La placa fue descubierta por familiares de personas que estuvieron secuestradas en el 300 Carlos / Infierno Grande. Muchas personas dicen que es complejo trabajar o militar en propuestas o proyectos vinculados al pasado reciente y los derechos humanos. Amigas y amigos, compañeras y compañeros, familiares nos comentan que no pueden vincularse con este campo de estudios porque está cargado por sentires muy negativos, recuerdos dolorosos, experiencias traumáticas. La muerte y la desaparición forzada, los secuestros, interrogatorios con torturas, censuras, detenciones se asocian a este período histórico. Es verdad, esos sentimientos son válidos, son legítimos porque son reales. Nosotros, que estamos trabajando y militando también, nos vemos afectados de diversas formas, por diferentes motivos.
Sin embargo, no es lo mismo visitar el edificio donde funcionó un centro clandestino de detención o participar en un acto en homenaje a los desaparecidos si no viviste la dictadura. Creo que es más sencillo investigar, trabajar y militar estos temas cuando no sufriste en carne propia el terrorismo de Estado que asoló a todo el Cono Sur durante las décadas de 1970 y 1980. Definitivamente, los sentimientos son diferentes y es más sencillo vincularse desde lo académico o profesional.
De todos modos, tanto para las personas que vivieron en dictadura como para las que no, trabajar y militar en pasado reciente brinda muchas satisfacciones y lindos sentimientos. La participación activa en estos temas nos permite conocer a nuevas personas y experiencias, forjar grandes amistades intergeneracionales, sentir inmensas alegrías ante avances y logros. Festejamos la amistad, la democracia y la militancia en cada jornada, marcha, acto o encuentro.
Eso sucedió el 17 de diciembre, cuando se colocó el hierro fundamental del Memorial del 300 Carlos / Infierno Grande en el barrio Lavalleja, en Montevideo. Mediante la colocación de una placa de metal de grandes dimensiones –buscando visibilidad y que llame la atención–, la comisión de sitio vinculada a este centro clandestino de detención materializó el trabajo que se está haciendo desde hace varios años. Con el apoyo del Municipio G y el Centro Comunal Zonal 13, se instaló esta placa provisoria frente al Servicio de Material y Armamento, en Avenida de las Instrucciones entre camino Casavalle y el arroyo Miguelete.
Por otra parte, por iniciativa de la Comisión Nacional Honoraria de Sitios de Memoria se colocó por tercera vez una de las dos placas recordatorias situadas en la vereda de la unidad militar. Este homenaje fue dirigido por Nicolás Pons, representante del Ministerio de Educación y Cultura en la Comisión de Sitios. A nombre de la comisión, Pons aseguró que se seguirán colocando estas placas cada vez que sean vandalizadas. El compromiso político es importante ahora y en el futuro.
El acto celebratorio del memorial fue moderado por la periodista Alejandra Casablanca, y participaron en la oratoria Sara Youtchak (profesora jubilada y ex presa política, detenida en el 300 Carlos / Infierno Grande), Elbio Ferrario (director del Museo de la Memoria, Mume), Marcelo Abdala (secretario general del PIT-CNT), Gastón Silva (alcalde del Municipio G) y Gerardo Bleier (hijo de Eduardo Bleier). A su vez, hubo espectáculos artísticos en manos de Árbol de los Búhos (taller literario del Complejo Sacude, coordinado por el escritor Ignacio Martínez) y las músicas María Elena Melo y Gabriela Rodríguez. Es importante destacar que hubo una sorpresa: la presencia de Nora Cortiñas, integrante de Madres de Plaza de Mayo (Argentina). Norita fue invitada por Serpaj Uruguay al lanzamiento de su Informe Anual 2019 Derechos Humanos en el Uruguay, presentado el mismo martes de mañana. Estuvieron presentes también integrantes de organizaciones sociales como Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos, Crysol, Serpaj, además de dirigentes de partidos políticos y sindicatos.
En el lugar se comenzará a construir un memorial diseñado por Tania Astapenco, Octavio Podestá y Julio Carné.1 Dos semanas atrás se había hecho un lanzamiento del proyecto en el Mume, donde estuvieron presentes muchas de las personas que estuvieron detenidas en ese lugar. El futuro sitio de memoria se originó como una propuesta del Mume para visibilizar lo ocurrido en este centro clandestino de detención durante la última dictadura en Uruguay. Apoyados en el trabajo realizado por el Archivo Oral de la Memoria del Mume y de la Asociación de Amigas y Amigos del Mume, Astapenco, Podestá y Carné proyectaron una propuesta artística conformada por tres módulos: volúmenes de hierro de grandes dimensiones; murales que serán construidos con la participación barrial; y un espacio de descanso y reflexión. Según Tania, el proyecto permitirá “transmitir el dolor sin que duela, transmitir lo sucedido y que el barrio lo pueda incorporar, que lo pueda integrar a su historia barrial, [ya que] no estamos acostumbrados a escuchar sobre el dolor”.
Como ocurrió con todo centro clandestino, la mayoría de los vecinos de la zona no conocían lo que sucedía en el lugar. Por otra parte, todas las personas secuestradas en este centro represivo estaban “tabicadas”, es decir, con vendas o capuchas. Ver algo de ese lugar era un logro, ubicarse espacialmente era casi imposible. Por tal motivo, para los artistas era imprescindible crear una obra que se pudiera recorrer y sentir con todos los sentidos, no sólo con la vista. A su vez, los recuerdos, las percepciones corporales y las emociones fueron tan importantes como los datos recopilados sobre este centro de detención. Una verdadera obra de arte que expone actos terribles pero surge de parte de artistas y militantes comprometidos, que expresan sus emociones para crear un memorial que irradiará luz ante una oscuridad presente: la impunidad.
Memorias que inspiran
Los testimonios fueron clave para proyectar esta obra de arte. Además de lo registrado por el equipo del Archivo Oral, fue muy importante el aporte surgido de las visitas guiadas que organiza el Mume una vez por mes al Servicio de Material y Armamento. Los recuerdos de las personas que pasaron por este lugar inspiraron a les artistas a crear un memorial monumental que transmite los horrores que se vivieron en el galpón 4 del Servicio de Material y Armamento, lugar donde funcionó el 300 Carlos desde noviembre de 1975 hasta una fecha imprecisa de 1977. Conocido también como Infierno Grande, fue uno de los centros represivos más importantes de la última dictadura cívico-militar, utilizado por el Organismo Coordinador de Operativos Antisubversivos (OCOA) para detener a cientos de militantes políticos –principalmente del Partido Comunista del Uruguay, la Unión de Juventudes Comunistas y el Partido por la Victoria del Pueblo, además de sindicalistas y militantes de otros grupos–. En ese lugar fueron vistos por última vez Eduardo Bleier Horovitz, Juan Manuel Brieba, Fernando Miranda Pérez, Carlos Pablo Arévalo Arispe, Julio Gerardo Correa Rodríguez, Otermín Laureano Montes de Oca Doménech, Elena Quinteros Almeida y Julio Escudero Mattos. A su vez, ahí fueron encontrados los restos de Fernando Miranda en 2005 y de Eduardo Bleier en 2019.
Si bien la iniciativa surgió en el Mume, se conformó una comisión de trabajo integrada por personas que estuvieron detenidas allí, vecinas y vecinos de la zona y profesionales de varias disciplinas. La propuesta del memorial se realizará sobre un muro que pertenece a UTE, ubicado frente al Servicio de Material y Armamento. El proyecto de memorial recibió el apoyo del PIT-CNT y de UTE, que se comprometió a ceder una de franja de su terreno con el fin de brindar más espacio y seguridad para esta obra. A su vez, el Ministerio de Transporte y Obras Públicas y el Municipio G mejorarán la circulación peatonal mediante caminería e iluminación. El proyecto integral de la comisión de sitio pretende rescatar e incentivar el trabajo grupal, colectivo, barrial, destacando la “participación barrial democrática” (en palabras de Tania) que queda demostrada en el funcionamiento del Complejo Sacude, por ejemplo. Como dije anteriormente, los trabajos de la memoria también están conformados por acciones felices y constructivas. De otra forma, sería muy difícil que se instalen nuevos sitios de memoria vinculados a centros clandestinos de detención marcados por la muerte, las torturas y otras acciones inhumanas. Construir hacia el futuro, recordando nuestro pasado reciente.
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El proyecto se puede ver en Youtube bajo el nombre “PIT-CNT Proyecto Sitio de la memoria 300 CARLOS Tania Astapenco”. ↩