Desde el año 2013 se comenzó a celebrar, el primero de febrero, el Día Mundial de Hiyab.

La iniciativa fue puesta en marcha por la neoyorquina musulmana Nazma Khan, quien propuso marcar una fecha de conciencia y empatía hacia las mujeres musulmanas sobre el uso del velo islámico, su libertad de uso y la discriminación o rechazo a este.

Esta celebración busca convocar a todas las mujeres en el mundo, sin importar credos o religiones, para solidarizarse con la realidad que millones de mujeres musulmanas viven a diario por el rechazo a la libertad del uso del hiyab. Muchas de ellas son discriminadas y se las obliga a retirárselo en sus trabajos o centros de estudio.

Desde 2013 hasta ahora, durante la conmemoración de esta fecha que busca generar conciencia sobre lo que representa para las mujeres musulmanas la libertad de elección del uso del velo islámico, se han realizado distintas convocatorias mundiales, desde compartir un hashtag en redes sociales hasta iniciativas como las que se tuvieron lugar en muchas ciudades europeas, donde mujeres musulmanas en la vía pública ofrecían información sobre el hiyab y enseñaban sus formas y modos de usos a aquellas mujeres curiosas por entender un poco más sobre la cultura del velo, de la cual mucho se habla y poco se conoce.

Este reconocimiento de un día de conciencia sobre el uso del hiyab convoca a reflexionar sobre el derecho de elección, tanto de su uso como de su no uso, y se busca manifestar el deseo y el derecho de tener la libertad para elegir la indumentaria, la imagen y el estilo de vida por parte de millones de mujeres musulmanas en el mundo, sin tener prohibiciones u obligaciones por ningún tipo de régimen o institución social.

La iniciativa presenta un mensaje importante sobre el empoderamiento femenino de las mujeres musulmanas e intenta expresar que el uso del hiyab no limita las capacidades de aquellas mujeres que eligen vivir su vida con él, como tampoco el usarlo las coloca en un lugar de represión o inferioridad frente a otros pares. El uso del hiyab, por el contrario, debe representar un acto de elección y de orgullo por parte de las mujeres que sí eligen de forma libre vivir su vida cubriendo su rostro o cabello.

Uno de los factores más importantes a tener en cuenta, sobre todo en el mundo occidental, es que la elección del uso del hiyab no representa meramente una acción religiosa, sino que también refiere a un acto de identidad cultural, ya que para muchas mujeres, sobre todo las que residen en países occidentales siendo de otro origen, el hecho de usar alguno de los velos islámicos significa un apego a sus tradiciones culturales, a sus orígenes y a sus raíces árabes, persas u otras.

El islam es la religión de casi 2.000 millones de musulmanes en el mundo y es la religión que más crecimiento presenta, por encima del judaísmo o el cristianismo (las tres religiones monoteístas o “del libro”). Esta cifra nos muestra la importancia que tiene conocer la religión del islam y las culturas que albergan a esta gran cantidad de personas musulmanas.

En tal sentido, cuando pensamos desde Occidente en la mujer musulmana, sin importar su origen, muchas veces la mirada en torno al uso del velo islámico es un tanto peyorativa, y muchas mujeres se ven obligadas a diario a convivir en sus actividades con una observación, por parte de sus pares, que las juzga y las mira con prejuicios que son formados desde la desinformación, ya que en Occidente continúa en el imaginario colectivo la asociación del hiyab y, sobre todo, del islam, con el terrorismo o la violación de derechos humanos a mujeres.

Es entonces desde esta iniciativa que este día especial convoca a mujeres no musulmanas a salir a la calle con un velo puesto para empatizar con lo que sienten otras mujeres cuando eligen libremente hacerlo y la sociedad las castiga, en su gran mayoría, con miradas de rechazo o repudio por su uso. El hecho de realizar este tipo de acciones nos acerca a la vivencia de mujeres que buscan alzar la voz en procura del respeto a sus derechos de elección de vestimenta y de identificación cultural y religiosa.

A finales de 2020, la Cámara de Comercio Árabe Brasileña, con su sede en la ciudad de San Pablo, lanzó el comité de mujeres WAHI, Mujeres que Inspiran, con el objetivo de conectar a mujeres árabes (musulmanas y de otros credos) con mujeres latinas para un mayor empoderamiento cultural y comercial de ambas partes, con el fin de incrementar los vínculos y el desarrollo de proyectos conjuntos. En tal sentido, la iniciativa busca ser reflejo del empoderamiento femenino que existe en los países árabes, y del cual poco se conoce o se habla, para lograr enfocar la mirada latina en ese punto y construir puentes que derriben mitos, tales como que todas las mujeres musulmanas o árabes son sumisas y oprimidas, y de esta forma generar lazos que ayuden a un crecimiento mutuo.

Respetar los derechos de las mujeres musulmanas a decidir qué y cómo vestir no sólo es un acto de empatía de aquellas que no predican su misma fe, sino que también es un acto de inteligencia. A través del entendimiento cultural y religioso se pueden formar puentes comerciales que generen grandes iniciativas de empoderamiento económico para mujeres de Oriente y de Occidente. Uruguay tiene un amplio mercado dentro del mundo árabe, con infinitas posibilidades de proyectos económicos y culturales que cubran las necesidades de millones de mujeres musulmanas al tiempo que favorezcan la balanza comercial del país.

El comercio internacional y el intercambio cultural continúan poniendo a prueba nuestra capacidad inventiva y creativa, sobre todo en tiempos de pandemia, cuando no podemos olvidar que junto con la covid-19 y sus consecuencias negativas también se han abierto muchas oportunidades de intercambio, y es allí, en la búsqueda de encontrar complementariedad entre la necesidad de un mercado y la oferta de otro, donde se produce el crecimiento.

Compartir y celebrar este día de reconocimiento del hiyab como símbolo cultural y religioso junto con los colectivos de mujeres musulmanas en el mundo es un comienzo de cara a un camino de acercamiento entre mujeres que comparten el empoderamiento y la búsqueda de derechos y libertades para todas.

Ana Laura de León es licenciada en Relaciones Internacionales y posgraduada en Estudios Internacionales, especializada en el área del mundo árabe y en Medio Oriente.