuerdo a las posibilidades. En este sentido, podemos afirmar, a la luz de los aportes de la pedagoga argentina Flavia Terigi, que se trabaja apostando a las diferentes cronologías de aprendizaje, “interrumpiendo” la lógica instituida del saber por defecto, aquel que refiere a los modos estructurados de concebir el mundo escolar.

Esto se acompaña de una forma diferente de habitar la escuela, puesto que en cada jornada se habilitan diferentes espacios: el del trabajo en grupo –dentro del grado–, el del intercambio grupal con niños de otras o iguales edades, y el del trabajo individual o singular que muchas veces es potenciado por los maestros practicantes y docentes, así como por maestros comunitarios o de apoyo.

Estas prácticas que denominamos alternativas acontecen en muchos espacios educativos. No obstante, la mayoría no trasciende en diferentes medios de difusión.

Estas transformaciones no serían posibles sin una planificación elaborada en conjunto, en forma consensuada y sistemática, entre los distintos docentes, que involucra siempre a los emergentes y también las diferentes áreas y campos del saber a abordar semanalmente. Se lleva a cabo en salas docentes, en reuniones, en encuentros informales y virtuales, puesto que en ocasiones se hace difícil acordar los tiempos de todos los involucrados. Al colocar la enseñanza como centro del oficio, este colectivo concibe la educación como el acto político de distribuir la herencia, procurando –al decir de Graciela Frigerio– que ningún heredero quede marginado de su socialización y distribución.

Estas prácticas alternativas parten de una concepción de sujeto de la posibilidad, tanto desde el sujeto niño como desde el sujeto adulto docente. Existe un fuerte convencimiento de que cada uno puede aportar desde su lugar “siendo parte, formando parte”, generándose así un liderazgo que se comparte.

Se habilita un trabajo de indagación permanente que en sí mismo da cuenta de la profesionalidad de este colectivo, ya que la práctica reflexiva se convierte en una postura permanente y se inscribe en un marco de acción analítico que retroalimenta los saberes y haceres.

De alguna forma, dicho colectivo deviene en su “saber” y “hacer”, a lo largo de la puesta en práctica de esta experiencia alternativa, en lo que el psicoanalista y filósofo francés Félix Guattari denomina grupo sujeto.

Así, pues, se trata de un colectivo que desplaza fronteras de lo instituido y propone espacios y lógicas que lo cuestionan, produciendo otras formas de circulación de los saberes, que dan cuenta de una construcción política cotidiana. Los docentes afirman su capacidad política, al mismo tiempo que se transforman en dicha acción, habilitando además la posibilidad de producir desde su pensar, sentir y actuar.

A modo de cierre, nos arriesgamos a decir que nada está perdido y que son nuevamente los docentes quienes toman las riendas del acto educativo y producen saber; un saber que circula, se expande, transforma y genera otros saberes. ¿Acaso este tipo de experiencias no amerita ser conocida y difundida, junto a otras tantas, en los medios masivos de comunicación?

Ana Green y Silvana Arbelo integran el Grupo de Estudios en Políticas y Prácticas Educativas, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad de la República.

Este artículo es una síntesis de la publicación realizada en la revista académica Presencia. Miradas desde y hacia la educación sobre la investigación realizada en el marco del grupo de trabajo Grupo de Estudios en Políticas y Prácticas Educativas, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad de la República. Disponible en www.stellamaris.edu.uy/revistapresencia/tag/numero-4-ano-2019-miradas-desde-y-hacia-la-educacion/