El doctor Javier García alcanzó su anhelado cargo, y no le importa compartirlo con el poder castrense, reivindicador del derogado Decreto-Ley 14.157 (1974) de la Orgánica Militar, diseñado, promulgado y aplicado en tiempos de dictadura y que estuvo vigente hasta 2019.

El 1º de marzo de 2020 volvieron a ser mayoría los militares en el Ministerio de Defensa Nacional (MDN), restaurando el orden previo a los gobiernos del Frente Amplio, cuando sólo ministro y subsecretario eran eventualmente civiles. Recordemos que cuando en 2005 asumió como ministra de Defensa la doctora Azucena Berrutti solamente existían dos cargos civiles en el MDN, ministro/a y subsecretario/a. El resto de la estructura ministerial era ocupada por militares.

El pensamiento sobre la política de defensa de la cúpula al mando del MDN radica en encargar tareas subsidiarias a las Fuerzas Armadas y reduce su actuación al factor militar. Postura que capitula los avances logrados en el fortalecimiento del mando civil de las fuerzas armadas.

El ministro García se dice wilsonista, pero sus decisiones llenarían de bronca y decepción al último caudillo blanco.

Desde la recuperación democrática en 1985 hasta el año 2005 los progresos en materia de defensa fueron prácticamente inexistentes. El debate de la defensa nacional en profundidad, tendiendo puentes con todos los actores políticos y sociales, buscando amplios acuerdos, se retrasó hasta la llegada de los gobiernos progresistas.

Ejemplo de ellos son las leyes 18.650, Marco de Defensa Nacional, 19.696, Sistema Nacional de Inteligencia del Estado, y 19.775, Orgánica de las Fuerzas Armadas. Los decretos 105/014, de Política de Defensa Nacional, y 109/016, de Política Militar de Defensa, también forman parte de los avances realizados en 15 años.

Los últimos cuestionamientos al Poder Judicial por parte del ministro, fundados en la preocupación por el cumplimiento de “obediencia debida”, dejan la duda razonable de si lo hace para ejercer presión sobre la Justicia o si tan sólo demuestra una vez más que el jerarca desconoce la normativa de su cartera, ya que la “obediencia debida” se encuentra reglamentada en el artículo 126 de la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas (2019).

La decisión de avanzar, modernizar y fortalecer el mando civil en el Ministerio de Defensa debería ser la premisa. Hasta el momento, en estos primeros meses, el mensaje es radicalmente opuesto.

El ministro García expresa una postura contra institucional si piensa que los soldados pueden hacer su propia interpretación de las normas. El mensaje del ministro no hace otra cosa que abrir la puerta a las excusas interminables ante posibles excesos inadmisibles.

Un ministro democrático debe ser diáfano en cuanto al respeto a las leyes, los decretos, los acuerdos y las convenciones internacionales a las cuales adhiere nuestro país, sean de aplicación en territorio nacional o en áreas de despliegue de misiones de paz.

En los gobiernos del Frente Amplio, la defensa nacional comenzó un necesario camino de transformaciones, a través de políticas públicas tan ambiciosas como postergadas y necesarias, nunca antes ensayadas en la historia doctrinaria de la defensa de Uruguay.

El actual gobierno tiene la oportunidad insoslayable de seguir avanzando en la modernización del sistema de defensa nacional. Por delante tiene planteado el desafío del debate, la elaboración y el envío al Parlamento de los proyectos de las leyes orgánicas de la Armada Nacional, el Ejército Nacional, la Fuerza Aérea Uruguaya y el MDN. Asimismo, deben ser actualizados los decretos de política de defensa nacional y política militar de defensa. Estos son temas importantes, que no son de dominio público pero que tienen enorme incidencia en la vida democrática, y que sería una enorme renuncia institucional entregarlos a una elaboración netamente militar.

La decisión de avanzar, modernizar y fortalecer el mando civil en el MDN debería ser la premisa. Hasta el momento, en estos primeros meses, el mensaje es radicalmente opuesto; por decisión del ministro García y su subsecretario, la mayoría de los asesores ministeriales volvieron a ser militares.

Si el ministro García continúa cediendo poder a los militares, del mando sólo le quedará un sillón hundido. La aquiescencia es la miel del despojo. El resultado: un ministro de paja.

Claudio Alonso es secretario ejecutivo de la Agrupación Socialista de Estudios de Defensa Nacional Dr. Jorge Menéndez del Partido Socialista. Fue director general de Política de Defensa del Ministerio de Defensa Nacional (2018-2020) y director de Asuntos Internacionales y Cooperación de esa misma cartera (2013-2018).